domingo, 9 de octubre de 2011

El lastre de un BCE paralizado


Parece ser que Trichet se va del cargo de presidente del Banco Central Europeo (BCE), y será Mario Draghi, quien ocupará el puesto.
El cambio de manos se hace mientras se mantienen los tipos al 1,5%, tipos que nunca se debieron haber subido y que no se quieren bajar. Nos podemos preguntar, ¿Hace bien su trabajo el BCE?
Por supuesto. Aquí el problema se trata de los objetivos que tiene el propio banco. La FED tiene como objetivos la estabilidad de precios y en el empleo. El BCE solo se preocupa por los precios, lo cual quiere decir que, aun teniendo un 30% de paro, si hay riesgos inflacionistas (aunque estos vengan del exterior en forma de energía y materias primas), no se bajan los tipos.
Europa no puede tener una unidad económica si las funciones que antes se cumplían a través de los Bancos centrales de cada país, no se realizan de forma correcta, rápida y normalizada, desde el BCE.
Hechos tan importantes como inyectar dinero se lastran en el tiempo, por miedo a perder una confianza que se va a basar más en la actividad económica que en forma de actuar del banco.
La compra de bonos se llama “rescate”, poniendo ya desde el principio connotaciones negativas a lo que, por otra parte, habría que vender con la mayor naturalidad posible.
Estamos en crisis, todo lo que hagas va a ser visto con prismáticos. Todo lo que digas puede ser titular y manipular los movimientos gregarios de las bolsas mundiales, aludimos a la confianza como motor de la economía, pero mientras utilizamos monólogos vagos, dubitativos, con adjetivos cargados de negatividad, preocupación y falta de liderazgo y acción.
Uno de los organismos más importantes lleva toda la crisis jugando al ratón y al gato. Lo cual hace que los países más débiles, se vean más desprotegidos ante el azote de los mercados y el aumento continuo de las primas de riesgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario