miércoles, 31 de agosto de 2011

Keynes Vs Hayek (III)

Para finalizar la trilogía iniciada con el primer y segundo artículo sobre estos dos grandiosos economistas, quiero recomendar un video de hora y media de debate entre dos hayekianos y dos keynesianos realizado en la London School of Economics.


Lo recomiendo encarecidamente (a aquellos que sepan inglés, claro), por varias razones.


En primer lugar, porque los debatientes tienen cierto peso. Por el lado de Hayek, el profesor George Selgin y el filósofo Jamie Whyte, y por el lado keynesiano, Lord Robert Skidelsky (biógrafo de Keynes) y Duncan Weldon.



En segundo lugar, porque es un resumen muy imparcial de la visión de dos hombres que tanto han tenido que decir en la economía. Hay una intervención de 4/5 minutos por persona, y el resto son preguntas del público.




Se respira buen ambiente gracias al humor inglés y los líos y repeticiones varias puesto que además todo el debate iba a ser luego retransmitido por la BBC.


Iba a hacer un resumen de las ideas importantes pero creo que hay tanto que decir que, como introducción, ya está todo dicho.


 

Desde aquí pueden, si tienen iTunes, bajarse el debate a través de iTunes U (el del 26/7/11). O también pueden verlo a través de youtube.


Espero que les guste.



martes, 30 de agosto de 2011

Crecer al 2% y la generación de empleo (II)

A principios de mes daba algunos apuntes sobre el famoso 2% de crecimiento económico, cifra que, teóricamente, permitiría hacer crecer al empleo. Decía que no era una relación causa efecto per se, si no más bien una identidad contable. Voy a seguir un poco con el tema.


A parte de la descomposición normal de la producción por la via de la demanda (consumo, inversión, gasto público), hay una más sencilla. Multiplicar el numero de trabajadores por la producción por trabajador. Así, si el país tiene tres empleados y cada uno produce 1.000 euros, la producción total es de 3.000 euros.



Donde Y es la producción, L es el número de trabajadores y a la producción media (Y/L) la podemos denominar productividad y la escribimos mediante el símbolo f’.


Bien, ahora tomamos logaritmos y derivamos y lo que tenemos es una identidad contable:



Lo que nos dice esta ecuación es que la tasa de crecimiento de la producción es igual a la suma de la tasa de crecimiento del empleo y la productividad. Si lo ponemos desde el punto de vista del empleo:



En este gráfico podemos ver la evolución en tasas de crecimiento anual las tres variables, empleo, productividad y producción. Los datos son de la OECD.



Evolución en tasas de crecimiento de la producción, empleo y productividad

Y en este otro gráfico he puesto por un lado la evolución de la tasa de crecimiento del empleo y la resta entre la tasa de la producción y la productividad que, como hemos visto, deberían dar lo mismo.



Evolución del empleo (directo y resta entre producción y productividad)

Bueno, sí, lo mismo lo mismo no es, pero no me negareis que es muy parecido. Bien, hay diferencias por dos razones principales: Primero, tendríamos que usar número de horas totales trabajadas y no número de empleados, y segundo, la productividad puede estar definida algo diferente a la simple división entre producción y empleo. Pero aun así las diferencias no me negareis que no son muy grandes, sobre todo para el punto que quiero establecer.


Todo esto es únicamente para decir que para que se genere empleo no se debe crecer a más del 2%, si no por encima del crecimiento de la productividad. ¿Qué es lo que pasa? Pues que la media del crecimiento de la productividad está en torno al 2%. ¿Siempre? No.


De hecho podemos ver como ha ido bajando a lo largo de los años (el gráfico muestra datos desde 1971), y solo ha repuntado un poco ahora con la crisis (donde se despide sobre todo a los menos productivos, quedando lo más productivos y subiendo la productividad media).


Así que ya sabéis por qué se dice que se ha de crecer al 2% para que se genere empleo. Es una coletilla que obvia que entre medias está el crecimiento de la productividad. Amen de que todo es una simple identidad contable por lo que la realidad es que no es que se genere empleo, es que se ha tenido que generar empleo. Un matiz importante.

domingo, 28 de agosto de 2011

¿Cuándo acabará la crisis?

El título es algo oportunista porque no pienso dar ningún apunte o fecha sobre cuando, realmente, acabará la crisis. Es más una reflexión sobre cual es el determinante que nos podrá decir, oficialmente, que ha acabado la crisis.


El tema no es moco de pavo, sobre todo cuando los políticos tienden a decir medias verdades y la población a creerse la otra mitad. Vemos como mes tras mes el gobierno se dedica a dar la buena cara antes de los datos del paro mientras reclaman una mejoría que en realidad no es tal, así como los datos de crecimiento que, vistos de cerca, dan más pena que gloría.


La idea se me ocurrió paseando por un centro comercial. Poco después de comenzar la crisis, una papelería a la que solía entrar cerró. El resto de locales están abiertos (bueno, recientemente ha cerrado otro), pero este se ha pegado ya unos dos años totalmente cerrado a cal y canto. Nadie quiere alquilar el local porque no tendría mucho futuro. Así que, a modo de coña con los amigos, dedujimos que la crisis acabaría cuando el local abriese por fin.


Se que la simplificación de un problema macroeconómico a la realidad microeconómica de un local se tuerce absurda, pero será divertido ver cuando abre.


Pero la pregunta que quiero plantear es seria.


Mis antiguos profesores ya me avisaron de que al ser economista tendrías que preparar cortas respuestas para los familiares que, intentando fastidiarte, te preguntarían sobre la crisis. Y yo siempre me salía por la tangente. ¿Qué crisis?


Tenemos la crisis del crecimiento. La del empleo. La de la deuda... Sí, todas se unen y entrelazan  pero siguen tempos algo diferentes.


No en vano, la economía ya está creciendo, tanto en términos intertrimestrales como interanuales, pero creo que no me equivocaré si digo que a la crisis como tal le queda todavía mucho por desaparecer.


El empleo aumentará cuando la producción aumente por encima del 2% (teóricamente por el crecimiento de la productividad que de media en nuestro caso es de 1,9% más o menos). Así que a la crisis del empleo aun le falta algo. ¿Y la demanda interna?


Nos falta mucho para ser un país como Japón, pero para ser un país estancado y en donde la demanda interna se vaya al traste y el poco crecimiento se fundamente en las exportaciones no nos queda mucho.


Por otro lado, Krugman sacó el otro día un gráfico en su blog el gráfico entre el ratio de la economía real y la potencial.


Si el ratio es 1, significa que la producción que se ha realizado es igual a la máxima producción que se podría hacer sin desequilibrar la economía (sin inflación, por ejemplo, o con muy poca).  Si es mayor que uno significa que estamos en fase expansiva, y si estamos por debajo en fase recesiva, produciendo menos de lo que podríamos.


Aquí está el gráfico en el caso español, desde 1979 hasta 2011 (este último es una previsión):




[caption id="attachment_1295" align="aligncenter" width="600" caption="Ratio entre producción real y potencial."][/caption]

La verdad es que no sé como hacen el cálculo de la producción potencial, pero viviendo de la OCDE pues me la voy a tomar como algo serio y con sentido económico.


Como vemos, antes de la crisis estábamos cerca del 1 (casi parece un milagro por que la economía española da más bandazos que otra cosa). La caída tan brutal es la crisis actual. Podemos ver como esta crisis es más profunda que la de principio de los 90, y esperemos que la recuperación sea igual de increíble.


El caso es que, ya por añadir, otra forma de establecer el fin de la crisis será cuando la economía vuelva a estar nivelada con su nivel potencial. Es decir, cuando utilicemos todos nuestros recursos (lo cual implica bajar el empleo a marchas forzadas).


Y aun así, los estragos de la crisis no se habrán recuperado del todo. Desempleados de largo plazo, problemas estructurales sin resolver… Vamos, que no sabemos cuando saldremos de la crisis, y aun cuando lo hagamos por uno u otro indicativo siempre podremos dudar de ello, hasta llegar a una tautología absurda: Dejaremos de estar en fase recesiva cuando estemos en fase expansiva. Y me quedo tan pancho.

viernes, 26 de agosto de 2011

Análisis económico del segundo trimestre de 2011


Ya están aquí. Ya llegaron. Las cuentas nacionales correspondientes al segundo trimestre de 2011. Fuente: INE.


Sinceramente, no encuentro forma de ver estos datos y encontrar algo positivo. El dato de crecimiento del 0,7% se ve empeñado desde tres frentes, los más importantes. El primero, histórico, pues hemos crecido menos que el trimestre anterior. El segundo, comparativo, pues seguimos con un crecimiento alejado de los niveles que marcaron los países europeos. El tercero, estructural, porque si atendemos a la forma en la que se ha generado este crecimiento y lo comparamos con el resto de partidas que los conforman, nos podemos llevar un susto bien fundamentado. No se preocupen, no hace falta que vayan corriendo a mi banco de datos (ya actualizado) a hacer su propio análisis pues voy a ir poniendo, como es costumbre, los gráficos más importantes para ir viendo poco a poco de qué estamos hablando cuando decimos que el país está en serios problemas, a parte de los que nos suelen vender en la tele.


Pinchen en los gráficos para verlos mejor.



Evolución del PIB


[caption id="attachment_1269" align="aligncenter" width="540" caption="Evolución del PIB. Las tasas de crecimiento siguen el eje derecho."]Evolución del PIB[/caption]

En primer lugar echamos un vistazo a los datos con los que nos van a martillear la cabeza, el crecimiento del PIB en términos interanuales del 0,7%, algo menor que en el trimestre anterior que creció un 0,9%, y el crecimiento en términos intertrimestrales del 0,2%, también dos puntos porcentuales menor que el trimestre anterior con un 0,4%.


A la simple vista de estos datos y contextualizándolos con el resto de países occidentales que muestran una caída en sus respectivos crecimientos, podemos decir que España sigue creciendo, muy lentamente, de forma poco consolidada (gracias al exterior como luego veremos) y a punto de estancarse, si no lo está ya.


Vamos a echar un vistazo a las dos primeras desagregaciones del crecimiento del PIB, la que viene por parte del exterior (exportamos más de lo que importamos) y la que viene por parte del interior.



Demanda nacional y externa


[caption id="attachment_1270" align="aligncenter" width="540" caption="Evolución de la demanda interna y externa"][/caption]

Como vemos, la polarización es total y aquí tenemos uno de los primeros datos negativos del trimestre. Nuestro crecimiento no solo se basa en el exterior, en el hecho de que vendemos más de lo que compramos, sino que nuestra demanda interna no alcanza el rango positivo.


En lo que llevamos de crisis la demanda interna, es decir, lo que los ciudadanos españoles gastan o reinvierten en la propia economía española, ha caído hasta el -7,5% en el 2º trimestre de 2009. Durante el año siguiente el decrecimiento se hacía cada vez más pequeño hasta llegar al -0,3%. Luego hemos tenido un año de estancamiento, (podemos ver la recta roja justo por debajo de la línea del cero) y ahora, de nuevo, vuelve a caer de forma sólida y temeraria, hasta un -1,9%. Este es el riesgo de doble recesión, o recesión en W de la que ahora muchos están hablando en América y Europa. El PIB no lo refleja porque las exportaciones, de momento, nos ayudan.


Porque las exportaciones netas, a su vez están creciendo en torno al 2,6%. Ahora bien, tampoco nos podemos llevar a engaño. El dato refleja que España no es, ni mucho menos, un país exportador.




[caption id="attachment_1271" align="aligncenter" width="540" caption="Evolución de las exportaciones e importaciones"][/caption]

No es que exportemos mucho, pero trimestre tras trimestre conseguimos exportar más de lo que importamos. De hecho, este segundo trimestre, por primera vez, las importaciones han bajado un poco (-1,7%) mientras las exportaciones han seguido subiendo (8,4%). ¿Es este un buen dato? Bueno, si tenemos en cuenta que las importaciones bajan por el único hecho de que las familias españolas consumen menos (interna y externamente), pues no es muy bueno que digamos porque sigue reflejando el estancamiento y/o caída en el gasto de la renta que están padeciendo las familias españolas. Para darle aun más miga al asunto, las exportaciones, aun creciendo, lo hacen a menor ritmo que el trimestre anterior, ¿Por qué? Porque Europa también ha caído un poco y, por tanto, nos demanda un poco menos. Lo cual nos sigue demostrando que nuestro crecimiento se basa en la demanda externa de nuestros bienes y servicios, que es cada vez menos firme. España, por si sola, está lejos de poder levantar la cabeza.



Consumo 


[caption id="attachment_1272" align="aligncenter" width="540" caption="Evolución del consumo y sus rúbricas"][/caption]

Echemos un vistazo a las rúbricas de consumo que forma la gran parte de la demanda agregada total, por lo que las variaciones que se den en el consumo afectarán bastante al PIB.


Y seguimos con malas noticias, pues el consumo, que llevaba ya un año marcando crecimientos positivos, vuelve a la senda de decrecimiento. En este caso, el consumo total ha caído un -0,4%, ayudado por la caída del consumo privado -0,2% y, sobre todo público -1%, que sigue en sus trece de rebajar el gasto para intentar consolidar sus cuentas fiscales y llegar al objetivo del déficit que desde las instancias europeas se nos ha impuesto. Otro signo más del estancamiento interno del país.


Las razones de este comportamiento son muy conocidas. El número de ocupados no ha aumentado, ni considerablemente ni mínimamente, y los salarios y rentas tampoco crecen (las rentas de los asalariados siguen decreciendo, en este caso un -0,5%), por lo que el total para gastar no es que aumente mucho. A su vez, las familias siguen teniendo un deuda privada inmensa a la que deben hacer frente con más ahorro y menos consumo. Este problema está lejos de haberse resuelto y, por tanto, por mucho que la economía parezca mejorarse, a las familias les queda un largo trecho.



Inversión


[caption id="attachment_1273" align="aligncenter" width="540" caption="Evolución de la inversión y sus rúbricas"][/caption]

Llegamos al comportamiento inversor y, de nuevo, el panorama nos muestra un estancamiento negativo, pues la formación bruta de capital (la creación de capital vía inversión), lleva poco más de un año cayendo de forma continuada en torno al -6% y este último trimestre un poco más, ya que cae un -6,7%.


La construcción sigue con su línea casi recta particular, con caídas, trimestre tras trimestre, de entre el 10% y el 9%. Ya vemos como parece que quiere despegar un poco, con una caída del -9,3%, pero sabemos que el sector sigue de capa caída. Con un stock de viviendas por vender enorme, unos precios que siguen siendo desorbitados y un rama de empleo que sigue perdiendo trabajadores.


Los bienes de equipo, que se suele equiparar a las inversiones productivas (las que se hacen para producir, empresas, ampliación de locales, maquinaria, etc), vuelve a terrenos negativos, marcándose una caída del -3,7%, de nuevo otro despropósito.


De nuevo, las perspectivas de crecimiento en la demanda interna siguen siendo muy pequeñas, la competitividad no es nuestro fuerte por lo que ampliar inversión para exportar fuera se nos hace difícil y costoso, por lo que no se intenta. Además de la subida en los tipos de interés y la continua restricción del crédito que no ayudan a un sector que necesita confianza empresarial, del consumo y facilidades de crédito para prosperar.


Por último vamos a echar un vistazo a los sectores económicos por la vía de la oferta.



 Producción por sectores


[caption id="attachment_1274" align="aligncenter" width="540" caption="Evolución por sectores"][/caption]

Creo que es un resumen bastante bueno de la situación en la que estamos. La construcción sigue siendo el único sector en decrecer (-4,1%) , y el resto de sector muestran crecimientos parejos aunque algo menores a los del trimestre anterior. La energía crece al 0,9%, la industria al 3,2% y los servicios al 1,2%.



Entonces… ¿Cómo estamos?


Pues estamos mal. Como veníamos diciendo en el análisis coyuntural de hace unos días, los motores de la economía siguen parados. El consumo, lejos de trazar una senda expansiva, se contrae cada vez más, la inversión sigue sin encontrar razones para crecer y el sector público sigue reestructurando sus gastos.


Las exportaciones que nos hacen crecer dependen totalmente del ciclo económico externo y se ayudan de que el nuestro siga peor.


Las perspectivas y la confianza no parece subir, por lo que el futuro no pinta muy diferente de lo que estamos viendo actualmente.


El estancamiento en el crecimiento y una mayor depresión en las partidas de gasto nos dan una fotografía terrorífica. Nuestra única esperanza es que en el tercer trimestre el turismo (en Julio, agosto y menos en Septiembre) de un pequeño impulso a la economía, aunque por lo visto por los datos de empleo este impulso es demasiado pequeño como para que pueda, por si solo, cambiar tendencias. Seguiremos a la espera.

martes, 23 de agosto de 2011

No a la constitucionalización del déficit público

Las lindezas que nos ha ido dejando este gobierno durante los años de crisis han sido muchas, variadas y, en su mayoría, incorrectas, y parece que, ya que saben que se van durante bastante tiempo al otro de lado del parlamento, se quieren ir a lo grande.


Limitar el déficit público de forma constitucional es tanto una temeridad, como una estupidez, digna de políticas que prefieren seguir a sus vecinos antes de ser consecuentes con su forma de pensar y actuar, no solo para con su ideología, sino para con el pueblo y la actualidad.

Lo primero que deberíamos destacar es que, si queremos rebajar el déficit, podemos hacerlo, ya esté en la constitución o no. La constitución no es un libro mágico que genere políticas nuevas de la nada, que mejore el sistema fiscal y sus ingresos, y potencie el crecimiento. La constitución también defiende el derecho a una vivienda digna pero, de nuevo, al no ser un libro mágico, nadie nos regala los pisos.


¿Para qué se pone en la constitución? Es algo que deberíamos preguntarnos todos. Aun estando en contra de una política austera, puedo llegar a entenderla, aceptarla e incluso apoyarla en según qué circunstancias, y estoy seguro de que se puede llevar a cabo sin tener que recurrir a que esté por escrito en la constitución.


Imponer algo a la fuerza, en un una constitución que debe ser atemporal y que no es conveniente estar cambiando cada año, algo que atañe a las circunstancias económicas coyunturales (que vete tu a saber cuales serán en una década por ejemplo), es una temeridad.


 Y lo es porque, si ya España se ha despojado de su política monetaria al entrar en la Unión Europea, parece que también quiere eliminar por gusto su política fiscal y eso, eso si es peligroso.


Imaginemos que vamos al pasado y, después de la crisis de los años 30 les decimos a los economistas que hay un país que ha decidido incapacitarse políticamente de poder devaluar su moneda o aumentar el gasto público de forma circunstancial en un x%. ¿Qué pensarían? ¿Qué nos hemos vueltos locos? Probablemente sí.


Parece que queremos basar todo el desarrollo y crecimiento en la confianza. La confianza está bien, sí. No lo voy a negar. Es fundamental para asentar las bases de unas relaciones internacionales tanto con países como con inversores que nos permitan diversificarnos y crecer de forma saludable. Pero acabamos de ver como con la confianza no basta. Medio mundo está entrando en una pequeña doble recesión y lo único que hemos hecho es aparentar, vestirnos con las mejores galas y hacer guiños a unas políticas que, de momento no parecen dar ningún fruto. Y aun queremos ir más allá.


El cambio en la constitución ni siquiera se enmarca en un debate social, público o político que nos permita ver sus pros y sus contras, se ha impuesto como una medida más de cara a la galería externa. Y eso, de nuevo, es una bajada de pantalones del señor Zapatero. Y del señor Rubalcaba, que ha preferido hacer odios sordos a lo que decía hace poco menos de un año. Se ha perdido toda seriedad.


He pedido que hagan el referéndum. Y aun así me da igual. Me da igual porque esto no es una campaña americana donde se vayan a hacer debates televisivos con eminentes académicos en economía defendiendo ambas posturas. Menos cuando tanto el PSOE como el PP se han unido en algo (parece que solo se unen en lo peor, que manía tienen). La sociedad está lobotomizada en cuanto a los problemas de déficit. Y alto, stop. Párense un momento. Lo repito y lo mantengo. La austeridad es una política y una forma de pensar totalmente respetable y sobre la que no me impongo, sobre todo porque yo no soy quien. Pero una cosa es querer ser austero y otra es obligarnos a ser austeros por ley, para un futuro incierto, gobierne quien gobierne y pase lo que pase. Eso no es normal.


¿Qué pasará si queremos aumentar el déficit por alguna circunstancia que ahora no podemos prever? ¿habrá que estar cambiando constantemente la constitución?


¿Qué pasara si, por alguna razón, como por ejemplo una crisis económica que desplome los ingresos muy por debajo del gasto público, fíjate que cosas más raras, nos pasamos? ¿No será eso una imagen aun peor de la que tendríamos de no tener algo así en la constitución?


Dicen que será lo suficientemente laxa como para maniobrar en épocas de crisis, y digo yo ¿si ya tenemos los criterios de Maastricht y no los cumplimos, cumpliremos ahora solo porqué esté en la constitución?


Sin contar con que la medida no solo no es consensuada con la población, sino con el propio gobierno. No es normal que rechazasen la medida si la propuso el partido en la oposición y la acepten ahora solo porque lo diga Merkel y Sarkozy. Eso es ser un hipócrita, tanto para con la oposición como para tu misma integridad personal. Es una forma más de ver como no se realiza por ser realmente algo estudiado sino, un bandazo más dispuesto a vendernos el alma para que los "mercados" nos vean con mejores ojos.


Sin contar tampoco, por supuesto, con que la medida no es tampoco un techo en el gasto público, al menos así planteada. Es decir, no le corta las alas, como así habría querido el PP, al sector público. De hecho puede darse el caso de que se utilice el argumento constitucional para tener que aumentar más los impuestos, aludiendo a una necesidad de rebajar el déficit. (Lo votamos todos, ¿recuerdan?, nos dirán). Vamos que ni unos ni otros deberían estar conformes. Unos porque limita el area de actuación y la flexibilidad, y otros porque es una simple excusa que, ni va a generar confianza (teniendo las variables como las tenemos), ni va a generar austeridad, ni, por ende, va a generar menor presencia del sector público.


En resumen. No sé si la pondrán. No sé cómo la pondrán. Pero lo importante no es la norma. Es el hecho. Es la imposición. La coacción y restricción en las posibles políticas económicas. Es el que sea todo un simple maquillaje para que los inversores nos compren más barata una deuda que ya no podremos vender.

Dando tumbos con el sector de la vivienda

Parece mentira que, siendo el sector de la vivienda el que más daño nos ha hecho, no sepamos aun que rumbo tomar. Lo digo por parte del gobierno, y también de la oposición, que en breve será lo mismo.


A la vista de los datos que trimestre a trimestre salen a la luz, vemos como el sector de la construcción cae y sigue cayendo. Veremos si en este segundo trimestre ha seguido la tónica del -10% o si por le contrario ha empezado ya a tomar la senda alcista. Pero sea como sea, atendiendo al nivel de stock de viviendas sin vender, y al precio de las mismas, una cosa está clara: tenemos problema para rato.


Esto es economía básica, de estas que te enseñan el primer día en la universidad. Oferta y demanda. La única forma de conseguir vender todo el stock de viviendas que tenemos ahora mismo es bajando los precios al nivel que previamente tendrían que haber tenido de no haber sido por la burbuja. El sector se tiene que reestructurar, y tiene que perder peso. Eso es algo que todos los políticos deben, aunque creo que no quieren, tener en cuenta.


La desgravación de 4 puntos porcentuales en el IVA a la venta de vivienda nueva es un ejemplo de lo que para mi son palos de ciego.


En primer lugar, tendríamos que ver el impacto que va a tener dicho beneficio en la venta de viviendas. Y después tendríamos que analizar si es eso lo que queremos. ¿de verdad queremos mandar al mercado la imagen de que ahora es el mejor momento de comprar vivienda? ¿no sería mejor dejar que el sector bajase el precio solo, sin necesidad de ajustes fiscales, ajustes que además van en contra de unos mayores ingresos?


Y no solo el gobierno lo ha propuesto, ahora el PP pide que dura hasta el 2013. Así que, obviamente, lo tendremos hasta 2013.


La pregunta es, ¿los pocos que tienen dinero van a invertirlo ya en la compra de vivienda o esperan que vayan a bajar aun más los pisos? Y si es así: ¿Los que tienen pasta ahora van a lastrar la ganancia de capacidad adquisitiva de los que menos tienen al detener la bajada de precio reactivando al sector?


Veremos.

Cae la confianza de los inversores.

Tras los últimos datos recogidos por medio mundo que apuntalas a un importante retroceso de la actividad económica, los índices de confianza no se han hecho esperar. En este caso, el índice Zew, que mide el nivel de confianza de los inversores alemanes, ha caído desde un -15,1 a un -37,6. No solo es un bajón de la confianza, sino además más ha sido profunda de lo que se esperaba.


¿Qué van a hacer estos inversores? ¿Harán mover el dinero para que no esté quieto invirtiendo en actividades productivas? No lo creo. ¿Podemos asistir a otra dinámica de decrecimiento auto inducida? Esperemos que no. Pero todo parece que la salida de la crisis va a seguir siendo lenta y larga.

domingo, 21 de agosto de 2011

Cómo realizar gasto público y levantar la economía en el intento.

Mientras unos critican el gasto público por generar un efecto de crowding out en la inversión privada, asistimos a como esta inversión se centra en los aspectos más improductivos de la economía, y esta transfusión de dinero directa a bienes como el oro y las materias primas han empezado a elevar sus precios de forma totalmente especulativa y perjudicial para los países que, en el caso de la alimentación, están mucho menos desarrollados.


A la hora de hacer gasto público hay, posiblemente, tres formas que puedan describir exactamente las posibilidades que se abren dentro de un marco realista.




Primer caso: Cavar agujeros para taparlos.


En primer lugar tenemos el más improductivo de todos, el ejemplo que se utiliza a diario para desprestigiar la idea del keynesianismo, a la que le doy vueltas y vueltas y cada vez le veo menos sentido: Cavar agujeros para después taparlos.


La idea es la siguiente, en crisis el empleo baja, por lo que una posible idea sería que el sector público contratara empleados para que hicieran agujeros y luego los taparan. Algo totalmente improductivo, cuyo único sentido es hacer que el dinero, en vez de estancarse, siga fluyendo por la economía.


Sí, seguiría fluyendo. Yo en vez de guardar 500 euros en el banco, que irían destinados a cualquier tipo de inversión improductiva, se los tendría que dar al estado para mantener el empleo de otra persona. A su vez esta persona tendría 500 euros más de lo que tendría si estuviera desempleada y por tanto podrá comprarme a mi el producto que yo venda. Todo, claro, a nivel agregado.  Todo esto hasta que los niveles de confianza vuelvan a subir y la gente decida gastar de nuevo de forma privada y mantener los empleos por si solos.


El problema es que el dinero en vez de estar dando una rentabilidad (via ahorro) o proveyendo de un mayor bienestar estaría siendo gastado en elementos aun menos productivos. Además, los 500 euros que recibe el obrero también va a querer ahorrarlos (¿Por qué va a ser diferente?) y el estado también tendrá que grabárselos para seguir haciendo circular la economía. AL final, es como tener a un muerto en coma vivo a través de una máquina. Sí está vivo, pero en cuanto la quites el corazón deja de latir (es un ejemplo extremo porque ninguna economía “muere”, pero creo que se entiende).


Puesto que todo lo que suena a comunismo nos entra por una oreja y nos hace explotar la otra, parece que lo único que tendemos que puede hacer el estado es contratar a obreros para que mejoren la ciudad, quitar y poner aceras, crear servicios no demandados, etc. La actividad productiva está, en general, en manos privadas, y hacerse con ello es, por tanto, difícil. El ejemplo de los agujeros sigue siendo, por tanto, tanto en teoría como en la práctica, lo más utilizado (aunque de muchas maneras).




Segundo caso: Finalidad de gran escala.


En segundo lugar tenemos la persecución de un bien común. En la crisis de los 30 fue la segunda guerra mundial. Hace unos días Krugman hablaba de creernos una invasión extraterrestre. En este caso el sector público incide en la producción privada (en el caso de los años 30 incidiendo en la inversión armamentística, proyectos de investigación y desarrollo, no debemos olvidar que, lamentablemente, muchos de los progresos en la práctica científica, al menos en esos años, se hicieron por motivaciones bélicas. En este caso se mantienen vivas a las industrias privadas, se justifica el gasto público y, para cuando se ha resuelto el conflicto la confianza económica vuelve a ser positiva. El problema: obviamente es necesario un acontecimiento de una importancia tal que lo justifique. No es, por tanto, algo con lo que contar, sino más una curiosidad de gran calado.




Tercer caso: Inversiones productivas.


En tercer lugar, tenemos lo que sería más sensato. Llevar a cabo por el estado las inversiones productivas que el sector privado no va a hacer en el momento. Al no ser un gasto, sino una inversión, la posible futura rentabilidad, siempre que sea superior al interés que se deba pagar en el endeudamiento público justificaría por si sola la actuación. Al ser una inversión de proyección futura, el empleo generado tendría un impacto no solo momentáneo, sino permanente. Se pueden incidir en sectores clave para su futuro desarrollo privado (de hecho está demostrado que las ayudas concretas generan un mayor crecimiento que las genéricas, el único problema es, justamente ese, que no son genéricas y por tanto siempre que hablamos de lo “social” puede generar inconformismo por parte de los otros sectores). Se pueden emplear medidas públicas, o de financiación conjunta con la privada, manteniendo la industria lo mejor posible.


Es decir, a la hora de buscar la alternativa, el sector público se debe encargar de: (I) mantener en todo lo posible la actividad económica a lo largo de la crisis, (II) de forma sostenible tanto en el corto como en el largo plazo, y (III) en sectores que tengan futuro y sean demandados por la sociedad.


De nuevo. Creo que hay un punto de vista, y lo comentaba hace poco en la entrada sobre Keynes y Hayek, que todo el mundo, sociedad y sector empresarial, debería tener muy en cuenta, muy defendida por la escuela austríaca, y es que las crisis hay que sufrirlas. El sector público, creo (bajo mi punto de vista y mi experiencia histórica estudiada), puede ayudar a que la caída sea lo menor posible, la transición entre los diferentes estados económicos sea lo más suave posible e intentar que no se generes heterogeneidades importantes (que afecte de manera importante e incorregible a sectores de la población, por edades, educación, etc). Sin embargo, estamos hablando de una ayuda. Nada más. Creo que el símil más correcta sería, en el plano médico, como coger una gripe. Sí, el médico te puede ayudar, te puede recetar pastillas y te aliviará en parte los síntomas, pero un par de días en cama no te los quita nadie. El sector público puede ayudar en las crisis, pero la crisis está por algo que no se puede corregir del día a la mañana, y ni existen varitas mágicas ni, muy probablemente, existirán.

sábado, 20 de agosto de 2011

Keynes Vs Hayek (II)

Lo cierto es que si no llega a ser por un compañero de la universidad, autodefinido austríaco, no habría llegado a saber tanto de esta escuela. Posiblemente, aun siendo la victoriosa en gran parte de los círculos económicos (al menos sí muchas de sus ideas), en el plano educativo de la economía básica, la escuela austríaca así como Hayek o Mises son unos grandes olvidados.


Hay una razón para ello, aunque para mi es incorrecta. Y es que su escuela es heterodoxa, es decir no se ajusta al canon del resto de escuelas económicas, que basan su conocimiento en modelos. Todo el argumento austríaco es discursivo, no creen en modelos económicos y, se distancian mucho de estudios econométricos/estadísticos (lo cual no quiere decir que no los hagan o usen, pero si son muy críticos con estos).

El argumento clave de esta escuela es básicamente la opuesta al keynesianismo o al monetarismo, pues dicen que la mejor aportación al sistema económico que se puede hacer desde instancias superiores (sector público o bancos centrales) es no hacer nada.




[caption id="" align="alignright" width="199" caption="Keynes"][/caption]

Su argumento se basa bastante en la toma de decisiones de los individuos y los precios relativos, en la posición del ahorro frente a la inversión y a mantener la economía bajo una libertad estricta que permita a los individuos poder tomar las mejores decisiones, sabiendo el precio real de todo producto. Cualquier actuación pública hace variar los precios relativos y eso acaba fastidiando todo el sistema (ahorro, inversión, consumo).


Con tipos de interés bajos las inversiones se hacen muy rentables lo cual, bajo nuestro sistema financiero, permite una sobreinversión en sectores que pueden crear burbujas, endeudamiento y en última instancia crisis.


Lo cierto es que, como explicaba el artículo que describía ayer, la escuela kaynesiana y austríaca no se diferencian tanto en sus raíces. Podemos hablar de ellas como los típicos hermanos cabreados que jamás llegarán a hablarse.


Las dos parten de la tradición Milliana de la economía, la cual, en oposición al empirismo predictivo, basaba la validación de la teoría en la validez de los primeros argumentos de los que deducían la teoría (las premisas) y no en una validación posterior a partir de estudios que refutaran la propia teoría.


La diferencia es que mientras el empirismo introspeccionista (línea keynesiana) basaba la validad de sus premisas por una evidencia empírica, aunque sea evidencias internas, la línea austríaca la basaba en hechos que, para ellos, eran innatamente verdad, los llamados “principios sintéticos a priori” que no necesitan ningún tipo de validación.


Por ejemplo, para los keynesianos es una premisa evidente el decir que una parte de lo que se gana como renta se dedica a consumir y otra a ahorrar. Esto es algo obvio que no necesita ningún tipo de estudio. A partir de aquí se pueden sacar generalizaciones a través de modelos económicos.


En la línea austríaca tendríamos por ejemplo: Toda acción viene motivada por algo, es decir, tiene un propósito. También algo evidente.


No, la diferencia no es grande, es simplemente un matiz. Y lo que verdaderamente separaría a las dos escuelas sería el modo normativo (como debe ser) de ver la economía.


En el modo positivo (es decir, en la explicación de lo que es y de cómo funciona la economía) la escuela austríaca tiene muchos aciertos. Sus libros discursivos y de ensayo (aunque no por ello es una lectura más fácil) son profundos y muy correctos.Su crítica a la agregación macroeconómica me parece razonable, su visión de un capital heterogeneo muy lógica, y la diferencia entre inversiones buenas y malas, aun con matices, correcta. Sin embargo bajo mi experiencia, llega un momento en el que intenta imponer tras páginas y páginas de lógica incorregible una conclusión que no lo es tanto, en un movimiento que se aleja de la neutralidad con la que intentan plagar el texto.


Keynes por su parte también hacía libros discursivos y era más parecido a la línea austríaca que a los economistas clásicos. Pero sus razonamientos se hicieron mucho más modelizables (gracias, sino me equivoco a Hicks).

[caption id="" align="alignleft" width="168" caption="Hayek"]Hayek[/caption]

Que hay un sobre endeudamiento en el sistema derivado de muchos años invirtiendo en la burbuja es algo que todos entienden. El cómo hemos llegado a ello, (con muchos matices) es algo que también suele concordar. El problema es que para los austríacos lo fundamental ahora es que el ahorro se vuelva a sobreponer sobre la inversión, que el endeudamiento se acabe y el sistema vuelva a ser tan perfecto como en su teoría debería ser. Mientras para los keynesianos ese incremento de ahorro ahora nos llevaría de forma agregada a una crisis aun mayor por lo que hay que hacer es justamente lo contrario, impulsar el consumo.


A parte de los muchos problemas que le veo a la escuela austríaca (y en este artículo solo hablo de sus virtudes), hay un elemento que llegué a leer que terminó por decantarme por la escuela de Keynes. Y es que no creían en el comportamiento circular explosivo de la economía. El argumento de Keynes es que si ahora mismo aumenta el ahorro, esto llevará a un descenso en el consumo, lo cual hace que se venda menos, lo cual implica que más empresas tienen que cerrar o despedir a gente, con lo que mucha gente se va al paro, y el ahorro, de forma agregada, baja (o mucha gente no puede hacer frente a su endeudamiento)


Los austríacos no creen en esta serie de movimientos de aglomeración explosiva (no digo todos, pero lo llegué a leer como argumento principal), mientras que yo los considero básicos.


Mientras los austríacos consideran que se debe perseguir siempre el estado de libertad y competencia perfecta, aunque para ello tenga que bajar la producción un 10% de golpe, aunque por el camino se pierdan empleos, los keynesianos consideran que el sistema está lleno de ineficiencias derivadas de desigualdades iniciales, imperfecta información (imperfecta y desigual), poder de mercado (es decir, ya de base no creen en la competencia perfecta derivada de la simple libertad individual), y prefieren disminuir el endeudamiento a largo plazo, aludiendo a que, la mejor forma de pagar tu endeudamiento es tener un trabajo con la que poder hacerlo.


Podriamos tener a Hayek como el polí malo de la película: Si quieres invertir, primero ahorra. Si hay crisis no hay varitas mágicas que solucionen nada. Los atajos pasan factura... Y a Keynes como el poli bueno: Yo te ayudo ahora pero luego tienes que valertelas por ti mismo. Sé que lo has hecho mal pero no te voy a dejar sin cenar. Lo cierto es que necesitamos de los dos. O al menos (y no estoy siendo tendencioso), las dos son formas diferentes de ser o educar, presentes aun hoy día y que van más allá de lo que a economía se refiere.


El estado de competencia perfecta de los austríacos no es el mismo que, por ejemplo la escuela de Chicago (para mi estos ya son simples irracionales y ciegos obtusos). Por decirlo de forma rápida: Para Keynes la presencia de los monopolios implica que hay un poder de mercado en manos de una empresa y que sería mejor regularla (como ya se hace). La escuela de Chicago diría que si hubiera verdadera libertad económica no habría monopolios (para mi esto es una tontería enorme). Para los austríacos (más conscientes de la realidad) la presencia de monopolios puede surgir en libertad económica pero para ellos no es ningún problema, ni implica ningún perjuicio para la sociedad. Para ellos, todo lo que se deriva de la libertad económica estará bien.


Por otro lado, la escuela austríaca tiene, a su vez, muchos seguidores y algunos muy diferentes. No me gusta mucho que se tome a Hayek y Mises como los líderes de la verdad absoluta e incluso hay gente dentro de la escuela que también lo crítica. Los keynesianos por su parte hace tiempo que se desligaron un poco de Keynes, de lo que solo se mantiene su “forma de ver” la economía.


En definitiva, tanto Keynes como Hayek, a menudo exponentes máximos de escuelas enfrentadas siguen hoy de actualidad, lo cual considero que es signo no ya de que ninguna escuela ha conseguido triunfar sobre la otra, sino de que muy posiblemente las dos puedan tener su trocito de razón. La reconciliación es imposible pues su forma de entender la política es diametralmente opuesta. Muchos blogs y académicos se pasan horas criticando al contrario. Solo hay que ver la cantidad de artículos que hay dedicados a difamar contra Krugman y sus ideas. Por eso creo que los que estamos en medio tenemos que ser lo suficientemente sensatos como para pasar por en medio, coger lo mejor de cada casa y salir pitando de allí. Aunque en mi caso, defensor del nuevo keynesianismo, coja más cosas de una que de otra ;).


PD: Creo que ya los he recomendado alguna vez, pero es que ahora vienen perfectos. Los Rap's de Keynes Vs Hayek. Una visión muy satírica y humorística de esta infinita batalla: Aquí la primera parte. Y aquí la segunda. Este último es mucho mejor, más diálogos y con un final tremendamente cierto.

viernes, 19 de agosto de 2011

Keynes Vs Hayek (I)


Hoy es viernes y, como tal, la productividad de la semana alcanza su punto más bajo antes de retomar el descanso semanal y retomar fuerzas. Por ello, en vez de intentar contar con otras palabras lo que tan sencilla y perfectamente está explicado por el profesor Skidelky, os remito a su propio artículo, y lo leéis en español.


Os remito aquí un par de citas del mismo:


Sobre Hayek:



Su gran fortuna fue sobrevivir a Keynes por casi 50 años, y por tanto reclamar una victoria póstuma sobre un rival que lo había embestido intelectualmente cuando estaba vivo.

La eterna batalla.



Mientras que para Hayek la recuperación requiere la liquidación de las inversiones excesivas y un aumento del ahorro de los consumidores, para Keynes consiste en reducir la propensión al ahorro y aumentar el consumo a fin de mantener las expectativas de utilidades de las empresas. Hayek exige más austeridad mientras que Keynes exige más gasto.

Concluye:




Por lo tanto, a pesar de su distinción como filósofo de la libertad, Hayek merecía perder su batalla con Keynes en la década de 1930. Y se merece perder la revancha de hoy también.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Retroceso europeo. Vamos a la deriva.

Ayer hablábamos de la ralentización económica de la recuperación en España, contextualizada en una Europa que sigue los mismos pasos. Hoy echamos un vistazo a la misma Europa.


En este gráfico podemos ver los últimos cuatro trimestres de los países que más denotan esta caída.



Como vemos, desde mediados del año pasado, la recuperación parecía ir consolidándose, sin embargo, parece que los motores van perdiendo fuelle. De nuevo, sé que falta tener los datos desagregados para ver realmente el caso particular de cada país, pero la tónica general es la que es. Y lo cierto es que España, que como siempre va a la zaga del resto de países, me da a mi que va a sufrir otro pequeño bajón (espero equivocarme).


La nueva presidenta del FMI ya dijo hace un par de días que debemos hacer una estrategia dual, que permita consolidar fiscalmente a los países sin implicar un detrimento del crecimiento real de las economías, e incluso se permitió hablar de aumentos del gasto público.


Sea como fuera, políticas públicas procíclicas y el continuo aumento de los tipos de interés (la diferencia con respecto a EEUU que mantienen los 0,25% es abismal), son políticas que en nada ayudan a la recuperación económica. Ayudan a mejorar los desequilibrios económicos (déficit e inflación), pero nada más.


El gráfico y los datos hablan por si solos, y un bajón de casi un punto porcentual en el crecimiento europeo es de todo menos positivo. Alemania cae del 2,8% al 1,8%. La media europea del 1,7% al 0,8%. Y sí, España es la linea naranja, la que está más abajo. Aunque ahora compartimos crecimiento con Reino Unido. Parece que sus ajustes no han salido tan bien como esperaban, quizás deberían hacer más...

Cinco puntos clave, según Merkel y Sarkozy

De la reunión de ayer entre Sarkozy y Merkel se sacaron cinco puntos clave que destaca Lainformación. Sigo sin entender porque cinco puntos tan importantes para el devenir de Europa tengan que sacarse en claro en una reunión bilateral y no conjunto, pero que se le va a hacer.



1. Limitar el déficit en la constitución de los países miembros


Creo que nos vamos de vareta y mucho. Una cosa tan maleable como es un simple número ficticio que hemos supuesto como barrera psicológica a la hora de pedir deuda no puede introducirse dentro de algo tan difícil de cambiar como la constitución. Puede haber situaciones donde un aumento por encima de ese límite estén justificadas, crisis que aun no sabemos como pueden arrastrarnos. Controlar el déficit, crear organismos que fomenten una supervisión más estricta del déficit, castigar a los países que superen el límite de déficit, me parecen medidas suficientes en una economía sana. ¿Vamos a permitir que ciudadanos se puedan endeudar durante 40 años y no que un Estado pueda crear déficit durante uno o dos años bajo circunstancias que lo permitan? ¿Tampoco los países con una deuda irrisoria? De hecho, ¿Por qué este límite no se hace sobre la deuda? ¿No es más normal limitar el que un país se pueda endeudar hasta un 120% de su PIB a limitar el que un país pueda aumentar su deuda de un 30% a un 35% de forma circunstancial?



2. Crear un gobierno económico europeo


Nos ha fastidiado, pues claro. ¿De qué sirve vender al mundo que eres una unidad económica fuerte si ni siquiera tienes un gobierno económico conjunto?



3. Armonizar el impuesto de sociedades


Esto es necesario para que países como Irlanda (con una tributación bajísima) no se lleven todo el capital y nos deje al resto a dos velas. Pero habría que ampliarlo a muchas otras cosas, aunque cierre de manera abrupta la libertad económica de los países.



4. Imponer una tasa a las transacciones financieras


Ya veremos como se impone y como acaba resultando. En un principio teórico la imposición sobre capitales suele ser lo peor, excepto si se hace en conjunto, y a nivel práctico es necesario para, al menos, vender una solidaridad real entre rendimientos de capital  y trabajo.



5. Retrasar la llegada de los Eurobonos


Al final los acabarán poniendo, pero cuando la crisis haya acabado y Grecia, España e Italia no les pueda joder el chiringuito. Pero esto nos sigue planteando la duda. La duda que puede hacer que todo este castillo de naipes europeos se venga abajo. ¿De qué hablamos aquí? ¿Del bienestar de Europa o del bienestar de Francia y Alemania? ¿Importamos algo realmente en Europa?

martes, 16 de agosto de 2011

Dejen de mimar a los super ricos. Por Warren E. Buffett.

Muchas veces hay que esperar que personas de otro ámbitos hablen para que el tema se tome en serio y no se vea parcial, subjetivo y aprovechado. Si yo digo que quiero una mayor imposición para los ricos, estos pueden decir que soy un interesado que lo que quiere es robarles el percal. ¿Y si lo dice un multimillonario?


Warren E. Buffet escribió ayer un artículo en el New York Times que he querido traducir para el blog. Pido perdón porque la traducción puede no ser perfecta, pero al menos será mejor que la que puedan obtener mediante traductores automáticos.



Dejen de mimar a los super ricos.


Nuestros lideres han pedido que el sacrificio sea compartido. Pero cuando lo han pedido me han dejado de lado. He hablado con amigos míos, muy ricos, y aunque se esperaban cierto dolor, al final no se les ha tocado.


Mientras los pobres y la clase media luchaban por nosotros en Afganistán, y mientras la mayoría de los americanos luchaban para ganarse la vida, los mega ricos continuamos obteniendo extraordinarias ventajas fiscales. Algunos de nosotros somos inversores que ganamos billones por nuestro trabajo diario, y se nos permite clasificar nuestros ingresos como participación del beneficio, teniendo que pagar sólo el 15% (el impuesto por ganancias de capital). Otros poseen futuros bursátiles durante diez minutos y tienen el 60% de sus ganancias tasadas al 15% como si fueran inversores de largo plazo.


Estas y otras bendiciones nos caen del cielo gracias a los legisladores de Washington, que se sienten obligados a protegernos, como si fuéramos búhos, o alguna especie en peligro de extinción. La verdad es que es bueno tener amigos en las altas esferas.


El año pasado, los impuestos que tuve que pagar fueron de 6.938.744 dólares. Puede parecer mucho dinero, pero lo que pagué es solo el 17,4% de mis ingresos.


Si haces dinero con el dinero, como hacen mis amigos super ricos, el porcentaje será incluso más pequeño que el mio. Pero si lo ganas trabajando, el porcentaje seguro que lo excede, y además por bastante.


Para entender porqué, tenemos que examinar las fuentes de los ingresos del gobierno. El año pasado, el 80% de estos ingresos provinieron de los impuestos sobre la renta y de nómina. Los mega ricos pagaron impuestos a una tasa del 15% en la mayoría de sus ganancias, pero prácticamente nada por sus nóminas. La historia es muy diferente para las clases medias, pues pagan un mayor impuesto marginal y medio.


Atrás, en los años 80 y 90, los impuestos para los ricos eran mayores. Mi porcentaje estaba próximo a ser la mitad. Y según algunas teorías económicas debería haber rehusado a seguir invirtiendo por los impuestos tan elevados que grababan mis ganancias y mis dividendos.


Sin embargo, no dejé de invertir, ni lo hicieron los demás. He trabajado con inversores durante 60 años y aun no he visto a ninguno, ni siquiera cuando la tasa era próxima al 40% en los 70, que se echara atrás y no invirtiera por el impuesto sobre el posible beneficio. La gente invierte para hacer dinero, y los impuestos potenciales nunca me han asustado. Y para aquellos que argumentan que impuestos más altos dañarían la creación de empleo, debería decirles que se crearon de forma neta 40 millones de empleos entre 1980 y 2000. Desde entonces no ha habido más que recortes en los impuestos y una menor creación de puestos de trabajo.


Desde 1992, el IRS ha compilado datos de los 400 americanos que reportaban el mayor ingreso. En 1992, esas 400 personas tenían, de forma agregada, unos ingresos de 16.900 millones de dólares y pagan, de media, un 29,2% de esa suma. En 2008, el agregado asicende a 90.900 millones de dólares y la tasa que pagan es del 21,5%.


Los impuestos a los que me refiero aquí incluyen solo sobre los ingresos (de capital). De hecho, 88 de los 400 en 2008 no tenían ningún tipo de salario, solo ganancias de capital.


Sé bien que muchos de los mega ricos son personas bastante decentes. Aman América y aprecian la oportunidad que este país les ha dado. Muchos incluso dan gran parte de sus riquezas de forma altruista. A muchos no les importaría tener que pagar más en impuestos, sobre todo cuando muchos de sus conciudadanos están sufriendo.


Doce miembros del congreso cogerán pronto el trabajo de tener que reformar nuestras finanzas estatales. Han sido instruidos para que reduzcan el déficit (a diez años) como mínimo en 1.5 trillones de dólares. Es vital, sin embargo, que logren algo más. Los americanos están perdiendo la confianza en que el congreso sepa lidiar con sus problemas fiscales. Solo acciones que sean inmediatas, reales y substanciales podrían prevenir la duda sobre América.


Lo primero que tiene que hacer estos doce es echar abajo las promesas que ni siquiera un rico podría hacer. Se tienen que hacer fuertes ajustes y hay que mirar hacia el ingreso. Yo dejaría los impuestos para el 99,7% de la población intactos, y continuaría con la reducción de un 2% en la contratación de empleo. Esto ayudaría a los pobres y a las clases medias. Pero para aquellos que ganan más de un millón de dólares, unos 236.883 en 2009, les aumentaría los impuestos ahora mismo, incluyendo, obviamente, dividendos y ganancias de capital. Y por los que ganan 10 millones o más (8.274 en 2009) otro incremento aun mayor.


Mis amigos y yo hemos sido mimados durante ya mucho tiempo por un congreso amigo de los billonarios. Es tiempo de que nuestro gobierno se tome en serio lo de compartir el sacrificio.


Warren E. Buffett.

Análisis coyuntural de la primera mitad de 2011

El INE acaba de sacar un par de datos sobre la cifra de negocio de la industria y el sector servicios, aderezado con el dato adelantado de la evolución trimestral del PIB. ¿Qué mejor momento para ver una pequeña foto de cómo está la economía?


Podéis ver los datos tanto en el INE como en mi propio Banco de datos económicos, ya actualizado. Vamos a atender a los valores recién publicados, que datan hasta junio.


Mucho se va a hablar de la desaceleración económica, de la recaida del sistema español y mundial. Las dudas no son nuevas, pues ya hace meses, incluso años en EEUU, se hablaba de una crisis en W (caída, ascenso, caída otra vez y recuperación total). Los pro-déficit como yo (que nadie me queme en la hoguera, por favor),  lo veíamos venir como algo connatural a la forma de hacer las cosas.


Esta recaída se traduce en un crecimiento del 0,7% del PIB en el segundo trimestre.



¡Pero si es crecimiento, ¿cómo puede ser recaída?


Cuando hablamos de tendencias, asistimos a la evolución del crecimiento interanual (lo que ha crecido el PIB desde el año anterior). Crecer al 0,7% es crecer, pero es crecer menos de lo que crecimos en el trimestre anterior, mientras que en una recuperación saludable deberíamos ir creciendo cada vez más hasta recuperar la tendencia de crecimiento inicial (previa a la crisis, y nos falta mucho…).


En este gráfico se puede ver bien (como viene siendo costumbre, pinchen para verlo mejor):



La crisis es la tremenda caída, desde el 2,7% a principios de 2008 al -4,4% a mediados de 2009. Tras tocar fondo el decrecimiento comienza a ser menor y a mediados de 2010 entramos en terreno positivo. Cada vez crecemos más, hasta llegar al 2º trimestre de 2011, y bajar el ritmo de crecimiento. Falta saber de donde proviene este crecimiento, aunque creo que no me equivocaré mucho si digo que está fundamentado en el crecimiento de las exportaciones netas (basado en un retroceso importante de las importaciones, derivado del estancamiento del consumo de las familias y empresas). Aunque el exterior tampoco nos ayuda mucho. La eurozona ha pasado de crecer un 2,5% a un 1,7%. Parece ser que las medidas de ajuste del FMI no ayudan mucho, aunque parece que Christine Lagarde quiere ir por otro camino, por las palabras que dedicó ayer a este tema.


Atendamos a los índices de la cifra de negocios del sector servicios y la industria:


Crecimiento interanual de rúbricas del sector servicios


Aquí podemos ver el desglose del sector servicios en comercio al por mayor, por menor y otros servicios. La tendencia es la misma, y similar a la del PIB en cuanto a la tónica general. El problema, el bajón que ha ido pegando desde el año pasado. Este bajón en la actividad económica ha conseguido que el sector vuelva a niveles negativos (¡después de estar en positivos!). Por poner el ejemplo más extremo, el comercio al por mayor que el año pasado llegó a crecer un 10,8% en junio, en este mismo mes de 2011 ha decrecido un 6,5%. Obviamente, sí, podemos hablar de recaída.


El gráfico del nivel general del sector servicios y el empleo nos da la fotografía perfecta para llevarnos las manos a la cabeza. El empleo, que estaba a punto de crecer en el sector vuelve a reflejar un decrecimiento del 0,5%.


Crecimiento interanual del sector servicios y su empleo


Ahora pasemos a la industria.


Uno ve el dato de que esta ha crecido un 6,2% y piensa, pues no está tan mal. EL problema es que el reflejo es como el del PIB, venimos de crecimientos superiores, y por tanto es un retroceso.


La industria, en plena crisis, llegó a reflejar decrecimientos del 30%, por lo que la recuperación debe ser fuerte y contundente. Este decrecimiento en la recuperación sigue lastrando a un sector que no acaba de despegar.


Atendiendo a los últimos 6 meses:


Crecimiento interanual de rúbricas del sector industrial


La caída en el crecimiento en bienes intermedios es la más notable, y el que los bienes de consumo (dentro de la industria) retome valores negativos remarca el hecho de que esto pinta serio.


Los pedidos a la industria (indicador que suele prever la actividad industria) también refleja una caída en su tendencia.



En resumen


El sector servicios vuelve a caer en el abismo, y el sector industrial le siga a la zaga, aun reflejando crecimiento, este es mucho menor, ya no solo de lo que debería ser en una recuperación potente, sino de lo que llegó a ser pocos meses atrás.


Así que, cuando hablemos del posible retroceso en la economía, no solo se debe argumentar con una pequeña caída en el crecimiento del PIB (del 0,8% al 0,7%), sino en la evolución de sectores tan importantes como la industria y el sector servicios. Habrá que esperar al día 26 para ver la contabilidad trimestral del segundo trimestre. Hasta entonces, solo nos queda rezar. Ahora creo que son buenas fechas ;).

¿Quién decide en Europa?

Hay cosas que me enervan bastante. Una de ellas es la minicumbre a la que ya estamos acostumbrados entre Francia y Alemania. ¿Por qué demonios tienen que juntanterse esos dos países a expensas del resto?


La culpa es de todos, claro. El resto de presidentes tendrían que imponerse y obligar que las reuniones con agenda europea se haga en un marco europeo y de conjunto. Que menos que esté presente el presidente europeo de turno al menos…


Si no van a hablar de nada importante, que no hablen ni pierdan el tiempo. Si lo van a hacer que se junten con el resto de países. Habría que recordarles a estos dos que fueron los que incumplieron los criterios de la deuda hace ya algún tiempo. Los muy hipócritas.

lunes, 15 de agosto de 2011

¿Cómo resolver la crisis del euro?

George Soros da tres claves fundamentales para lo que debe ser una mejor cohesión de Europa y el Euro en su artículo que podéis leer aquí.


En cierto modo no es nada nuevo, sino reiterativo, de lo que ya muchos han apuntado como pasos fundamentales para reforzar la salida de la crisis, ya no de los países de Europa, sino de Europa en si misma.

En primer punto es la reforma de los sistemas financieros y bancarios a nivel europeo, el segundo la creación de eurobonos y el tercero crear un mecanismo que permita a los países poder salirse del euro sin que esto signifique la crisis total y el cierre del sueño europeo.


Además de, algo que ya dije al principio de la crisis, fundamentar criterios flexibles de déficit que nos permitan en crisis ser más proclives a políticas expansionistas (y no restrictivas como se nos está vendiendo) que apoyen sobre todo a países como España, con un empleo y una economía tan estancada.


El problema, claro, es que el país que está ejerciendo como líder de la manada (me rio yo de la presidencia Europea por turnos) es Alemania. A la cual le vienen mal tanto los Eurobonos como una convergencia real de la economía. Alemania crece porque exporta, y exporta porque otros importan. Es una tautología algo tonta pero que nos recuerda que el juego comercial es de suma cero. Es decir, no todos los países pueden exportar netamente al resto y por tanto crecer. Se pueden especializar, eso sí, pero agregadamente, a no ser que se exporte sobre todo a fuera de Europa, mientras unos crezcan mediante su exportación otros deberán buscarse otro mecanismo.


Saber acoplar estas diferencias económicas mientras instrumentamos políticas comunitarias debe ser el paso fundamental para que el Euro prospere con fuerza.

viernes, 12 de agosto de 2011

jueves, 11 de agosto de 2011

Mercados eficientes en acción

Lo ha colgado Krugman y me ha hecho tanta gracia que he querido compartirlo en el blog:

Mercados eficientes en acción

Estrés, productividad y crecimiento

Según UGT, el 71% de los trabajadores teme perder su trabajo y el 75% trabaja con estrés.


¿Son estas las mejores condiciones para potenciar la productividad y el crecimiento?


Lo cierto es que incluso hay gente que dirá que sí. Que el hecho de poder perder tu trabajo en cualquier momento te hace ser más productivo porque al esforzarte intentas que el empresario no te eche a la calle. Dicen, es el mejor incentivo que tienen los trabajadores para trabajar.


Pero en una sociedad teóricamente avanzada en la que vivimos, ya no solo es que por norma establecida los trabajadores no deberían pasar gran parte de su vida sufriendo y estresados, sino que, además, no beneficia a la economía.

Supongo que los extremos dan resultados que podrían servir para ilustrar una u otra forma de responder. Si nos vamos a las fabricas chinas donde cuatrocientos trabajadores mecánicos se dedican de sol a sol a callar y a no rechistar con un sueldo de mierda maximizando la productividad a base de una necesidad imperiosa de comer veremos que sí, el sistema es efectivo. Occidente se está nutriendo en parte de esta productividad conseguida a base de las malas condiciones de oriente.


Por otro lado tenemos empresas como Google, donde se prima y se mima mucho al trabajador. Lo cual no quiere decir que no se el exija, que todo valga o que el riesgo de ser despedido sea cero. Sin embargo, el ambiente de trabajo relajado, con ritmos y trabajos marcados de antemano pero con la libertad de actuación propia de cada trabajador le confiere a este la importancia que necesita para sentirse realizado y con ganas de trabajar, requisitos importantes para el esfuerzo y el crecimiento en la sociedad de hoy.


Digo esto porque una sociedad mecanicista, industrializada, donde la mayoría actúa de mano de obra barata no es igual, y por tanto no tiene los mismos requerimientos a nivel empresarial, que una sociedad donde la comunicación, la información (y por tanto el aprendizaje), la creatividad o la perfección sean los atributos más característicos (si no lo son, lo serán).


En una sociedad donde lo que prima no es la cantidad, sino la calidad (una sociedad avanzada), el estrés y la productividad hacen mala pareja.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Banco de datos de Caótica Economía.

Hoy presento un pequeño y nuevo apartado del blog que espero le pueda ser útil a algún lector, esporádico o no, del mismo. Un banco de datos donde iré actualizando semanalmente los índices de diversas fuentes estadísticas.



Lo cierto es que acostumbro mucho a echar vistazos a los índices de coyuntura que va publicando el INE o me paso de vez en cuando por la OCDE a ver que se cuece por allí. Y lo cierto es que, a pesar de que nos dan una gran cantidad y posibilidad de datos, hacemos uso de los típicos con mayor frecuencia. Y me cansaba de estar siempre volviendo al INE o buscando entre los archivos bajados cada vez que quería ver dos o más datos que sabía que ya había visto antes.


Por ello, decidí hacer un archivo Excel juntando todos los indicadores que solía ver, basado sobre todo el los datos de la contabilidad nacional trimestral y los indicadores mensuales. Pero una vez que me puse con el trabajo y ya que agregar índices a un Excel es gratis, decidí juntar algunos más. Más tarde se me ocurrió subirlo a Google spreadsheets y compartirlo con todos vosotros.


Podéis entrar desde aquí, la imagen de arriba, o desde la sidebar de la derecha. Una vez dentro, pulsando en las pestañas, podéis seleccionar índices trimestrales, mensuales o (de forma anecdótica) anuales.


La base de datos no es definitiva, es decir, en cualquier momento puede seguir añadiendo índices, y de hecho pienso hacerlo, por lo que si creéis que debería poner alguno en concreto os agradecería que me dieras el link en donde conseguirlo. Todo lo que aumente el tamaño será bien recibido.


Podéis emplear el link como consulta o podéis bajaros el archivo Excel y emplearlo como bien queráis, mi único trabajo aquí es juntar en un mismo sitio diversos indicadores.


Por otro lado, debo aclarar. Todos los datos están recogidos en tasas de crecimiento interanual, con (en la medida de lo posible) datos desestacionalizados y corregidos de calendario. Es lo que uso siempre.


Nada más, críticas u opiniones en la caja de comentarios. Un saludo.

martes, 9 de agosto de 2011

El valor económico de un pais

Ayer, tras ver este mapa, con el dato de la deuda en porcentaje con el PIB de cada país, me asombraba con el hecho de que Japón tenga un 200%. Es decir, el gobierno de Japón debe una cantidad que duplica el valor de la producción total del país en un año.


Ante este hecho, desde twitter me preguntan:


https://twitter.com/ebaste/status/101008424392867840

Es decir, a la hora de saber cuan bien está un país con respecto a su deuda utilizar el aval de sus medios de producción o el valor que tiene en su conjunto (el pais) en vez del flujo productivo anual.


Mi respuesta es que el pago de la deuda en un país debe provenir siempre de la producción que se haga en dicho país, puesto que lo tiene mucho más difícil para vender su capital. Me explico. Si bien una persona puede utilizar de aval cualquier otra propiedad a la hora de pedir un crédito (y así lo hace con la vivienda), un país no puede utilizar sus propios medios de producción como aval porque no podría pagarlos, deshacerse de ellos.


Por otra parte, la capacidad productiva de un país depende de forma directa de la producción de realiza, por lo que si un país tiene el doble de capacidad lo más seguro es que produzca el doble y que, por tanto, se pueda permitir el lujo de tener el doble de deuda.


Lo cierto es que en otros tiempos, o quizás dentro de poco si se pone de moda, si se utilizaba algo así como “el valor del país” para todo tipo de comparaciones. Para ello se utilizaba el oro que ostentaba cada país, porque era la forma más “liquida” de poder hacer frente al pago de deudas sin tener que echar mano de tus flujos productivos. Tiempos donde el banco central dependía del gobierno y en donde el patrón oro podía tener mayor repercusión.


Y la verdad es que sería curioso el ejercicio de intentar saber cuanto valdría un país. Y creo que si no se usa tanto un valor como ese es porque es imposible de saber o calcular.


El PIB es un valor de referencia para muchos y puesto en duda por otros por, creo, la misma razón, ser un valor técnico. Es un valor numérico que sirve para intentar poder estimar de forma correcta como va el país aunque en el camino se deje muchas otras cosas que, si bien económicamente puedan ser más importantes, son más difíciles de medir. El PIB se utiliza siempre porque es sencillo, maleable y comparable con otros países.


En cambio, ¿Cómo podemos calcular cuanto vale un país?


Existen cálculos del valor del capital del país. El stock de capital, que vendría a ser el aval productivo que ostenta el país. Un edificio es producción durante un año (el que se construye), y stock de capital hasta que se destruye. Pero por lo que he leído, es bastante complejo, y dos estudios diferentes pueden dar resultados bastante dispares. Lo cual le da un valor extra (mayor seguridad).


¿Por qué no la mano de obra?


Un país con mano de obra más preparada, con una productividad mayor, está más capacitada, no solo de producir más, si no de solventar crisis, desastres y catástrofes con muchos menos problemas que otros países.


¿Recursos naturales? ¿Prospecciones futuras? ¿Calidad de sus políticos? ¿Libertad del sistema?


Cuanto más abstractos nos ponemos más difícil e imposible se hace calcular el “valor” del país, porque, supongo, lo que queremos todos es poder resumir todo el valor en una cifra homologable a todos los países que nos permita comparar para poder hacer una lista y saber en qué posición estamos. Pero eso es imposible. Sí, se pueden hacer estimaciones, o estudios empíricos que intentan arrojar luz sobre un hipotético valor, pero no creo que se pueda hacer, al menos de momento, nada a escala internacional que nos sirva para comparar.


Si que hay algo que da que pensar, y es que mientras las personas nos endeudamos (por ejemplo en la compra de un piso) por valor de diez años o más de todo nuestro flujo productivo (tendríamos que estar diez años cobrando 1000 euros y dedicando todo al pago de la vivienda para comprar un piso de 120.000 euros), un país, al llegar a la cifra de dos años (dos años de su flujo productivo, es decir, dos años la producción de su PIB), nos llevamos las manos a la cabeza, como en el caso de Japón.


En definitiva, medir el valor de un país es difícil, y además sirve de poco puesto que no nos sirve para hablar de “liquidez” que es lo que se suele usar para ver la capacidad de pago de un país / empresa. Aunque es un tema con muchos puntos de vista y con bastante miga de la que hablar.


Pero en cierto modo, sí que tiene razón el compañero en decir que a la hora de calcular la “peligrosidad” del endeudamiento no se puede mirar únicamente al ratio deuda/PIB. La razón la vemos todos los días. Mientras Alemania ostenta un ratio del 73,5% y España del 53% (es decir, en proporción el gobierno de España está menos endeudado) el interés nos sale más caro. Somos menos “fiables”. Por tanto, no podemos a la hora de comparar el endeudamiento, mirar a estos ratios como si fueran homologables porque precisamente existen otros detalles como, a lo mejor, el “valor” o “seguridad” del país, que hacen, además del PIB, que un país se pueda endeudar más sin que sea "peligroso".

Project Syndicate


A través de un comentario en twitter llego a un artículo de Stiglitz y a través de este a una página que no conocía, pero cuyo estilo llevaba tiempo ensalzando como webs de gran futuro y valor periodístico. Irónicamente, la web provee a los periódicos actuales, de los cuales se nutre. Hablo de Project Syndicate, la unión de un montón de articulistas reconocidos de todas las esferas políticas, económicas y sociales.


Los periódicos tienen que disolverse. No tienen ya mucho sentido y cada vez lo van a tener menos con la rapidez de la red. Por eso creo que los periódicos tienen que dividirse en dos apartados, uno, objetivo, basado en sistemas rss proveyendo de noticias de forma automática, y otro, más subjetivo, basado en la selección de articulistas que, bajo una misma casa, reúnan su visión al resto de lectores.


En cierto modo cada periódico tiene ya su propio apartado de “opinión” que es, más o menos, lo mismo, pero yo hablo de darle la verdadera importancia a esta parte, como así ha hecho Project Syndicate.


En él tenemos a gente de la talla de Joseph E. Stiglitz (que fue el que me atrajo), Robert Shiller o Kenneth Rogoff. Divididos en economía internacional, estrategia, finanzas, economía del desarrollo, regulaciones políticas, historia económica o intelectuales públicos, los miembros suelen escribir un artículo al mes intentando cubrir todo el espectro de la escala internacional.


Además, se hacen “series” en donde se escriben varios artículos bajo un mismo tema como “la nueva economía global” o “el mundo en palabras”.


Estos artículos después se publican en más de 450 periódicos, entre ellos el ABC, El Pais, El Economista o Publico.


Se permite al usuario registrarse y poner comentarios en los artículos, y aunque toda la web está en ingles, una gran mayoría de comentarios tienen traducción al español (bastante buena).


En definitiva, a todos los que les guste leer artículos o estar al día del pensamiento económico de las grandes mentes de nuestro mundo, aquí tiene una pequeña guía.


Actualización:


Si ya me caian bien, después de haberme agradecido y recomendado via tweet el artículo se han ganado el cielo.


http://twitter.com/#!/ProSyn/status/101361470784290816

lunes, 8 de agosto de 2011

Bajar el déficit para bajar la prima de riesgo

Hay mucha gente, gente seria además, que considera que le mejor vía para salir de la crisis es bajar el déficit. Dicen, con razón, que si bajásemos el déficit, bajaría la prima de riesgo. La prima de riesgo es eso con lo que bombardean la conciencia de los ciudadanos de a pie que no tienen mucha idea realmente de lo que es.


La creencia es pensar que bajando el déficit bajaría la prima de riesgo y (puesto que esta está asociada a la crisis), bajaría la “crisis”, es decir, se acabaría.


Esto no es que sea erróneo, o extrañó, o absurdo. Es una falacia basada en una relación causa-efecto, prima de riesgo-crisis.


Pongámonos en el mejor de los casos para estos grandilocuentes inspiradores del miedo. Conseguimos déficit cero. Qué coño, imaginen que a España le toca la lotería y paga toda su deuda, del 60% del PIB. Imaginen que España ya no pide más deuda, porque ha decidido no hacer nada de gasto público excedente. Por fin, lo conseguimos, la prima de riesgo es mínima. Pero… ¿qué prima de riesgo? Si no creamos deuda, no debemos pagar intereses, y por tanto, no hay, no existe prima de riesgo. Eso sí que es bueno. Ahora sí que sí. Sin prima de riesgo ya podemos crecer.


Y así es como se acaba la crisis.


¿Hace falta explicar lo absurdo de este argumento? ¿Hace falta explicar que no se tiene por ningún lado?


La crisis es de crecimiento, de empleo, de movimiento financiero, de expectativas. Y no me cansaré de repetirlo de las mil maneras posibles que las infinitas metáforas de la imaginación humana me permitan. Aun en el que caso de que, ya no que bajara la prima de riesgo, sino de que no tuviéramos, estaríamos igual de mal. Los motores de la economía estarían igual de parados.


Así que centrar las políticas económicas en bajar o ajustar el gasto público en búsqueda de una mayor solvencia económica… es estéril. ¿De qué nos sirve la solvencia si desde el principio renunciamos a ella? ¿De qué nos sirve ser buenos pagadores si no pedimos prestado?


No. Debemos ser buenos pagadores, y generar buenas expectativas, pero debemos hacerlo generando crecimiento. Generando bienestar social.


Muchos se preguntan: ¿Por qué sigue subiendo la prima de riesgo (lo de hoy es excepcional y manipulado), si hemos seguido las directrices del FMI?


Pues porque las directrices del FMI ha sido un timo en el que ha caído el gobierno. Solo hay que mirar atrás. Crecimiento del -0,1%. Paro al 20%. Población altamente descontenta. Esta sigue siendo y será la causa de la crisis y, por tanto, de la alta prima de riesgo. Argumentar otra cosa es ser falaz (que no mentiroso, simplemente falaz).

domingo, 7 de agosto de 2011

Las economías se resienten... vaya novedad.

No entiendo muy buen porqué la gente esta semana se asombra de que las economías occidentales no levanten el vuelo. Con el lio que ha habido en EEUU parecen que han aflorado esos sentimientos de vuelta a una recesión de la que parecíamos estar recuperándonos. Está claro que la cosa está estancada y parece que va a seguir estándolo.


No es solo que lo diga Krugman (aunque quizás el que el lo diga hace que muchos no quieran creerlo, aunque hasta ahora los datos le vayan dando la razón), sino es coyuntura básica, de esa que dan en las universidad casi al acabar la carrera.

Para el crecimiento hay cuatro únicos motores. Solo cuatro. El consumo, la inversión, la exportación neta y el gasto público. No le busquen tres pies al gato, si alguna de estas cuatro cosas no despega por encima de lo que caen el resto, la economía no crece.


Las familias no consumen más. No lo hacen porque siguen igual de endeudadas (porque la deuda de España es, sobre todo privada, no pública, como parece que se empeñan en vender). No consumen más porque el empleo cae y, por tanto, la renta disponible cae.


Los inversores no invierten. Bueno error. Sí invierten, pero no lo hacen en bienes productivos. Esta es una de las claves que llevan a muchos a no creerse el keynesianismo. Todo lo que se ahorra se invierte, es una máxima contable, pero hay inversiones e inversiones. Inversiones productivas no se hacen porque ningún empresario se cree que vaya a aumentar la demanda, y por tanto no va a poder colocar su producto. ¿De que sirve invertir en producción si luego nadie te la va a comprar? Las inversiones que se hacen ahora mismo no sé si catalogarlas de especulativas o de defensivas. Me refiero al aumento de precio del oro, las materias primas, etc. Los que invierten lo hacen en bienes “seguros” y en deuda, pero no en servicios que den empleo o generen crecimiento.


De momento solo crecemos mediante las exportaciones netas, pero, reconozcámoslo, de momento esto es así porque estamos mal de huevos y no importamos con tanta fuerza como antes. No tenemos la fuerza exportadora que tienen otros países y no hacemos mucho por buscarla.


Y mientras Europa y el mundo entero sigue empeñada en bajar el gasto público. En reventar el último de los motores para que no aumente… el déficit. Un déficit que no es nada si no atendemos a la deuda. Deuda que si miramos es absurdo que esté liderando las causas de unos altos intereses.


Hay mucha prima de riesgo por razones especulativas y de crecimiento. Y no vamos a crecer en poco tiempo, pues las razones que fundamentan el estancamiento de los cuatro motores van a seguir estando ahí.

sábado, 6 de agosto de 2011

Modelo sobre localización espacial de servicios conflictivos

Ayer me aburría. Me aburría mucho e hice una entrada sobre Geografía económica algo sosa, todo hay que decirlo. Pero al acabar me pico la curiosidad por modelizar las ideas que había vertido en el texto. Hacer un modelo económico no es sencillo, pero si partes de conocimientos básicos y no te vas mucho por las ramas te puede salir algo con cierta rapidez.

Así que hice un modelo de localización óptima espacial de servicios conflictivos. Al hablar de óptima estoy obviando la competencia (simplificación total). Pero se puede asociar a la planificación central / sector público.

El artículo / modelo está hecho en Latex, Localización espacial de servicios conflictivos y va asociado con dos archivos de Mathematica (I) y (II) para el que tenga el programa con dos curiosos manipulates (que personalmente me encantan).

Copio la introducción, y el resto, si os interesa lo bajáis.

Localización espacial de servicios conflictivos


1 Introducción


Supongo que ejemplos y modelos como este, basados en la teoría de la localización, los habrá a patadas. Muy posiblemente, de hecho, el caso que voy a exponer será de conocimiento básico entre los estudiosos del tema, pero como mi única pretensión es la de dar a conocer curiosidades económicas, es algo que no se me presenta como problemático.

Lo que vamos a establecer es cual es la localización óptima de un servicio que genere un bienestar cuyo valor dependa del espacio y, además, de forma no lineal. Hablamos de servicios que la gente prefiere cuanto más cerca mejor, sin llegar a estar en la misma posición en la que están los demandantes. Paradas de autobús, el rastro, o las fiestas pueden ser tres ejemplos básicos de a lo que me refiero.

La respuesta puede ser obvia, y lo es, pero el hecho de poder matematizarla correctamente nos puede dar una base de estudio para, más adelante, presentar otras variantes. De este modo, el resultado básico es que, si la población está uniformemente distribuida, y disponemos una ciudad lineal, la localización se dispondrá en el centro, mientras que si el centro de la ciudad está mucho más habitado, se dispondrá del servicio en barrios adyacentes.

Lo que presente es, pues, un modelo sencillo de representación económica que espero se entienda fácilmente.