jueves, 30 de junio de 2011

¿Qué hacer con las amas de casa?

Algo que suscita bastante interés es el hecho de que el trabajo de “am@ de casa” no esté reconocido como un trabajo más cuando, de hecho, si existen personas que hacen el mismo trabajo, pero en casas ajenas.



La comparación es la clave para el entendimiento.


Supongamos que tenemos a un hombre y a una mujer. Para no hacer sexista al ejercicio y que las asociaciones de mujeres no se me vengan encima por usar un estereotipo clásico, la mujer es propietaria de dos viviendas (las dos contiguas), y trabaja todo el día en un banco como asesora fiscal.


La mujer ha alquilado el piso que no utiliza a un hombre que trabaja de autónomo haciendo las labores del hogar (limpieza, cocina, cuidar niños, llevarlos al cole…), y además le contrata para que trabaje todo el día en su casa y cuide a dos niños que tuvo con un antiguo novio que se fue a Alemania porque el trabajo estaba muy malito aquí.


La mujer gana 3000 euros al mes, y le paga 1000 al hombre por hacer las labores de su hogar. El hombre paga 200 euros en impuestos (estoy poniendo números redondos).


Efectivamente, si el hombre es despedido, por cualquier razón, puede cobrar el paro. Y cuando llegue a los 67 años se podrá jubilar con la escasa paga que le quede.


Ahora imaginemos que los dos se enamoran poco a poco de verse todos los días cinco minutos u deciden casarse. El hombre deja de ser autónomo y realiza las mismas labores en el que ahora es su hogar. La mujer destina 1000 euros para su consumo, 1000 para el fondo común y otros 1000 se los da a su marido. Estamos en la mismas.


En las mismas prácticas. La mujer trabaja las mismas horas. El hombre trabaja las mismas horas. El producto realizado por los dos es el mismo y, por tanto, la utilidad que reciben es la misma. La diferencia es que el hombre, al no cotizar, ni tiene derecho de paro ni posibilidad de jubilación.


De hecho, el trabajo de am@ de casa se puede considerar como economía sumergida (si bien no creo que se contabilice cuando hacen los cálculos).


Así que lo que hay que hacer es permitir que toda clase de ejercicio laboral pueda ser reconocido como un trabajo, lo cual repercuta en la posibilidad de cotizar a la seguridad social, con todo lo que ello conlleva.


jueves, 23 de junio de 2011

Geografía económica (IV): Costes de transporte

Uno de los elementos cruciales y característicos de la Geografía económica es la inclusión de costes de transporte en los modelos, un coste derivado de la distancia entre producción y consumo.

Pero estos costes de transporte son más de lo que parecen. Y es que hay toda una serie de autores hablando de ellos constantemente, por lo que yo voy a hacer simplemente una reflexión de lo que representan en gran medida.

Cuando uno lee o piensa en costes de transporte le viene a la cabeza, de forma casi exclusiva, el precio de la gasolina que hay que pagar para poder transportar cosas de un sitio a otro. Esta es la primera línea en la que juegan un papel económico. Pero es un papel algo pobre, y la razón de que cuando la gente no le de tanta importancia al espacio geográfico.

De hecho, el coste de transporte no ha ido sino bajando desde que el hombre comenzó a comerciar entre ciudades. Es un elemento, por tanto, que está en declive.

En segundo lugar uno piensa no solo en el coste financiero del transporte, sino también en la perdida de calidad. Es difícil transportar por carretera pescado fresco hasta Rusia y seguir diciendo que es fresco, o al menos, no lo será tanto como si lo compras directamente en la lonja.

Pero, de nuevo, este argumento es algo pobre, y también está en declive, pues ahora los tiempos en los que se recorren las distancias también han ido decreciendo.

Así que llegamos al tercer nivel. En donde además los costes implican la apreciación de los costes administrativos, institucionales, riesgo o coste de oportunidad. Es decir, toda una serie de costes añadidos al más puro transporte que nacen única y exclusivamente del espacio.

En el cuarto nivel esto aun va más allá. Y es que los costes de transporte son una manera clara de implicar que, en cualquier sistema, lo que está más cerca importa más que lo que está más lejos. Con altos costes de emparejamiento entre diferentes agentes distanciados, puesto que las relaciones, lo que importa, lo que atañe, está, sobre todo, cerca. Y es que es difícil pensar en empresas medianas comerciando si una de estas está en Zaragoza y la otra en Pekin.

Así que, cuando piensen en costes de transporte no piensen única y exclusivamente en la gasolina que hay que pagar. Piensen en la dificultad de establecer contacto con un nicho de mercado si este está muy distanciado. Piensen en el riesgo, los costes financieros y administrativos de cruzar aduanas, ajustar el producto a posibles cambios por políticas de calidad, en la perdida de calidad del producto y, ya si, en el coste de energía necesario para moverlo.

Claro que, con internet y la revolución de la información, el punto numero cuatro comienza a estar en declive también. Por lo que voy a tener que inventarme un punto número 5.

Y es que muchos somos muy de nuestra tierra. Y aunque sepamos consumir en base a la calidad, es posible que nos de más bienestar comer un ternasco de Aragón que uno de ucrania (si es que allí tienen ternascos). Los costes de transporte podrían indicar una perdida de utilidad por parte del consumidor, o de beneficios por parte de la empresa, al introducir un producto no autóctono en una población acostumbrada  a consumir una serie de productos. (esto se llama consumo a la Lancaster, y no a la Dixit-Stigltz, creo recordar).

Por ejemplo, imagínense comiendo las típicas cucarachas que consumen en algunas zonas de China. ¿Por qué no las consumimos? ¿Es porque es caro traerlas? ¿Es porque es difícil establecer contactos entre empresas y consumidores? (yo diría que no, con la cantidad de chinos que ya tenemos aquí). No consumimos porque la distancia implica culturas diferentes. Consumos diferentes. Producciones diferentes. La distancia implica, por tanto, una fina barrera cultural que no imposibilita el comercio de según que bienes, pero lo dificulta.

Espero haber dado argumentos suficientes como para no tomar la distancia, resumida en los modelos con los costes de transporte, tan a la ligera.
Índice de artículos de geografía económica

martes, 21 de junio de 2011

O el FMI es rematadamente estúpido, o demasiado interesado.

No puede haber termino medio. No puede haber otra explicación posible. O el Fondo Monetario Internacional está lleno de ineptos, ignorantes de toda relevancia económica de la información, o por el contrario son demasiado listos y utilizan sus instrumentos de la manera más perjudicial para algunos con los propósitos que ellos quieran esgrimir.


Sólo ambas respuestas pueden dar una lógica conclusión a la pregunta que cualquiera tiene que hacerse en este momento, ¿A qué juega el FMI? ¿Pero qué demonios hace?


Y es que llevamos ya, no meses, sino años, con la misma cantinela. Con la misma absurda y repetitiva canción por la cual el sur de Europa está en continuo declive económico. Y es que, ¿Cómo demonios va a recuperar un país la confianza si cada dos meses el órgano más representativo de la economía internacional dice las mismas tonterías catastrofistas sobre él?


Y alto, stop, un momentico. Que nadie está diciendo que España, Grecia o Portugal sean paraísos económicos, dignos de estudio para el crecimiento sostenible y la bonanza económica. Nadie lo dice porque sería igual de estúpido. Pero una cosa es constatar una realidad, y otra muy distinta jugar con ella al cuento del lobo.


Y es que ya sabemos todos de que van. El FMI está haciendo lo mismo que los mafiosos italoamericanos hacían a las empresas de sus barrios. El “Déjame protegerte con mis hombres o a saber qué puede pasarte” Se convierte ahora en  “Acoge mis medidas económicas o sabe Dios quien confiará en tu negocio”.


El FMI y la política internacional, sucumbida ya a la ideología más liberal del espectro político, no hacen sino chantajes directos a las economías del sur, en un intento de recortar de aquellos países más débiles los trazos que los relacionan con una economía mas pública y menos liberal.


Y es que llevamos un año en donde lo único que oímos es que “Sin las medidas propuestas por el FMI no podremos salir de la crisis”. Cuando el intento de convertir una simple (y no única) ideología económica en realidad política se vuelve menos poderoso, el chantaje ya es mucho menos sutil.


“No confiamos en ti”. Sube la prima de riesgo. Rescate financiero y económico a Grecia supeditado a realizar las medidas que el FMI propone. “O te arrodillas, o sucumbes”. Y encima, claro, nos dan a elegir.


Claro que, todo este argumento, repito, es solo uno. Puede ser que no exista tal complot político. Puede, simplemente, que el FMI será rematadamente estúpido. Más le valdría volver a Economics 303, donde, supongo, ya se estarán dando las expectativas racionales.

lunes, 20 de junio de 2011

Distribución geográfica del paro (II)

Una de las entradas con más popularidad del blog ha sido una en la que puse una imagen de la distribución geográfica del paro en España.

Así que me he dicho, que narices, vamos a ver como ha evolucionado el paro geográficamente. El resultado no ha podido ser más negativo. Aquí el nuevo gráfico:



El paro no ha parado de subir, eso está claro, pero hay comunidades en las que esta subida se ha estado concentrando especialmente, aquellas con un paro inferior al 15%.

De las siete comunidades autónomas con menos del 15%, ya solo quedan dos que puedan ostentar tal título, Navarra y País Vasco. El resto ha pasado el umbral. Y Castilla la Mancha ha dado el paso y ya está ardiendo, con un 21,79% de paro.

Veamos como ha ido la evolución, desde la ultima entrada (pinchen para verlo mejor):



El aumento lo ha liderado Baleares (sin el refugio del turismo en invierno) con un aumento del 8,24%. En segundo lugar le sigue Aragón, con un aumento del 4,33%, y en tercero Cantabria, con uno del 4,19%.

Estos aumentos son muy peligrosos, y hay que tenerlos muy en cuenta, puesto que han sido muy por encima de la media nacional (1,5%), y han llegado cuando la economía, teóricamente, ha empezado a repuntar. Obviamente, el desapego del sector público por mantener el sistema productivo ha tenido algo que ver.

Será curioso ver como va evolucionando el paro cuando asiente la recuperación. ¿Bajará primero en aquellas comunidades con menos paro, las que tan acuciadamente lo están aumentando ahora, las que más tienen? ¿Seguirá habiendo claros ejemplos de aumentos a la par de claros descensos?

Seguiremos informando.

Caótica Economía



Llamándose este blog “Caótica Economía”, algún día tendría que llegar la entrada donde explicara porqué decimos que la economía es, cuanto menos, compleja.

Debo advertir que el juego de términos es importante. La economía no es caótica en el sentido más estricto del termino, sino compleja, siendo la primera la definición de un sistema del que no se puede inferir orden alguno, y la segunda… bueno, es complicado definir la complejidad. Voy a transcribir las palabras de Herbert A. Simon, del libro: La arquitectura de la complejidad:
Por un sistema complejo me refiero a uno formado por un gran número de partes que interactúan de una forma irreduciblemente simple. En estos sistemas, el todo es mayor a la suma de las partes […] donde dadas las propiedades de las partes y las leyes por las que interactúan, no es algo trivial inferir las propiedades del todo.

Hay varias ideas a destacar de la anterior afirmación.

En primer lugar, el que las propiedades del todo no derivan únicamente de las propiedades de las partes, sino de las formas en que estas se relacionan, de forma que el ejercicio simple de agregar contenidos y hipótesis económicas con la vana intención de alcanzar una conclusión general es, en muchos de los casos, un ejercicio más falaz que realista.

Sobre todo, esto se refuerza por que, no solo todo esta interconectado, y existe una gran cantidad de fuerzas que mueven y moldean e impulsan un determinado acto económico, sino que además se hace de forma, en muchos casos, menos lineal de lo que pensamos. El efecto que causa un determinado hecho económico no siempre es el mismo, por que con el tiempo cambian muchas de las cosas imperceptibles del comportamiento humano que determinan de forma remarcable todo el conjunto.

Este cambio continuo de la forma en la que las partes se relacionan en la economía es lo que puede llevar a pensar que es caótica, en el sentido más literal de la palabra, sin embargo, como decía Hutchison: “Si bien no es posible alcanzar leyes absolutas que describan el comportamiento de la economía, sí hay generalizaciones útiles tanto en la economía como en las ciencias sociales, asociables a las tendencias”. Por el simple hecho de que, en la base de toda interacción, de todo hecho económico, está el ser humano, y este, en mayor o menor medida, es racional.

Para poner un ejemplo de la diferencia básica en las leyes físicas, más ordenadas y matematizables, y las económicas, podemos pensar en un hecho que es crucial. EN economía no hay constantes.

En física hay constantes en casi todas las relaciones entre sus partes. Las masas de los planetas se relacionan a través de la constante gravitacional,  6,6742(10) × 10-11 N·m2/kg2 , la relación entre la cantidad de energía y de frecuencia asociadas a un cuanto o a una partícula tiene la constante de Plank, 6,626 0693(11) × 10-34 J·s, la velocidad de la luz en si misma es una constante, 299 792 458 m·s-1.

Pero en economía, todas las relaciones que existen entre las variables dependen a su vez de las propias variables. Por ejemplo, la proporción de renta que dedicamos a consumo o ahorro, en los modelos simples de economía se mantienen como un constante, pero dependen mucho de variables como el tipo de interés, el crecimiento de la economía, la deuda acumulada… difieren también por culturas (los japoneses ahorran mucho más que los españoles, por ejemplo9. En física, una partícula se comporta igual aquí que en Pekín.

Otro elemento que incorpora complejidad a la actividad económica es la doble cara del principio de comprensión. Por una cara facilita a los economistas ponerse en la piel de cualquier agente económico, pero por otra permite que todos las personas, consumidores, productores, inversores, etc, se vean afectados por la información generada por la propia economía. A un protón le da igual como actúa el neutrón, ni piensa como le va a afectar el electrón, y por tanto, no actúa en consecuencia. Pero yo actuaré de una forma u otra ya que conozco el comportamiento de la economía.

Creo que he dado argumentos suficientes como para demostrar que sí, que la economía es compleja. Pero, entonces, ¿Por qué demonios llamó al blog Caótica economía?

De igual manera que los egipcios, griegos o romanos, asociaban lo desconocido a dioses todopoderosos, puede ser común asociar lo desconocido e indescifrable al caos. Todo va tan rápido que no nos da tiempo de encontrar la raíz ultima y verdadera que origina el movimiento y, lo que a simple vista es caos, se convierte, con ayuda de una lupa, en altamente complejo.

Pero hasta que no desenredemos el ultimo hilo que explique el movimiento circular de una realidad compleja, seguiremos teniendo la necesidad imperiosa e innata de entender y ver la economía como un sistema caótico e irracional. Nuestro trabajo es aniquilar esa necesidad.

sábado, 18 de junio de 2011

Geografía económica (III): Centro y periferia.

Entrando ya en lo que son los modelos propiamente dichos, comenzamos hablando del primero, seguramente más famoso, y que le otorgó a Paul Krugman el Premio Nobel de economía. Hablamos del modelo Centro-periferia o, Increasing Returns and Economic Geography, de 1991.

Lo explicaré en tres sencillos pasos, donde tenemos que pensar en donde una empresa va a querer localizarse:
  1.       Imagínense que estamos en un país, o región, donde las ciudades, o la población, está uniformemente distribuida por todo el terreno. Supongamos, además, que no hay costes de transporte, es decir que, se ponga donde se ponga la empresa, va a poder llegar a todos los sitios al mismo coste: ¿Dónde se situará? La respuesta es que es irrelevante donde se sitúe, ya que, sin costes de transporte, el lugar es irrelevante. Siempre y cuando, claro, no estemos contando con otro tipo de fuerzas de aglomeración, como spill-overs tecnológicos, o de otro tipo.

  2.       Ahora imagínense que sí que hay costes de transporte. La empresa se querrá localizar en aquel punto desde donde le sea más factible llegar a todo el terreno, donde minimice los costes, esto es, el centro.

  3.       Sin embargo, ¿Qué pasa si la población no está uniformemente distribuida, sino que esta concentrada en dos núcleos de población? ¿Qué hará la empresa? Se dividirá para atender a los dos núcleos por separado, o se instaurará en uno solo, teniendo que pagar unos costes de transporte cada vez que quiera vender al otro núcleo su producto?
Más o menos esto es lo que se pregunta el modelo Centro-periferia, aunque a gran escala. ¿Cómo se distribuye la industria manufacturera entre dos regiones iguales?

Podríamos pensar que lo mejor sería que se dividiera, y así no necesita pagar costes de transporte pero, al existir rendimientos crecientes a escala (es decir, que agregar la industria es beneficioso porque los costes de producción disminuyen), existen fuerzas que impulsan la industria hacia la concentración.

¿Cual es el equilibrio resultante?

Simple. Con costes de transportes bajos, la industria se concentra. Imaginemos por ejemplo las empresas tecnológicas, Apple, Google, etc. Lo que hacen estas empresas, innovación, gestión, no tiene de por si costes de transporte (los cuales están asociados a la etapa de producción, que se deslocaliza en China, de lo que hablaremos en otro momento). Lo que vende, podríamos decir, es conocimiento, que es instantáneo. Eso hace que la industria se concentre en Silicon Valley. Podrían haber elegido cualquier otro lugar pero, sea por lo que fuera, allí se han juntado. Y cualquier empresa tecnológica que se precie estará deseando tener su sede en aquella zona.

Sin embargo, con costes de transporte altos, las empresas se localizan distribuidas por todo el mapa. Imaginemos, y este ejemplo no sé si se podría adaptar del todo al modelo, pero es entendible, que tenemos un barrio sin una panadería. Los vecinos del barrio pueden andar hasta otro barrio (y soportar unos costes de transporte en forma de tiempo, ganas, etc), pero claro, preferirían tener una panadería en el barrio. Esto hace que montar una panadería en el barrio sea un negocio, en principio, bastante viable. Lo cual hace que se monte una panadería. Y como esto sucede en todo el terreno, las panaderías se distribuyen por toda la ciudad, y no se concentran en un solo lugar.

Claro que hablar de panaderías es algo tan obvio que nos puede entrar la risa, tengan en cuenta que lo estoy simplificando todo mucho.

Hasta aquí son conclusiones que más o menos todos podríamos haber sacado. Lo mejor es lo que viene después:

  •        Hay un tramo de costes de transportes en el que la industria puede tanto concentrarse como diversificarse.

  •        Cuando aumenta la proporción de gasto que va hacia una industria, esta industria tiende a concentrarse.

  •        Cuanto más nos guste la variedad, más economías de escala tendrán las empresas, por lo que habrá más concentración.

  •        Si aumenta la demanda de un bien en un x%, la producción de ese bien lo hará en un y%, siendo “y” mayor que “x”. Es decir, Al aumentar la demanda interna estamos favoreciendo la exportaciones.
Este ultimo punto, más conocido como Home Market Effect, ha sido el que más controversia ha suscitado, y el que más estudio ha originado. En el plano empírico no hay consenso en cuanto a si es cierto o no, aunque lo más seguro, a la vista de los datos, es que se cumple para ciertos sectores específicos y no lo haga para otros tantos.

Claro que este fue el modelo base, y han surgido muchos otros, añadiendo elementos, fuerzas, flexibilidad… tratando de hacerlo más completo o de cambiar sus conclusiones. No en vano es el modelo que cimienta las bases de la Nueva Geografía Económica.
Índice de artículos de geografía económica

viernes, 17 de junio de 2011

Movimiento 15-m, un mes después.

Ahora que ha pasado poco más de un mes podemos echar un vistazo atrás y ver como ha ido evolucionando el movimiento.

Yo en el primer post lo dividí en dos partes, fondo y forma, y el problema es que se ha ido para atrás en los dos. Perdiendo fuerza intelectual y ganando la física, la que no interesa a nadie.

Forma


Se ha perdido del todo. Ya las acampadas se estaban convirtiendo en otra cosa, no en un acto reivindicativo, sin más, sino que quisieron extenderlo tanto y arraigar unas raíces tan volátiles que en la mayoría de los casos se convirtió en su sepultura.

Pero durante estos últimos días, la forma se ha ido transformando en algo aun peor. No estamos  hablando de aquel día en el que los “indignados” se defendían en su acampada de las porras policiales, sino que son ahora los “indignados” los que persiguen a los políticos para gritarles e impedir su entrada a su puesto de trabajo. Teniendo en cuanta que los policías infiltrados alteran y de que no todos los indignados son los que están, yo solo parto de la base de que, queramos o no, el movimiento ha derivado en lo que vemos y vamos a ver a partir de ahora: Altercados entre indignados-policías-políticos.

Han pasado de la fuerza intelectual (malamente gestionada) a la escasa fuerza física (de defensa, aun no se ha pasado al ataque) que tienen. Y así pierden toda la razón, y por tanto, defensa racional que les quedaba. ¿Y porqué les ha pasado esto? Por el fondo.

Fondo


Lo que de verdad cuenta es el fondo, si bien, al no saberlo gestionar mediante una forma correcta las primeras semanas, se ha ido perdiendo, cada vez más, diluyéndose como cualquier cosa que no se cuida realmente, perdiendo apoyo y por tanto, forma.

Las posturas lógicas de una democracia han dado paso cada vez más a utopías de una izquierda que muchos ya no compartían. Se desterró en gran parte la idea de una democracia real, no solo por la adhesión de posturas mas radicales sino porque desde aquellas: quien no pensara como ellos, era el enemigo, que no adversario, algo que, en mi opinión es muy antidemocrático.

Conclusión


Los “indignados” no están hartos de la situación, y si lo están no lo hacen de forma lógica. Han desechado la ayuda de aquellos que piden lo mismo que ellos y llevan trabajando con más sudor y más lagrimas muchos más años que ellos. Flaco favor hacen al igualar a todos los políticos al mismo nivel. Porque entonces los políticos, y la sociedad, hace lo mismo, comparando al movimiento con el sector más radical.

Sigo pensando lo mismo: En democracia, solo hay dos posibles acciones:

-       Via democrática: Para pedir políticas ideológicas, te tienes que meter en el juego democrático.

-       Luchar por una mejor democracia: Si no queda más remedio que lucharla desde fuera, se hace. Pero hablo de la democracia, el esquema, el esqueleto que da forma a la política. No de la misma.

Y no hay más ciego que el que no quiere ver. Muchos se creen que han conseguido algo, y sí, es cierto, han removido un poco el lodazal en el que estábamos y, si lo hiciéramos bien, podríamos tener una democracia real, luchando entre todos por conseguirla. Pero no se confundan, el 15-m, como movimiento, no ha conseguido nada (no por tiempo, sino por mala gestión). Los sueños con los que empezó se rompieron hace mucho.

lunes, 13 de junio de 2011

¿Por qué demonios exporta España?



Uno puede llegar a hacerse esa pregunta, ¿cómo demonios está España mejorando su fuerza exportadora si somos tan improductivos, si somos tan caros?

Se nos ha estado diciendo durante ya un par de años que si queremos salir de la crisis lo mejor es bajar la seguridad del empleo para así aumentar la productividad /competitividad. Y a pesar de que esto no sucede, seguimos exportando, y de hecho, el único crecimiento que ha estado ostentando el país durante los últimos meses es por nuestro sector exterior.

Este mes LaCaixa se ha hecho esta misma pregunta y ha intentado responderla.

El resumen es una de las razones que ostentamos algunos locos de que lo mejor no es intentar parecernos a China (aumentando como locos una “productividad” de concepto-precios), sino mejorar nuestra marca exportadora.

Y es que no solo podríamos estar sobreestimando la perdida de competitividad en el sector exterior, sino que, tanto teóricamente (con nuevos modelos económicos que incluyen diferenciación de producto) como empíricamente (como un estudio reciente de Goldman Sachs, donde dice que la calidad de nuestras exportaciones es determinante). La especialización de exportaciones de tecnología de contenido bajo o medio, hace que la competencia de nuestros compradores (vecinos europeos) no se traduzca en una competencia en precios (en lo que, sin duda, perderíamos), sino en calidad.

Sé de otros estudios que dicen que la mejor política por parte de las instituciones publicas a la hora de mejorar el carácter exportador es centrarse y potenciar sectores específicos (y no subvencionar de forma genérica). Y otros que indican que lo mejor para exportar es tener, primero, una fuerte demanda interna. Cualquier de los dos aportan luz sobre características que azotan a las empresas que no necesariamente significan una reducción en los precios por la vía más fácil, la que todos sabemos.

jueves, 9 de junio de 2011

Geografía económica (II): Conceptos básicos

Antes de entrar en el terreno de las teorías, empezaremos dando los primeros pasos necesarios para entender en qué se basa esta rama de la economía.

¿Qué geografía?

En este sentido hay que diferenciar entre la llamada “primera naturaleza” y la “segunda naturaleza”.

La primera es la que todos podemos entender como tal: el clima, las materias primas, la existencia de ríos o costa, o terreno más árido, etc. Esto hace diferir lo que se denomina las dotaciones de recursos naturales entre regiones o países, que hacen que en diferentes lugares sea óptimo producir diferentes cosas, y se genere el comercio internacional.

Pero esta naturaleza no explica dónde se generan las áreas metropolitanas, o dónde se localiza una industria, o porqué se aglomeran las economías. Todo esto se produce a través del propio sistema económico, derivado de las acciones del ser humano. Esto es a lo que se llama “segunda naturaleza” y es lo que estudia la geografía económica.
El espacio con costes de transportes: El teorema de imposibilidad espacial

Algo bastante curioso es lo que se demuestra por el teorema de imposibilidad espacial de Starrett (1978), que hace una crítica directa a los supuestos modelos de competencia perfecta. Dice así:
Si pensamos en un espacio homogéneo (donde da igual donde producir porque con los mismos inputs obtienes el mismo output, y los consumidores tienen las mismas preferencias) y con localizaciones, empresas y consumidores finitos, si no metemos costes de transporte, no hay equilibrio competitivo no trivial.
Lo que quiere decir es que si asumimos los supuestos base de la competencia perfecta, y no asumimos que existen costes de transporte asociados al espacio, el resultado que nos da (de competencia perfecta), es trivial.

La geografía económica por tanto trata de introducir aspectos que repercutan en un mejor entendimiento de la realidad económica a través de la introducción de:
  •       Espacio heterogéneo (algo obvio).

  •       La presencia de externalidades (que generen aglomeración / dispersión).

  •       Mercados imperfectos (monopolios, oligopolios…).

Antes de entrar en las consecuencias de considerar competencia monopolística (de lo que hablaré en el próximo artículo), vamos a considerar las externalidades.

Externalidades económicas

Cuando hablamos de externalidades nos referimos a fuerzas producidas por el sistema económico que se “escapan” de la consideración monetaria o “tangible” que a menudo pueblan los modelos clásicos (algo ya totalmente subsanado por toda clase de ramas de la economía). Las que se toman en consideración en geografía económica son las que repercuten como fuerzas de atracción o dispersión (espacial) a la hora de generarse una patrón de producción/comercio/consumo.

Las más importantes son:

Como fuerzas centrípetas (atractores, que generan aglomeración):

  1. Economías de escala: Se producen economías de escala cuando producir una cantidad mayor hace que el coste medio descienda. Algo que, en muchos casos, es incluso obvio. Si bien no es una externalidad como tal si se incluye en la función de producción, si lo es si solo aparece en la producción agregada (y no en la de cada empresa, son tecnicismos).

  2. Mercado local amplio: Cuanto mayor es una ciudad (o región), mayor es el área en donde vender el producto, por lo que es más fácil encontrar el grupo de gente necesario para que tu producción sea viable.

  3. Mercado de trabajo amplio: Cuanto mayor es una ciudad (o región), más fácil es que encuentres gente más capacitada dispuesta a trabajar en tu empresa.

  4. Spill-over: Es mucho mejor, más productivo y enriquecedor estar en una ciudad grande con otras empresas, otras personas, con otras formas de pensar y producir de las que aprender y con las que establecer relación.

Todo esto hace que sea mucho más beneficioso establecerse en una ciudad o región grande, lo cual hace que esta aun se haga mayor. De ahí que se llamen fuerzas de aglomeración.

Como fuerzas centrífugas (dispersores)
  1. Factores dispersos: Esto actúa como fuerza disuasoria a la hora de solo tener en cuenta los factores tecnológicos o de producción. Si el centro está alojado de donde más demanda tienes, quizás sea mejor no ir al centro.

  2. Aparición de congestión / polución.

  3.  Contra mayor sea la ciudad, mayor es la competencia por una vivienda cercana al centro, ergo mayor será el precio de la vivienda. Es obvio cuando atendemos a la diferencia de precios entre un piso en un pueblo y en el centro de Madrid. Contra más te acerques al centro neurálgico de la actividad económica, más caro te va a salir, por lo que quizás la gente prefiera no ir al centro.

  4. Competencia entre empresas. De igual forma, contra más aglomeración y contra más empresas haya en un determinado lugar, mayor competencia habrá entre ellas, forzándolas a disminuir sus beneficios. Esto daría mucho que hablar pero hay un resultado bastante esclarecedor. Si dos empresas se sitúan juntas (como en un centro comercial, por ejemplo), tienden a diferenciar mucho el producto. Si dos empresas venden un mismo producto, tienden a separarse en el espacio.
A través de las fuerzas en ambas direcciones, y de las que se consideren, aparecen resultados que, más adelante, podremos ver en mayor profundidad.
Índice de artículos de geografía económica

miércoles, 8 de junio de 2011

Indemnizaciones agrarias


Uno puede llegar a preguntarse, ¿nos tienen que dar realmente alguna indemnización por las perdidas agrarias?


La respuesta, aun con posible debate, es sí, aunque con matices.


Hay que diferenciar entre las perdidas de ingresos por cuestiones propias del mercado, como puede ser simplemente un bajón en la demanda, la perdida de interés por el producto o la aparición de uno mejor, de las perdidas derivadas de fallos o imperfecciones de mercado, derivados de una mala gestión política.


Las primeras entran dentro de las contingencias diarias de un mercado o un sistema económico que, aun siendo imperfecto, recae sobre la democracia monetaria de los consumidores. Si nadie quiere consumir tu producto, no tienes nada que hacer más que cerrar el chiringuito. Hablamos, claro, cuando tu producto o servicio es, comparativamente (y con información perfecta) peor a otros, o más caro.


El problema es cuando, a la hora de comprar, se introducen informaciones falsas o no completas que distorsionen la decisión racional y “perfecta” que debe tener todo mercado que quiera ser defendido como “democrático”.


Pongo un ejemplo. Si tu tienes que elegir entre dos caramelos exactamente iguales, pero con un precio diferente, elegirás el más barato. Lógico. Pero si te dicen que el barato genera una muerte instantánea, irás al caro. Si es mentira, es decir, si es información falsa, incompleta o imperfecta, entonces es utilizar el engaño para “robar” clientes. Por tanto es necesaria la indemnización.


¿Estamos ante esta situación?


No. Por supuesto que no. No podemos cegarnos por mucho odio que le tengamos a Alemania. Ya que la información despachada no ha sido una intención directa de robo de clientes o de daño a la imagen española.


¿Debemos ser indemnizados?


La causa de la información imperfecta o falsa (el que los pepinos españoles tienen una cepa que, de momento, no se ha comprobado) ha derivado de una mala gestión política y de la información que debe ser corregida de alguna manera. Sobre todo a la vista de los sucesos y utilizando el nombre de España como escudo ante un problema que, tras dos semanas, no se analizó correctamente.


De forma que, no solo se frenó la venta de pepino español, sino todo el sector hortofrutícola tanto de España, Francia…


Una perdidas causadas por la mala gestión causada por Alemania y que nada tiene que ver con el producto en si, tienen que ser indemnizadas.


¿Pero al 100%?


No. Como he dicho antes, esto no ha sido un “robo” como tal. Estamos hablando de un problema serio que aun hoy sigue sin estar resuelto. Y no podemos exigir que nos paguen lo que nadie se ha llevado.


El tema es difícil y, como en todo regateo, cuanto más consigamos mejor. Pero no podemos ni exigir el 100% ni pretender obtenerlo.

Lo absurdo de subir el IVA



El impuesto sobre el valor añadido es un impuesto que, comparativamente con otros países de Europa, lo tenemos bajo. Cierto.

Es obvio, por tanto, que de aquí al medio / largo plazo, tendremos que subirlo. Poniendo eso por delante, lo que debemos preguntarnos es, ¿Cuándo es recomendable hacerlo? Y, ¿Es lógico plantearlo ahora?

La comisión Europea sabe, pero no entiende, de economía, o al menos sabe mucho menos de política. Eso, o lo único que quieren es embarrar aun más la situación socioeconómica del país. Vayamos por partes.

La comisión europea recomienda subir el IVA para mantener el déficit.

Dicen que pecamos de optimistas a la hora de establecer la hoja de ruta de la reducción del déficit público, y puede que sea cierto. Aunque yo aun diría que el resto del mundo es harto negativista, a la vista de unas previsiones que siempre se han superado en los años anteriores, tanto de crecimiento como de déficit. Obviamente, la confianza importa, y mucho.

Pero es la comisión Europea la que peca. En primer lugar porque no puedes, desde una autoridad política y financiera como la que ostenta, recomendar como algo necesario algo que no se va a poder realizar. Porque ahora los mercados van a esperar que Zapatero suba el IVA, y si no lo hace, seguirán sin confiar en España. Y puesto que no lo va a poder hacer, una simple frase, una simple recomendación, acaba de pulirse una parte de la confianza española. Así de simple.

¿Y por qué no la puede subir Zapatero?

Bueno, no poder es un decir, tras los desvaríos políticos que ha metido el gobierno, cualquier cosa es posible. Pero no es recomendable. Dudo que quiera enfrascarse otra vez en una diatriba que ya le bajó la popularidad el verano pasado. El IVA afecta a todas las familias, y es difícil vender su subida.

Pero por otro lado, subir el IVA es algo innecesario y contraproducente, sobre todo en una situación depresiva como la que está instaurada en la demanda interna, el consumo español. Subir el IVA, bajo una renta constante o decreciente, es ahogar aun más la producción interna de este país. Algo mucho más importante a la hora de salir a flote que un mayor o menor dígito en el computo global de un déficit que, nos guste o no, es necesario.

Y esto es bastante simple. Si la organización económica europea va a significar la simplificación total de la realidad económica, si las autoridades europeas no van a hacer más que comparar datos sin atisbar la realidad bajo la que operan, entonces, que Dios nos coja confesados.

sábado, 4 de junio de 2011

Geografía económica (I): Una pequeña introducción.

La ciencia económica se expande por un montón de ramas más o menos diferenciadas, en continua expansión, que intentan dar cuenta del funcionamiento social y económico desde todos los puntos de vista posibles.

El problema de la economía es la enorme cantidad de fuerzas que impulsan y fundamentan un patrón determinado de comportamiento. No en vano, la economía, si bien aun no como ciencia, sí como realidad, es compleja, que no caótica, en el sentido más técnico de la palabra.

Una de esas ramas económicas más recientes (y cuando digo recientes me refiero a veinte/treinta años) es la geografía económica, de la que voy a dar cuenta en una serie de artículos para intentar aproximar, no sólo a lo que estudia y lo que dice, sino también a su importancia.

¿Por qué es necesaria la geografía económica?

El nombre en sí puede llevar a engaño, aunque es todo lo literal que se puede ser. La geografía económica trata de estudiar la actividad económica teniendo en cuenta el espacio, y como entidad real, la geografía.

El tiempo en economía es algo que ya todos asimilamos como una de las dimensiones base desde la que estudiar la realidad económica. No hablamos de producción, o equilibrio. En las noticias, en los periódicos y en el vox populi, se habla de crecimiento, ciclos expansivos y recesivos en el tiempo, trade-off entre consumo presente y futuro… Tiempo. ¿Y el espacio?

En cierto sentido, la teoría económica ha intentado siempre resumir o simplificar todo aquello que, se entendiese, no fuera tan relevante. Las ciudades o países no son más que letras o números, puntos infinitesimales en donde la producción se realiza en el mismo sitio que el consumo, por una razón muy simple: Pensar en un terreno homogéneo, una población homogénea, y en donde las fronteras no físicas (políticas o internacionales) no tienen verdadera importancia. Ya sabemos cuanto le gusta a los clásicos simplificar todo lo posible la realidad.

La geografía económica intenta que aspectos tan simples como la existencia de costes de transporte (más decisivos de lo que podemos llegar a pensar), los recursos naturales, la competencia espacial, el movimiento ( y por tanto decisión sobre a que lugar ir) de los agentes tenga lugar en referencia y en relación a través del espacio.

La forma de la Geografía económica

Se enmarca dentro del marco teórico microeconómico, si bien más en el plano de la teoría industrial (competencia, tipología de demanda, funciones de producción, utilidad, equilibrios más o menos estáticos…), aunque creo que recientemente se han hecho aproximaciones desde el ámbito de la macroeconomía.

Si bien hay que diferenciar las aproximaciones y la forma en que el espacio fue introducido en el análisis económico (en pequeñas dosis), en lo que se llama la Geografía económica y la que se denominó Nueva Geografía económica, de la que ahora todo el mundo se ocupa, y de la que se obvia el "Nueva”.

Nacida, o fomentada, por el trabajo de Paul Krugman de 1991: Increasing returns and economic geography.

Una rama que comparte lazos tanto con la nueva teoría del comercio internacional como con la economía regional y urbana. Aunque también está echando raíces por el lado más “complejo” de la economía, con teorías de lo más rocambolescas, que tratan de ver el sistema como una entidad más biológica que física.

Tendremos tiempo de ver un poco de todo a lo que se enfrenta esta rama, de la que voy aprendiendo todos los días algo más.
Índice de artículos de geografía económica