lunes, 26 de diciembre de 2011

El regalo perfecto


Ante todo, ¡Feliz navidad!
Espero que hayáis pasado una feliz cena de nochebuena y que el gordo de Papa Tonel os haya traído exactamente lo que pedisteis.
Y exactamente hoy quiero hablar de eso mismo, regalos. Hace tiempo leí un artículo de Dan Ariely, un experto en economía y psicología, que realiza varios experimentos conductitas (que intentan estudiar la conducta y las decisiones económicas y como no somos tan racionales después de todo). Tiene varios libros, aunque en Español creo que solo está “Las trampas del deseo” (una muy mal traducción de “Predictivamente irracional”, su título en inglés).
En ese artículo, publicado en el en el Wall Street Journal, intentaba descifrar desde el punto de vista económico cual sería el mejor regalo. De cumpleaños, de navidad, o de lo que sea. El regalo perfecto.
La respuesta no puede ser un elemento particular como puede ser “un libro, o algo de ropa”, sino un bien más general que pueda englobar una gran cantidad de casos, (a ser posible, todos).
La respuesta a la que llega después de hablar con varias personas es que el mejor regalo no es aquel que no puedes comprar, o aquello que ni conoces ni sabes si quieres. Es aquello que realmente te quieres comprar pero te hace sentir culpable si lo haces. En definitiva, y yo generalizaría, aquello que puedes y quieres comprar, pero que otro tipo de elementos te “prohíben” comprar, ya sea por culpabilidad, comportamiento social…
“Se elimina la culpa que acompaña las compras extravagantes y reducen la que proviene del pago derivado de su consumo”.
Si generalizamos un poco más la definición para hacerla más clara nos encontramos con una obviedad: “El regalo perfecto es aquello que solo puede ser regalado, no comprado”.
Y no tiene nada que ver con el precio. Nadie puede comprar una “pedida de mano”, un recuerdo compartido… se puede, pero pierde la esencia de lo que realmente significa, demostrar el amor o la amistad.
Económicamente tiene sentido. Si entre dos personas se regalan dos bienes de un mismo valor que ambos querían y podían haberse comprado el día anterior, el resultado es el mismo con o sin regalo. La única forma de que, a través del intercambio el resultado final se optimice, es eliminando por el camino un par de externalidades negativas en la compra, como puede ser la culpabilidad.
No es mi opinión exacta, sino la de Dan, yo sigo dándole vueltas al asunto. Y espero que vosotros también lo hagáis, así que, ¿Cuál es para vosotros el regalo perfecto?

Geografía económica (VII): Aglomeración urbana


El estudio de la formación y evolución de las ciudades entra dentro de la economía urbana, pariente no muy lejana de la geografía económica, en tanto da cuenta de la generación teórica de un hecho económico estrechamente relacionado con el espacio.
¿Por qué existen las ciudades?
Lo cierto es que la historia tiene mucho que contar cuando nos disponemos a estudiar casos concretos. No sería lógico pensar que un conjunto de personas considerablemente alejadas decidieron, un día, crear una ciudad por la simple casuística de los beneficios derivados de la misma. Pero una vez que nos ponemos a estudiar la verdadera naturaleza de las ciudades, podemos entender no porqué existe tal ciudad en tal punto en concreto, sino, más allá, ¿por qué existen las ciudades?.
Hay tres razones fundamentales que dan su explicación, tres fuerzas que dan cuenta de la aglomeración en el espacio de las actividad económicas , propuestas por Marshal y ampliadas y completadas por los trabajos posteriores: Sharing (compartir), matching (emparejar) y learning (aprender).
Sharing.
La primera fuerza de aglomeración se deriva de las ganancias obtenidas al compartir un mismo espacio para las actividades económicas.
Compartir bienes públicos, entre los que entraría, (y aquí salto a la piscina yo solo), la defensa que provee un castillo, recursos naturales sujetos a un lugar específico (gestión de los mismos), menor coste por persona de bienes no rivales…
Obviamente los rendimientos crecientes son la clave para explicar que una mayor concentración de trabajadores en un mismo lugar implica un mayor desarrollo económico. Pero no podemos caer en la tentación de explicar la aglomeración económica a partir de las economías de aglomeración (pues es una obvia obviedad). La micro fundamentación de estos rendimientos crecientes puede dar algunas pistas sobre qué es lo que los genera.
Smith trató las ganancias por una mayor especialización, la cual podrá tener una mayor relevancia cuanta más gente haya y, por tanto, más se pueda especializar primero por sectores y luego por tareas.
La presencia de heterogeneidad y el gusto por la misma es también una fuente de rendimientos crecientes, tanto en la producción de bienes directos como intermedios.
Por ultimo, compartir riesgos (en forma de seguros), hace que una sociedad más bien diluida o desestructurada esté menos protegida que una que sabe crear redes de protección social y empresarial, para lo cual es necesaria una mínima gestión, mucho más eficiente cuanto más próximos estén los agentes.
Matching.
Quizás este sea el más sencillo de entender. El más intuitivo. Cuanta más gente haya reunida, las relaciones comerciales serán más eficientes, pues hay más oportunidades de que los intercambios se hagan entre pares que optimicen el beneficio.
El ejemplo más básico es el propio mercado. Desde la antigüedad los mercaderes se reúnen en plazas o puntos de encuentro, ya sea en el lejano oriente o en las lonjas más modernas, ¿por qué? Por es que mucho más factible que compradores y vendedores se reúnan todos en un sitio, favoreciendo la búsqueda y el encuentro de lo que anteriormente podría ser el trueque, y hoy la optimización de la compra efectuada.
Aunque la unión de varios vendedores incluye fuerzas diversas de competencia, cuanto más diferenciado esté el producto mayores serán los beneficios de la aglomeración, (piensen como el “rastro” se suele celebra en un único sitio, vendedores de sellos,coleccionistas)…
No solo el mercado de bienes se beneficia de la aglomeración en los puntos de venta. Se puede demostrar fácilmente mediante probabilidades que el aumento de personas y empresas en una determinada localidad aumenta la probabilidad de encontrar un puesto de trabajo idóneo a tus cualidades. No es lo mismo ser dos personas y tener dos puestos de trabajo (cada uno de ellos con sus peculiaridades) que cien personas y cien puestos de trabajo. Hay menos fricción, y el resultado es mejor. Aunque aumenten los costes de búsqueda y eso implique y genere otras fuerzas que pueden forzar los salarios al alza, pero esa es otra historia.
Learning.
Al aprendizaje se le suele dar menos importancia, aunque pueda ser uno de las fuerzas más poderosas de aglomeración.
Hay que diferenciar entre tres procesos, la generación, la difusión y la acumulación.
En la generación está el alma de las universidades, bibliotecas, centros de reunión y encuentro entre diferentes personas, capaces de enriquecerse con la exposición y la obtención de aprendizaje. Si bien antiguamente alguien podía basar sus estudios en la lectura de los libros y tratados que culminaban o recopilaban toda una ciencia o creencia de manos de auténticos genios, hoy en día, el aprendizaje necesita heterogeneidad, libertad, creatividad. El súmmum de este hecho en su niel más pequeño es la realización de “brain-storming”, como método de generación de ideas entre diferentes grupos de personas.
Cuanto más aglomerada este la población, los procesos de difusión serán aun mayores. Desde el propio aprendizaje (que no es más que difusión desde los que saben hasta los que están aprendiendo) de las universidades, hasta el boca a boca o la propagación de rumores.
Las empresas también pueden beneficiarse al aprender y mejorar su proceso productivo a partir de lo que hagan sus rivales, lo cual fuerza a la industrialización especializada, aunque también puede retrasar los procesos de inversión en espera de una mayor eficiencia.
En cuanto a la acumulación, tengo mis reservas. Es obvio que el aprendizaje se puede acumular, pero en tanto en cuento la comunicación y el transporte de información sea, hoy en día, relativamente barato, no creo que pueda ser una fuerza aun más poderosa para la aglomeración.
Fundamentos interdependientes
Creo que es obvio que todas estas fuerzas se entrelazan entre si. Eso dificulta mucho explicar empíricamente qué porcentaje de aglomeración se debe a tal o cual factor, pero si explica muy bien, a grandes rasgos, cuales son los factores económicos que fundamentan la generación y crecimiento de las ciudades. Algunas de ellas basadas en antiguos emplazamientos de defensa, otras generadas alrededor de mercados o puertos, cada vez más importantes conforme la globalización del comercio (siglos atrás) fomentaba el crecimiento económico, y otras por ser el potencial artístico o científico que vieron nacer y crecer a algunos de los genios que hoy en día nos siguen asombrando, no solo por sus aportaciones a la historia, sino porque no eran hombres y mujeres solitarios. Smith de Hume, Marx de Saint-Simon, la historia nos vuelve a enseñar como el caos puede hacer avanzar nuestra historia y, quizás también, la de nuestras ciudades.

El discurso económico de Rajoy


No está el país para andarse con rodeos. El discurso de Rajoy ha estado centrado casi única y exclusivamente en un monólogo económico acentuando las directrices que tomará una vez que esté en el gobierno, desde la seriedad y el rigor que en estos momentos se necesita, aunque siempre hay cosas que criticar y que destacar, y aunque no podamos dejarnos llevar por las palabras que esconden los hechos, podría haber sido mucho peor.
La cifra a destacar, los 16.500 millones de euros que hay que recortar, ha sido el impacto que fundamenta el discurso posterior, sin embargo, quizás es el mayor pero, no ha dicho ni una sola medida concreta por la que llegará a esta reducción. Como una verdad a medias de la que nos esconde los entresijos que más nos puede doler, esta cifra (a buen seguro impuesta por Merkozy) queda latente y a la espera del próximo año para ser más explicada.
No creo que el mensaje pueda ser de “va a recortar”. No. Eso ya se hizo en campaña, la gente ya lo sabe, y la gente ya votó. Y si bien puedo no estar de acuerdo en parte del fondo y la forma, lo que va a haber es lo que ya se ha decidido por democracia. De nada sirve seguir criticando lo mismo. Y hasta que no veamos la forma concreta en la que se estipula este recorte, vagancias, por mi parte, las mínimas. (Y no puedo estar más molesto con el recorte del 30% que se espera para la universidad de Zaragoza).
La paradoja es que, tras el anuncio de la reducción del déficit, las siguientes medidas se han centrado, sobre todo, en medidas que aumentan el déficit, algunas mejores y otras peores.
Bonificaciones por contratación del primer trabajador y de la SS a menores de treinta durante el primer año es un intento (quizás algo vacuo) de fomentar el empleo.
El pago del IVA aplazado al cobro de facturas era algo necesario para parar parte del estrangulamiento que azota a las pymes.
La subida de las pensiones es una mera acción electoralista que ha tenido que acatar pues fue su única propuesta en campaña.
Vuelve la deducción por compra de vivienda. Algo innecesario y que intenta resucitar a un sector que tiene que seguir reestructurándose por otras vías, sobre todo precios.
Se congela la contratación pública. Desde una visión de izquierdas, creo que no puede haber pensamiento más crítico que el mío para una gestión pública ineficiente y mal gestionada. Aunque no creo que la solución sea minimizar el peso de la acción pública. Creo que aquí son necesarios pasos de mayor calado y acuerdo social, pero los temas importantes son siembre obviados por los gobernantes.
¿Se atreverán con las diputaciones provinciales? Habla mucho de duplicidades, pero no concreta nada.
En cuanto a justicia, la modernización es algo clave. Tenemos un sistema judicial de pena, casi tanta como un sistema sanitario que sí, es de calidad, pero que se lentifica por unos recursos bien escasos, bien mal gestionados. Estoy viviendo en mis propias carnes un proceso judicial con el que llevamos años, donde las citas se retrasan años… no podemos pretender ser un país serio con un poder judicial manirroto. Veremos que se hace finalmente.
En cuanto a energía, me da a mi que de la frase: “utilizando todas las tecnologías disponibles” podemos obtener: “centrales nucleares”.
No me gustan, pero no soy contrario a su uso. Menos cuando se la estamos comprando a Francia a apenas unos kilómetros de nuestras fronteras. Creo, en cambio, que la energía verde puede dar más empleo y más futuro a largo plazo. Pero el problema es de eficiencia (en apenas unos años la tecnología verde utilizada hoy puede avanzar y rebajar tanto los costes que sea más beneficioso esperar).
La educación es uno de los planos donde más contrario soy. Creo que son necesarias varias reformas sencillas, pero que no se acometerán, mientras se habla de I+D y se recorta en la universidad. Un bachiller de 3 años me parece absurdo, a no ser que se sustituya por un año de ESO y se fomente una especialización más marcada y más independiente de la selectividad (En 2º no aprendí nada útil para la universidad, fue todo un curso por y para aprobar los exámenes de la selectividad, temarios, libros, autores y problemas eran estudiados con ese único criterio).
En definitiva, Rajoy ha hecho un discurso (o le han hecho) con un guión que ya todos sabíamos y del que no nos podemos sorprender. Se ha desatendido de lo malo (aun anunciándolo) para que las criticas no pudieran ser concretas (esperará al próximo año). Algunas medidas eran necesarias, otras fueron prometidas, otras eras obvias, algunas totalmente innecesarias.
Algunas puyitas del sistema de cotizaciones no me han hecho mucha gracia, implicando una menor solidaridad (redistribución), aunque sin forma concreta no podemos saber nada.
La promesa de dialogo queda muy bonita, pero con una mayoría absoluta es un mero espejismo. Aunque ya ha avisado. Esta entrenado para mantenerse estoicamente ante todas las manifestaciones que vayan a hacerse contra él. De la izquierda depende actuar con inteligencia para conectar con la ciudadanía que quiera buscar otras propuestas (si es que las hay, que yo creo que sí), o ofuscarse en criticar ante una pared lo que ya nadie quiere oír de labios de los que menos derecho tienen a hablar.
¿Y a vosotros? ¿Qué os ha parecido?

viernes, 9 de diciembre de 2011

Reino Unido se descuelga


Solo el tiempo dirá si esta ha sido una buena o un amala decisión. A nivel personal, creo que yo habría hecho lo mismo. Ahora mismo Europa no tiene esa unidad política y económica que debería dar la estabilidad que muchos buscas, y aunque se dan pasos para revestir a la unión de una fuerza basada en la cooperación y la convergencia, poco se está haciendo realmente para que lo que se de no sea divergencia y malos rollos a nivel nacional.

Reino Unido se ha tenido que preguntar muchas veces, ¿Qué papel tendría yo en la UE?

Porque seamos serios, esta unión no es seria. Una unión en donde dos países… no, perdón, dos presidentes, elegidos democráticamente, sí, pero no por el total de su población y mucho menos por el total de Europa, deciden unilateralmente las políticas que el resto de países debe acatar agachando la cabeza y resoplando por las orejas no es una unión seria.

Claro, España no puede salir del euro. Por mucho que a día de hoy mi orgullo me lo pidiera, sé perfectamente que todo iría a peor. La moneda única ha podido traer de vuelta, como un bumerang, todo aquello que pensábamos que solo era de ida, pero la seguridad de una moneda fuerte, que lo es, capaz de competir en los mercados con un dólar que, no nos olvidemos, hasta hace cuatro días era hegemónico, es algo de lo que no nos podemos olvidar.

Pero Reino Unido no tiene ese problema. Echarse a un lado no es dar un paso hacía atrás, si no, simplemente, hacer algo diferente.

Con la creación de un gobierno europeo fuerte, las políticas nacionales cada vez tendrán menos peso. Pues bajo una política de estabilización e incluso distribución supranacional, y unas políticas de asignación autonómicas (esperemos que con la eficiencia necesaria, y no lo que se ha hecho hasta ahora), el poder de un “país” como tal, perderá fuelle. Bueno, digo perderá, aunque casi podría decir que está perdido. ¿Alguien puede decirme una política que haya tomado Zapatero o que vaya a tomar Rajoy que salga única y exclusivamente de su equipo de gobierno y no vaya a ser consensuado con autoridades europeas?

No digo que sea algo malo, ni bueno, es lo que es. Y probablemente Reino Unido no esté preparado o, simplemente, no le apetezca, jugar a ese juego. No todo tiene que ser uniones, quizás ese juego es lo que peor a jugado en contra de la Unión Europea, en una búsqueda incontrolable de anexionar cualquier país, cumpliera o no los mismos criterios que se habían impuesto.

Tampoco creo que haya que dramatizar con el tema. Aunque claro, con esa búsqueda en pos de las fotos y las citas que busquen la confianza, más que unas políticas que hagan sus partes, el que Reino Unido se descuelgue no es algo que vaya a generar esa “unión” que, algunos, siguen buscando como locos.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Por qué se niega la evidencia?


Aun muchos critican que algunos digamos que el problema de la crisis actual es de demanda. Hoy publicaban los datos del markit en servicios. Hemos batido records de caida, cinco puntos de golpe. Del 41.8 al 36.8.
¿Pero esta caida es por problema de demanda o financieros? Podriamos estar debatiendo mucho rato, pero ya que el markit se basa en encuestas a empresas, veamos lo que dicen ellas. ¿Para que interpretar la causa de un dato cuando los agentes te dicen la razón?

“El ritmo al que la actividad del sector servicios español se ha reducido en los últimos dos meses es bastante preocupante, y ahora parece muy probable que la economía registre una contracción en el último trimestre del año. Aunque los problemas de la zona euro claramente han tenido un impacto en la economía española, la crisis económica y la falta de demanda en la misma España son los factores que más se mencionaron como causa principal de la actual desaceleración”.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Comienza de nuevo el periodo de dudas


Esta semana ha estado cargada de encuentros y movimientos en el plano académico del pensamiento económico. La crisis vuelve a azotar las mentes de los que creían haber encarrilado la situación cuando la V que se creía W, comienza a ser U y, para algún fatídico economista, L.

El VII encuentro ibérico de pensamiento económico, que reúne a las más insignias mentes de la nombrada área económica cada dos años (esta vez tocaba Zaragoza, para mi suerte) se centra en la recuperación del pensamiento antiguo, tanto escolástico como práctico como académicamente más moderno, para entablar relaciones entre lo que se quería decir, lo que se dijo, lo que podemos interpretar y lo que nos puede ayudar.

Particularmente, soy un neófito del tema que va a estos encuentros por puro divertimento, me pierdo fácilmente cuando los sabios empiezan a discutir de temas tan intrincados y específicos, sobre todo sí, como es el caso, un tercera parte es italiana, y otra portuguesa.

Ayer también pude ver (aunque en la distancia de una pantalla de ordenador, pues no dejaron ir a verlo en directo), un debate que se centraba inclusive en las profundidades de los cimientos que han soportado la construcción y el crecimiento del euro, una moneda con una complejidad derivada de una heterogeneidad entre los países que lo soportan demasiado grande como para que no se notara. Desde las praxis más ortodoxas, ajustes, hasta la más apocalípticas (esto no tiene solución), el mensaje era claro: No está nada claro.

Pero mientras Europa se decide de una vez por todas a hacer algo y no solo juntarse en reuniones de las que solo salen citas para los titulares de periódico (en breve tenemos otra), los datos van cercenando las pocas ganas que pudiera tener alguien de sonreírle al futuro.

El paro vuelve a aumentar en noviembre. ¿Novedad? No. Pero hay dos factores que me preocupan. El primero, que lo veamos normal. Sí, normal. Por que después de tres años nos hemos acostumbrado a que el paro siga subiendo. Y sabiendo que el estancamiento o el tímido crecimiento que puede venir en 2013 (el anterior me lo salto) no va a poder hacer que esto remonte rápidamente. Los analistas y economistas que han ido hablando esta semana lo han dejado claro. Se deben hacer reformas, pero estas, por si solas, no van a traer más empleo.

La segunda preocupación es la velocidad a la que se está destruyendo el empleo. Ya no es solo que no decrezca el paro, sino, como llevo un par de meses advirtiendo, que cada vez se destruye a mayor ritmo, desde una base que es ya muy pobre. Por propia inercia, con un paro del 22-23%, esto tendría que pararse. Pero los datos nos dan la espalda una vez más pues, en términos interanuales, en agosto creció un 4%, en septiembre un 5,2%, en octubre un 6,7% y ahora en noviembre un 7,5%. Esto, simplemente, no puede ser.

Los segundos datos, los del markit, los índices PMI de producción manufacturera, reflejan este estancamiento a la perfección. En Francia baja a un 47.3. En Alemania a un 47.9. Reino Unido 47.6. En España 43.8. Y en la Eurozona un 46.4. (Por debajo de 50 implica decrecimiento). Que no dicen nada más que lo que ya sabemos, esta nueva recesión está afectando a todos, no es solo un alargamiento del estancamiento sino una nueva caída y las previsiones no son muy halagüeñas.

Y mientras Grecia o Italia ya pueden hacer las medidas que sus nuevos políticos, impuestos, vayan a decidir, España, que decidió hace ya casi dos semanas a quien quería democráticamente, debe seguir esperando a… bueno a nada. Pero es que cambiar las normas es tan complicado… Creo que no hay mejor muestra de problema que tiene España de gestión, productividad, eficiencia, costes de burocracia… que el que un nuevo gobierno en unas condiciones extremas, deba esperar un mes en poder llegar hasta donde debe estar. Mientras deja jugar a los sindicatos con la patronal para que el pública se vaya divirtiendo y no abandone la función antes de tiempo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Qué es un modelo económico?


Aun habiendo trabajado bastante e incluso desarrollado algún modelo económico, cuesta explicar con cierta precisión qué es un modelo económico teórico.

La diferencia, creo, básica entre una ciencia como la física y otra como la economía, es que la primera descubre el comportamiento físico a través de los modelos, mientras que la segunda interpreta el comportamiento social a través de los mismos.

El matiz consigue restarle la importancia necesaria como para que incluso algunos economistas vean “inútiles” a los modelos económicos, tanto simples como complejos. Visión que, obviamente, no comparto.

Pero nos vamos del tema. ¿Qué es un modelo económico?

En los albores de la economía, no había modelos como tales. El discurso económico, basado en ideas y ejemplificaciones dio paso a la matematización del sistema en el siglo XVIII. El primer modelo que muchos señalan como tal, fue el Tableau économique, de Quesnay, si bien no tiene nada que ver con lo que nos podemos encontrar hoy en día, desarrollaba un intrincado proceso de distribución de la renta entre los diferentes agentes (asalariados, terratenientes y capitalistas) y el proceso productivo.

Hoy en día, los modelos económicos intentan simplificar y simular el comportamiento del sistema a través de funciones matemáticas que den cuenta de diferentes fuerzas y muestras de una manera ordenada como unas variables afectan a otras y cual será el resultado o equilibrio final.

De aquí hay mucho que decir. En primer lugar, ningún modelo muestra el comportamiento absoluto del sistema. En otras ciencias se hace igual, por ejemplo, obviando la resistencia del aire o ejemplificando los sistemas en un vacío, claro que aquí, lo se obvia suele ser mucho más importante. Pero el propósito es comprobar como, dentro de un marco de análisis propio, una serie de fuerzas actúan sobre el sistema, suponiendo que el resto no actúa.

¿Funciones matemáticas?

Desde luego, no son baladí. Pero si creemos que el proceso económico parte de unos agentes que son racionales y que, por tanto son lógicos, podemos usar la propia lógica para definir los procesos económicos, y la matemática no es más que el lenguaje de la lógica.

¿Pero de verdad son necesarias?

Hay veces que los resultados obtenidos, aun demostrados empíricamente son difíciles de interpretar económicamente si detrás no hay un marco analítico sobre el que apoyarte. En la dicotomía matemática / interpretación, lo importante es lo segundo, pero para ello es a veces necesaria la matemática, sobre todo cuando entramos en procesos complejos, o en la formación del estudiante.

¿Cómo se hace un modelo?

En principio hay tres partes fundamentales del mismo.
Primero hay que formular unos supuestos o hipótesis. Esto es decir de forma exógena como se van a comportar los agentes, cuantos tipos de agentes hay, o como se encuentra inicialmente el sistema.

Dependiendo de en qué marco te encuentres (economía industrial, marcoeconomía, bienestar, geografía económica, crecimiento económico), te centrarás en explicar diferentes procesos económicos para lo cual es útil emplear diferentes hipótesis.

Cuanto más realistas vayan a ser los supuestos, más complejas van a ser las matemáticas que los van a representar. Esto nos obliga a tener que usar la balanza en pos de un equilibrio que sea tratable y económicamente interesante.
En segundo lugar, hay que derivar las conclusiones. A partir de las hipótesis, se describe como los agentes actuarán en la economía. Los consumidores maximizarán su utilidad. Las empresas maximizarán beneficios. Los mercados se vaciaran y etcétera. Lo cual implica derivar funciones, imponer restricciones, igualar variables… Hasta que finalmente lleguemos a un patrón estable, es decir, que no genere movimiento o incite al mismo, lo que llamamos “equilibrio” (que no tiene porqué estar quieto).

Más tarde hay que ver cuales son las conclusiones que se pueden derivar del modelo y si estas se ajustan o no a la realidad para lo cual se puede utilizar la econometría.

Como se suele decir ampliamente, el mapa no es el territorio. Nadie, o al menos ningún economista que se precie, puede decir que su modelo explique todo el comportamiento económico, por lo que las previsiones basadas en uno u otro modelo suelen ser bastante fútiles. Los modelos solo ejemplifican una guía de ruta por la que los economistas y los políticos pueden desarrollar políticas y explicar la historia.

Por ejemplo, en geografía económica que es el tema por el que me muevo (y ampliaré esta sección más adelante en siguientes artículos), se da muestra del comportamiento de las industrias entre regiones o países. Cada modelo da cuenta de diferentes fuerzas centrípetas o centrifugas que fomentan la aglomeración del sector o su dispersión. Un modelo que incluya todas las fuerzas sería intratable, pero tener el marco teórico de todo el conjunto te da una gran visión de cuales son las fuerzas de un sistema que se mueve de forma caótica y compleja.

Así que no, el mapa no es el territorio, pero si vas a andar por el territorio, es mejor tener un mapa a no tener nada. Claro que hay que asegurarse que el mapa es el correcto.