lunes, 26 de diciembre de 2011

El regalo perfecto


Ante todo, ¡Feliz navidad!
Espero que hayáis pasado una feliz cena de nochebuena y que el gordo de Papa Tonel os haya traído exactamente lo que pedisteis.
Y exactamente hoy quiero hablar de eso mismo, regalos. Hace tiempo leí un artículo de Dan Ariely, un experto en economía y psicología, que realiza varios experimentos conductitas (que intentan estudiar la conducta y las decisiones económicas y como no somos tan racionales después de todo). Tiene varios libros, aunque en Español creo que solo está “Las trampas del deseo” (una muy mal traducción de “Predictivamente irracional”, su título en inglés).
En ese artículo, publicado en el en el Wall Street Journal, intentaba descifrar desde el punto de vista económico cual sería el mejor regalo. De cumpleaños, de navidad, o de lo que sea. El regalo perfecto.
La respuesta no puede ser un elemento particular como puede ser “un libro, o algo de ropa”, sino un bien más general que pueda englobar una gran cantidad de casos, (a ser posible, todos).
La respuesta a la que llega después de hablar con varias personas es que el mejor regalo no es aquel que no puedes comprar, o aquello que ni conoces ni sabes si quieres. Es aquello que realmente te quieres comprar pero te hace sentir culpable si lo haces. En definitiva, y yo generalizaría, aquello que puedes y quieres comprar, pero que otro tipo de elementos te “prohíben” comprar, ya sea por culpabilidad, comportamiento social…
“Se elimina la culpa que acompaña las compras extravagantes y reducen la que proviene del pago derivado de su consumo”.
Si generalizamos un poco más la definición para hacerla más clara nos encontramos con una obviedad: “El regalo perfecto es aquello que solo puede ser regalado, no comprado”.
Y no tiene nada que ver con el precio. Nadie puede comprar una “pedida de mano”, un recuerdo compartido… se puede, pero pierde la esencia de lo que realmente significa, demostrar el amor o la amistad.
Económicamente tiene sentido. Si entre dos personas se regalan dos bienes de un mismo valor que ambos querían y podían haberse comprado el día anterior, el resultado es el mismo con o sin regalo. La única forma de que, a través del intercambio el resultado final se optimice, es eliminando por el camino un par de externalidades negativas en la compra, como puede ser la culpabilidad.
No es mi opinión exacta, sino la de Dan, yo sigo dándole vueltas al asunto. Y espero que vosotros también lo hagáis, así que, ¿Cuál es para vosotros el regalo perfecto?

Geografía económica (VII): Aglomeración urbana


El estudio de la formación y evolución de las ciudades entra dentro de la economía urbana, pariente no muy lejana de la geografía económica, en tanto da cuenta de la generación teórica de un hecho económico estrechamente relacionado con el espacio.
¿Por qué existen las ciudades?
Lo cierto es que la historia tiene mucho que contar cuando nos disponemos a estudiar casos concretos. No sería lógico pensar que un conjunto de personas considerablemente alejadas decidieron, un día, crear una ciudad por la simple casuística de los beneficios derivados de la misma. Pero una vez que nos ponemos a estudiar la verdadera naturaleza de las ciudades, podemos entender no porqué existe tal ciudad en tal punto en concreto, sino, más allá, ¿por qué existen las ciudades?.
Hay tres razones fundamentales que dan su explicación, tres fuerzas que dan cuenta de la aglomeración en el espacio de las actividad económicas , propuestas por Marshal y ampliadas y completadas por los trabajos posteriores: Sharing (compartir), matching (emparejar) y learning (aprender).
Sharing.
La primera fuerza de aglomeración se deriva de las ganancias obtenidas al compartir un mismo espacio para las actividades económicas.
Compartir bienes públicos, entre los que entraría, (y aquí salto a la piscina yo solo), la defensa que provee un castillo, recursos naturales sujetos a un lugar específico (gestión de los mismos), menor coste por persona de bienes no rivales…
Obviamente los rendimientos crecientes son la clave para explicar que una mayor concentración de trabajadores en un mismo lugar implica un mayor desarrollo económico. Pero no podemos caer en la tentación de explicar la aglomeración económica a partir de las economías de aglomeración (pues es una obvia obviedad). La micro fundamentación de estos rendimientos crecientes puede dar algunas pistas sobre qué es lo que los genera.
Smith trató las ganancias por una mayor especialización, la cual podrá tener una mayor relevancia cuanta más gente haya y, por tanto, más se pueda especializar primero por sectores y luego por tareas.
La presencia de heterogeneidad y el gusto por la misma es también una fuente de rendimientos crecientes, tanto en la producción de bienes directos como intermedios.
Por ultimo, compartir riesgos (en forma de seguros), hace que una sociedad más bien diluida o desestructurada esté menos protegida que una que sabe crear redes de protección social y empresarial, para lo cual es necesaria una mínima gestión, mucho más eficiente cuanto más próximos estén los agentes.
Matching.
Quizás este sea el más sencillo de entender. El más intuitivo. Cuanta más gente haya reunida, las relaciones comerciales serán más eficientes, pues hay más oportunidades de que los intercambios se hagan entre pares que optimicen el beneficio.
El ejemplo más básico es el propio mercado. Desde la antigüedad los mercaderes se reúnen en plazas o puntos de encuentro, ya sea en el lejano oriente o en las lonjas más modernas, ¿por qué? Por es que mucho más factible que compradores y vendedores se reúnan todos en un sitio, favoreciendo la búsqueda y el encuentro de lo que anteriormente podría ser el trueque, y hoy la optimización de la compra efectuada.
Aunque la unión de varios vendedores incluye fuerzas diversas de competencia, cuanto más diferenciado esté el producto mayores serán los beneficios de la aglomeración, (piensen como el “rastro” se suele celebra en un único sitio, vendedores de sellos,coleccionistas)…
No solo el mercado de bienes se beneficia de la aglomeración en los puntos de venta. Se puede demostrar fácilmente mediante probabilidades que el aumento de personas y empresas en una determinada localidad aumenta la probabilidad de encontrar un puesto de trabajo idóneo a tus cualidades. No es lo mismo ser dos personas y tener dos puestos de trabajo (cada uno de ellos con sus peculiaridades) que cien personas y cien puestos de trabajo. Hay menos fricción, y el resultado es mejor. Aunque aumenten los costes de búsqueda y eso implique y genere otras fuerzas que pueden forzar los salarios al alza, pero esa es otra historia.
Learning.
Al aprendizaje se le suele dar menos importancia, aunque pueda ser uno de las fuerzas más poderosas de aglomeración.
Hay que diferenciar entre tres procesos, la generación, la difusión y la acumulación.
En la generación está el alma de las universidades, bibliotecas, centros de reunión y encuentro entre diferentes personas, capaces de enriquecerse con la exposición y la obtención de aprendizaje. Si bien antiguamente alguien podía basar sus estudios en la lectura de los libros y tratados que culminaban o recopilaban toda una ciencia o creencia de manos de auténticos genios, hoy en día, el aprendizaje necesita heterogeneidad, libertad, creatividad. El súmmum de este hecho en su niel más pequeño es la realización de “brain-storming”, como método de generación de ideas entre diferentes grupos de personas.
Cuanto más aglomerada este la población, los procesos de difusión serán aun mayores. Desde el propio aprendizaje (que no es más que difusión desde los que saben hasta los que están aprendiendo) de las universidades, hasta el boca a boca o la propagación de rumores.
Las empresas también pueden beneficiarse al aprender y mejorar su proceso productivo a partir de lo que hagan sus rivales, lo cual fuerza a la industrialización especializada, aunque también puede retrasar los procesos de inversión en espera de una mayor eficiencia.
En cuanto a la acumulación, tengo mis reservas. Es obvio que el aprendizaje se puede acumular, pero en tanto en cuento la comunicación y el transporte de información sea, hoy en día, relativamente barato, no creo que pueda ser una fuerza aun más poderosa para la aglomeración.
Fundamentos interdependientes
Creo que es obvio que todas estas fuerzas se entrelazan entre si. Eso dificulta mucho explicar empíricamente qué porcentaje de aglomeración se debe a tal o cual factor, pero si explica muy bien, a grandes rasgos, cuales son los factores económicos que fundamentan la generación y crecimiento de las ciudades. Algunas de ellas basadas en antiguos emplazamientos de defensa, otras generadas alrededor de mercados o puertos, cada vez más importantes conforme la globalización del comercio (siglos atrás) fomentaba el crecimiento económico, y otras por ser el potencial artístico o científico que vieron nacer y crecer a algunos de los genios que hoy en día nos siguen asombrando, no solo por sus aportaciones a la historia, sino porque no eran hombres y mujeres solitarios. Smith de Hume, Marx de Saint-Simon, la historia nos vuelve a enseñar como el caos puede hacer avanzar nuestra historia y, quizás también, la de nuestras ciudades.

El discurso económico de Rajoy


No está el país para andarse con rodeos. El discurso de Rajoy ha estado centrado casi única y exclusivamente en un monólogo económico acentuando las directrices que tomará una vez que esté en el gobierno, desde la seriedad y el rigor que en estos momentos se necesita, aunque siempre hay cosas que criticar y que destacar, y aunque no podamos dejarnos llevar por las palabras que esconden los hechos, podría haber sido mucho peor.
La cifra a destacar, los 16.500 millones de euros que hay que recortar, ha sido el impacto que fundamenta el discurso posterior, sin embargo, quizás es el mayor pero, no ha dicho ni una sola medida concreta por la que llegará a esta reducción. Como una verdad a medias de la que nos esconde los entresijos que más nos puede doler, esta cifra (a buen seguro impuesta por Merkozy) queda latente y a la espera del próximo año para ser más explicada.
No creo que el mensaje pueda ser de “va a recortar”. No. Eso ya se hizo en campaña, la gente ya lo sabe, y la gente ya votó. Y si bien puedo no estar de acuerdo en parte del fondo y la forma, lo que va a haber es lo que ya se ha decidido por democracia. De nada sirve seguir criticando lo mismo. Y hasta que no veamos la forma concreta en la que se estipula este recorte, vagancias, por mi parte, las mínimas. (Y no puedo estar más molesto con el recorte del 30% que se espera para la universidad de Zaragoza).
La paradoja es que, tras el anuncio de la reducción del déficit, las siguientes medidas se han centrado, sobre todo, en medidas que aumentan el déficit, algunas mejores y otras peores.
Bonificaciones por contratación del primer trabajador y de la SS a menores de treinta durante el primer año es un intento (quizás algo vacuo) de fomentar el empleo.
El pago del IVA aplazado al cobro de facturas era algo necesario para parar parte del estrangulamiento que azota a las pymes.
La subida de las pensiones es una mera acción electoralista que ha tenido que acatar pues fue su única propuesta en campaña.
Vuelve la deducción por compra de vivienda. Algo innecesario y que intenta resucitar a un sector que tiene que seguir reestructurándose por otras vías, sobre todo precios.
Se congela la contratación pública. Desde una visión de izquierdas, creo que no puede haber pensamiento más crítico que el mío para una gestión pública ineficiente y mal gestionada. Aunque no creo que la solución sea minimizar el peso de la acción pública. Creo que aquí son necesarios pasos de mayor calado y acuerdo social, pero los temas importantes son siembre obviados por los gobernantes.
¿Se atreverán con las diputaciones provinciales? Habla mucho de duplicidades, pero no concreta nada.
En cuanto a justicia, la modernización es algo clave. Tenemos un sistema judicial de pena, casi tanta como un sistema sanitario que sí, es de calidad, pero que se lentifica por unos recursos bien escasos, bien mal gestionados. Estoy viviendo en mis propias carnes un proceso judicial con el que llevamos años, donde las citas se retrasan años… no podemos pretender ser un país serio con un poder judicial manirroto. Veremos que se hace finalmente.
En cuanto a energía, me da a mi que de la frase: “utilizando todas las tecnologías disponibles” podemos obtener: “centrales nucleares”.
No me gustan, pero no soy contrario a su uso. Menos cuando se la estamos comprando a Francia a apenas unos kilómetros de nuestras fronteras. Creo, en cambio, que la energía verde puede dar más empleo y más futuro a largo plazo. Pero el problema es de eficiencia (en apenas unos años la tecnología verde utilizada hoy puede avanzar y rebajar tanto los costes que sea más beneficioso esperar).
La educación es uno de los planos donde más contrario soy. Creo que son necesarias varias reformas sencillas, pero que no se acometerán, mientras se habla de I+D y se recorta en la universidad. Un bachiller de 3 años me parece absurdo, a no ser que se sustituya por un año de ESO y se fomente una especialización más marcada y más independiente de la selectividad (En 2º no aprendí nada útil para la universidad, fue todo un curso por y para aprobar los exámenes de la selectividad, temarios, libros, autores y problemas eran estudiados con ese único criterio).
En definitiva, Rajoy ha hecho un discurso (o le han hecho) con un guión que ya todos sabíamos y del que no nos podemos sorprender. Se ha desatendido de lo malo (aun anunciándolo) para que las criticas no pudieran ser concretas (esperará al próximo año). Algunas medidas eran necesarias, otras fueron prometidas, otras eras obvias, algunas totalmente innecesarias.
Algunas puyitas del sistema de cotizaciones no me han hecho mucha gracia, implicando una menor solidaridad (redistribución), aunque sin forma concreta no podemos saber nada.
La promesa de dialogo queda muy bonita, pero con una mayoría absoluta es un mero espejismo. Aunque ya ha avisado. Esta entrenado para mantenerse estoicamente ante todas las manifestaciones que vayan a hacerse contra él. De la izquierda depende actuar con inteligencia para conectar con la ciudadanía que quiera buscar otras propuestas (si es que las hay, que yo creo que sí), o ofuscarse en criticar ante una pared lo que ya nadie quiere oír de labios de los que menos derecho tienen a hablar.
¿Y a vosotros? ¿Qué os ha parecido?

viernes, 9 de diciembre de 2011

Reino Unido se descuelga


Solo el tiempo dirá si esta ha sido una buena o un amala decisión. A nivel personal, creo que yo habría hecho lo mismo. Ahora mismo Europa no tiene esa unidad política y económica que debería dar la estabilidad que muchos buscas, y aunque se dan pasos para revestir a la unión de una fuerza basada en la cooperación y la convergencia, poco se está haciendo realmente para que lo que se de no sea divergencia y malos rollos a nivel nacional.

Reino Unido se ha tenido que preguntar muchas veces, ¿Qué papel tendría yo en la UE?

Porque seamos serios, esta unión no es seria. Una unión en donde dos países… no, perdón, dos presidentes, elegidos democráticamente, sí, pero no por el total de su población y mucho menos por el total de Europa, deciden unilateralmente las políticas que el resto de países debe acatar agachando la cabeza y resoplando por las orejas no es una unión seria.

Claro, España no puede salir del euro. Por mucho que a día de hoy mi orgullo me lo pidiera, sé perfectamente que todo iría a peor. La moneda única ha podido traer de vuelta, como un bumerang, todo aquello que pensábamos que solo era de ida, pero la seguridad de una moneda fuerte, que lo es, capaz de competir en los mercados con un dólar que, no nos olvidemos, hasta hace cuatro días era hegemónico, es algo de lo que no nos podemos olvidar.

Pero Reino Unido no tiene ese problema. Echarse a un lado no es dar un paso hacía atrás, si no, simplemente, hacer algo diferente.

Con la creación de un gobierno europeo fuerte, las políticas nacionales cada vez tendrán menos peso. Pues bajo una política de estabilización e incluso distribución supranacional, y unas políticas de asignación autonómicas (esperemos que con la eficiencia necesaria, y no lo que se ha hecho hasta ahora), el poder de un “país” como tal, perderá fuelle. Bueno, digo perderá, aunque casi podría decir que está perdido. ¿Alguien puede decirme una política que haya tomado Zapatero o que vaya a tomar Rajoy que salga única y exclusivamente de su equipo de gobierno y no vaya a ser consensuado con autoridades europeas?

No digo que sea algo malo, ni bueno, es lo que es. Y probablemente Reino Unido no esté preparado o, simplemente, no le apetezca, jugar a ese juego. No todo tiene que ser uniones, quizás ese juego es lo que peor a jugado en contra de la Unión Europea, en una búsqueda incontrolable de anexionar cualquier país, cumpliera o no los mismos criterios que se habían impuesto.

Tampoco creo que haya que dramatizar con el tema. Aunque claro, con esa búsqueda en pos de las fotos y las citas que busquen la confianza, más que unas políticas que hagan sus partes, el que Reino Unido se descuelgue no es algo que vaya a generar esa “unión” que, algunos, siguen buscando como locos.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Por qué se niega la evidencia?


Aun muchos critican que algunos digamos que el problema de la crisis actual es de demanda. Hoy publicaban los datos del markit en servicios. Hemos batido records de caida, cinco puntos de golpe. Del 41.8 al 36.8.
¿Pero esta caida es por problema de demanda o financieros? Podriamos estar debatiendo mucho rato, pero ya que el markit se basa en encuestas a empresas, veamos lo que dicen ellas. ¿Para que interpretar la causa de un dato cuando los agentes te dicen la razón?

“El ritmo al que la actividad del sector servicios español se ha reducido en los últimos dos meses es bastante preocupante, y ahora parece muy probable que la economía registre una contracción en el último trimestre del año. Aunque los problemas de la zona euro claramente han tenido un impacto en la economía española, la crisis económica y la falta de demanda en la misma España son los factores que más se mencionaron como causa principal de la actual desaceleración”.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Comienza de nuevo el periodo de dudas


Esta semana ha estado cargada de encuentros y movimientos en el plano académico del pensamiento económico. La crisis vuelve a azotar las mentes de los que creían haber encarrilado la situación cuando la V que se creía W, comienza a ser U y, para algún fatídico economista, L.

El VII encuentro ibérico de pensamiento económico, que reúne a las más insignias mentes de la nombrada área económica cada dos años (esta vez tocaba Zaragoza, para mi suerte) se centra en la recuperación del pensamiento antiguo, tanto escolástico como práctico como académicamente más moderno, para entablar relaciones entre lo que se quería decir, lo que se dijo, lo que podemos interpretar y lo que nos puede ayudar.

Particularmente, soy un neófito del tema que va a estos encuentros por puro divertimento, me pierdo fácilmente cuando los sabios empiezan a discutir de temas tan intrincados y específicos, sobre todo sí, como es el caso, un tercera parte es italiana, y otra portuguesa.

Ayer también pude ver (aunque en la distancia de una pantalla de ordenador, pues no dejaron ir a verlo en directo), un debate que se centraba inclusive en las profundidades de los cimientos que han soportado la construcción y el crecimiento del euro, una moneda con una complejidad derivada de una heterogeneidad entre los países que lo soportan demasiado grande como para que no se notara. Desde las praxis más ortodoxas, ajustes, hasta la más apocalípticas (esto no tiene solución), el mensaje era claro: No está nada claro.

Pero mientras Europa se decide de una vez por todas a hacer algo y no solo juntarse en reuniones de las que solo salen citas para los titulares de periódico (en breve tenemos otra), los datos van cercenando las pocas ganas que pudiera tener alguien de sonreírle al futuro.

El paro vuelve a aumentar en noviembre. ¿Novedad? No. Pero hay dos factores que me preocupan. El primero, que lo veamos normal. Sí, normal. Por que después de tres años nos hemos acostumbrado a que el paro siga subiendo. Y sabiendo que el estancamiento o el tímido crecimiento que puede venir en 2013 (el anterior me lo salto) no va a poder hacer que esto remonte rápidamente. Los analistas y economistas que han ido hablando esta semana lo han dejado claro. Se deben hacer reformas, pero estas, por si solas, no van a traer más empleo.

La segunda preocupación es la velocidad a la que se está destruyendo el empleo. Ya no es solo que no decrezca el paro, sino, como llevo un par de meses advirtiendo, que cada vez se destruye a mayor ritmo, desde una base que es ya muy pobre. Por propia inercia, con un paro del 22-23%, esto tendría que pararse. Pero los datos nos dan la espalda una vez más pues, en términos interanuales, en agosto creció un 4%, en septiembre un 5,2%, en octubre un 6,7% y ahora en noviembre un 7,5%. Esto, simplemente, no puede ser.

Los segundos datos, los del markit, los índices PMI de producción manufacturera, reflejan este estancamiento a la perfección. En Francia baja a un 47.3. En Alemania a un 47.9. Reino Unido 47.6. En España 43.8. Y en la Eurozona un 46.4. (Por debajo de 50 implica decrecimiento). Que no dicen nada más que lo que ya sabemos, esta nueva recesión está afectando a todos, no es solo un alargamiento del estancamiento sino una nueva caída y las previsiones no son muy halagüeñas.

Y mientras Grecia o Italia ya pueden hacer las medidas que sus nuevos políticos, impuestos, vayan a decidir, España, que decidió hace ya casi dos semanas a quien quería democráticamente, debe seguir esperando a… bueno a nada. Pero es que cambiar las normas es tan complicado… Creo que no hay mejor muestra de problema que tiene España de gestión, productividad, eficiencia, costes de burocracia… que el que un nuevo gobierno en unas condiciones extremas, deba esperar un mes en poder llegar hasta donde debe estar. Mientras deja jugar a los sindicatos con la patronal para que el pública se vaya divirtiendo y no abandone la función antes de tiempo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Qué es un modelo económico?


Aun habiendo trabajado bastante e incluso desarrollado algún modelo económico, cuesta explicar con cierta precisión qué es un modelo económico teórico.

La diferencia, creo, básica entre una ciencia como la física y otra como la economía, es que la primera descubre el comportamiento físico a través de los modelos, mientras que la segunda interpreta el comportamiento social a través de los mismos.

El matiz consigue restarle la importancia necesaria como para que incluso algunos economistas vean “inútiles” a los modelos económicos, tanto simples como complejos. Visión que, obviamente, no comparto.

Pero nos vamos del tema. ¿Qué es un modelo económico?

En los albores de la economía, no había modelos como tales. El discurso económico, basado en ideas y ejemplificaciones dio paso a la matematización del sistema en el siglo XVIII. El primer modelo que muchos señalan como tal, fue el Tableau économique, de Quesnay, si bien no tiene nada que ver con lo que nos podemos encontrar hoy en día, desarrollaba un intrincado proceso de distribución de la renta entre los diferentes agentes (asalariados, terratenientes y capitalistas) y el proceso productivo.

Hoy en día, los modelos económicos intentan simplificar y simular el comportamiento del sistema a través de funciones matemáticas que den cuenta de diferentes fuerzas y muestras de una manera ordenada como unas variables afectan a otras y cual será el resultado o equilibrio final.

De aquí hay mucho que decir. En primer lugar, ningún modelo muestra el comportamiento absoluto del sistema. En otras ciencias se hace igual, por ejemplo, obviando la resistencia del aire o ejemplificando los sistemas en un vacío, claro que aquí, lo se obvia suele ser mucho más importante. Pero el propósito es comprobar como, dentro de un marco de análisis propio, una serie de fuerzas actúan sobre el sistema, suponiendo que el resto no actúa.

¿Funciones matemáticas?

Desde luego, no son baladí. Pero si creemos que el proceso económico parte de unos agentes que son racionales y que, por tanto son lógicos, podemos usar la propia lógica para definir los procesos económicos, y la matemática no es más que el lenguaje de la lógica.

¿Pero de verdad son necesarias?

Hay veces que los resultados obtenidos, aun demostrados empíricamente son difíciles de interpretar económicamente si detrás no hay un marco analítico sobre el que apoyarte. En la dicotomía matemática / interpretación, lo importante es lo segundo, pero para ello es a veces necesaria la matemática, sobre todo cuando entramos en procesos complejos, o en la formación del estudiante.

¿Cómo se hace un modelo?

En principio hay tres partes fundamentales del mismo.
Primero hay que formular unos supuestos o hipótesis. Esto es decir de forma exógena como se van a comportar los agentes, cuantos tipos de agentes hay, o como se encuentra inicialmente el sistema.

Dependiendo de en qué marco te encuentres (economía industrial, marcoeconomía, bienestar, geografía económica, crecimiento económico), te centrarás en explicar diferentes procesos económicos para lo cual es útil emplear diferentes hipótesis.

Cuanto más realistas vayan a ser los supuestos, más complejas van a ser las matemáticas que los van a representar. Esto nos obliga a tener que usar la balanza en pos de un equilibrio que sea tratable y económicamente interesante.
En segundo lugar, hay que derivar las conclusiones. A partir de las hipótesis, se describe como los agentes actuarán en la economía. Los consumidores maximizarán su utilidad. Las empresas maximizarán beneficios. Los mercados se vaciaran y etcétera. Lo cual implica derivar funciones, imponer restricciones, igualar variables… Hasta que finalmente lleguemos a un patrón estable, es decir, que no genere movimiento o incite al mismo, lo que llamamos “equilibrio” (que no tiene porqué estar quieto).

Más tarde hay que ver cuales son las conclusiones que se pueden derivar del modelo y si estas se ajustan o no a la realidad para lo cual se puede utilizar la econometría.

Como se suele decir ampliamente, el mapa no es el territorio. Nadie, o al menos ningún economista que se precie, puede decir que su modelo explique todo el comportamiento económico, por lo que las previsiones basadas en uno u otro modelo suelen ser bastante fútiles. Los modelos solo ejemplifican una guía de ruta por la que los economistas y los políticos pueden desarrollar políticas y explicar la historia.

Por ejemplo, en geografía económica que es el tema por el que me muevo (y ampliaré esta sección más adelante en siguientes artículos), se da muestra del comportamiento de las industrias entre regiones o países. Cada modelo da cuenta de diferentes fuerzas centrípetas o centrifugas que fomentan la aglomeración del sector o su dispersión. Un modelo que incluya todas las fuerzas sería intratable, pero tener el marco teórico de todo el conjunto te da una gran visión de cuales son las fuerzas de un sistema que se mueve de forma caótica y compleja.

Así que no, el mapa no es el territorio, pero si vas a andar por el territorio, es mejor tener un mapa a no tener nada. Claro que hay que asegurarse que el mapa es el correcto.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuando no todo es riesgo en la prima de riesgo


Leo en El Economista que Alemania no ha podido colocar toda su deuda y que, a la vez, el interés de la misma ha seguido bajando.

Por un lado hay una mayor demanda de dinero por parte de Alemania, lo cual haría tender al interés de equilibrio hacía arriba (de forma que los acreedores se vieran más recompensados y demandaran más deuda y Alemania más penalizada y ofertaría menos deuda), pero por otro lado, el interés baja.

La respuesta está clara, los inversores realmente pasan directamente de Alemania, y se van a los países que ofertan demanda a unos niveles de interés altísimos. Si un banco le pide dinero al BCE por un 1,25% de interés y lo invierte en España, donde obtiene un interés del 7%, el negocio es redondo. En cierto modo el BCE sigue siendo el que financia a los estados, solo que por le camino, los que se benefician, siguen siendo los bancos.
Si estuviéramos en un mercado “perfecto”,  el interés, el 7% estaría totalmente derivado del sobre riesgo con respecto a Alemania (de ahí que a la diferencia la llamemos “prima de riesgo”). De forma que un inversor esté indiferente entre invertir en un sitio o en otro. Sí, en España tiene más interés, pero también corre más riesgo de no recibirlo más tarde.

Pero esa “indiferencia” implicaría que los mercados de ambos países (por lo que en teórica económica se llama “arbitraje”) se tendrían que vaciar, esto es, que todos deberían vender toda su deuda. Pero no es el caso, pues Alemania no lo consigue.

Sin embargo, lo que tenemos es una sobreoferta de deuda por parte de Alemania. El arbitraje debería hacer que su interés subiera y el de la periferia bajara. Pero no lo hace, de hecho el interés alemán sigue bajando, lo cual implica que no hay arbitraje, lo cual implica que los inversores no están indiferentes, lo cual implica que el riesgo no es todo lo que explica la prima de riesgo. Espero que no os halléis perdido.
Todo esto no implica nada más que el que los mercados de deuda no son perfectos, y se guían y empujan el interés de la periferia hacía arriba simplemente porque tienen poder. Lo cual no quiere decir que España no deba pagar más por su deuda, pues el riesgo sí que es mayor. Lo único que podemos sacar en claro es que el interés de equilibrio (si los mercados fueran perfectos), debería estar algo por debajo (cuánto ya no lo sé).
Es algo que ya sabíamos, pero que ya se ha podido comprobar. 

martes, 22 de noviembre de 2011

Seamos realistas, pidamos lo imposible.


Una vez que España se ha podido dar el gustazo de quitarle totalmente la confianza al partido socialista y dejar en manos de Rajoy los mandos de un país que ha de enfrentarse a serios problemas, ya solo queda, efectivamente, enfrentarse a los mismos.

Por mucho que se lancen mensajes de aviso por parte del partido popular, muy cautelosos en este aspecto “No hemos prometido milagros”, “ardua tarea” y un largo etcétera, una gran parte de la población piensa de veras que el cambio económico va a derivar de este cambio político. En parte han sido inducidos por el estigma de la confianza. Si nos dicen que lo que hay que buscar es la confianza, y yo mismo y todo el país confía de veras en Rajoy, ¿a qué más hay que esperar para crecer? Desde luego, no todo es tan sencillo.

Por lo pronto, España, a través de Mas, en Cataluña, empieza el cambio con los ajustes que, se creen, necesarios. Más impuestos, menos salarios ( y he leído incluso ya, por fin, el copago). Poco queda para que a nivel estatal, el gobierno central haga santo y seña las políticas que, desde las autonomías populares se han ido gestando poco a poco. No nos podemos llevar las manos a la cabeza, como tampoco podíamos hacerlo con el gobierno socialista. Pero sigo intentando que alguien me explique por qué, el que Zapatero aumente el IVA sea una política que va a destrozar el país, mientras que cuando lo haga Rajoy será un mal que hay que sufrir como parte de un ajuste necesario e inevitable que, como buenos mártires votantes, haremos con orgullo y patriotismo. La excusa de que los ajustes hay que hacerlos por la política derrochadora del gobierno no me valen, pues si Zapatero ha perdido es, sobre todo, por unos durísimos ajustes (jubilación, funcionarios, coste laboral) que, con el tiempo, no han llegado a materializarse en nada. De nuevo, la diferencia, claro, es la confianza. La confianza y la fe ciega que tenemos de que los ajustes, los mismos ajustes, ahora marcados con el sello popular, sí nos lleven al destino prefijado.

Por lo pronto, le piden a Europa que tenga más protagonismo, y Alemania pide que el BCE lo tenga menos. Me vuelvo a preguntar, ¿Quién le ha dado a Alemania los mandos absolutos de una Europa que, en teoría, es común? ¿Puede su superioridad económica convertirse en superioridad moral y debe traducirse esta en superioridad política? Muchos pueden creer que sí, los mismos que creen que los tecnócratas, sea lo que sea eso, son, en tiempos de crisis, mejor que cualquier otro político, sea lo que sea eso.

Estados Unidos revisa a la baja su crecimiento, Europa empieza a ofrecer datos que van en sintonía con los sentimientos, predicciones, miedos y temores de los que hace tiempo apuntaban a esta nueva “recesión”. España, decía ayer Funcas, entrará en terreno recesivo (decrecimiento) a comienzos de 2012. Y así, obviamente, es imposible que el empleo (que ya vuelve a crecer de forma exponencial), baje a los niveles exigidos.

Tengo confianza plena, y así lo espero, en que, como mínimo, este nuevo gobierno vaya a ser más serio. Puede sonar una tontería, pero aunque siendo crítico con una derecha que me preocupa, me he llegado a hartar de las variopintas escenas de una Pajin, una Salgado y un Blanco que han destrozado, sino el país (que no lo creo), si la gobernabilidad. El país debe ser llevado por manos inteligentes, y por un equipo de alta compenetración y rigurosidad. Me fastidia más que a nadie que la izquierda no haya sabido llegar a ello, pero es lo que hay.

Así pues espero que el nuevo ministro de economía hable claro, se pronuncie pronto, valore y le explique a la ciudadanía una verdad que muchos no quieren entender (con todas sus caras). Tengo ganas de ver como encara la política económica, como la afronta, qué opina y como actúa frente a la indomable Alemania, el gigante aun dormido que es China, y el moribundo señor que es una América sin rumbo. Como ciudadano, quiero que explique la verdad. Como político, quiero que no me tome por tonto. Y como economista quiero que sea riguroso y un buen analista. Sé que pido un imposible, soy realista.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Las leyes de Newton en la economía


Advierto que esta entrada es más una tontería curiosa que se me ha ocurrido hoy, (será porque es la jornada de reflexión y nos da por pensar…), que otra cosa.
Mi idea ha sido intentar asociar las tres leyes de Newton a otras tres leyes económicas básicas. La verdad es que no ha sido muy difícil, y no he tenido que usar mucho la imaginación para ir dando cuerda a las posibilidades que aparecían.
La primera ley de Newton dice así: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.
Que podemos reescribir como: Todo agente económico persevera en su estado económico a no ser que sea obligado a cambiarlo por fuerzas externas impresas sobre el.
Parece básico, pero no lo es tanto. Como en la física, al firmar esta primera ley estamos diciendo que en el movimiento no entra la aleatoriedad. Si algo se mueve, es porque viene precedido por una fuerza. Si un agente económico cambia su patrón de consumo, se debe, por ejemplo, a que han cambiado los precios o la renta. Implica que los agentes se mueven mediante incentivos, y que, dado un estado económico externo, el proceso racional y optimizador le llevará siempre a la misma decisión. Esto implica que se puede formular matemáticamente (por el uso de la lógica y la no aleatoriedad/existencia de endógenas y exógenas) el movimiento del sistema económico.
La segunda ley dice: el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime.
Aquí voy a hacer algo de trampa, y voy a saltar a la formula que expresa la segunda ley: F=ma. O, generalizada para una masa no constante: p=mv.
Si a la masa monetaria la denominamos la masa del sistema, y v a la velocidad de circulación del dinero, y partimos de la teoría cuantitativa del dinero (PY=MV), el momento p, será la cantidad total producida por sus precios.
La fuerza, definida como la derivada del momento, será por tanto el crecimiento del sistema económico.
La tercera ley dice: Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.
Esta está claro que se refiere a que por cada compra que se realiza, está implica una venta. La doble contabilidad de un sistema implica que, por cada acción de un agente en la transacción económica, otro agente se vea envuelto en la compraventa. Si uno paga, otro cobra, si uno compra, otro vende.
Y hasta aquí la tontería de hoy. 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Análisis trimestral de la economía española (III 2011)


Un trimestre más recibimos, con pocas expectativas de poder llevarnos buenas noticias, los datos trimestrales de crecimiento económico español. Realizo este pequeño análisis de carácter gráfico para que veamos la tendencia en el corto plazo de la economía española. Pinchen en los gráficos para ampliarlos. A la derecha encontrareis un índice con el resto de análisis trimestrales.
Como ya se preveía, el marco contextual en el que hay que ver estos datos es el estancamiento generalizado de una Europa que sigue padeciendo y sufriendo de un Euro que genera desconfianza. Si bien los pesos pesados, el “núcleo” de esta Europa en declive, Alemania y Francia, muestran crecimientos que siguen siendo superiores a la media europea, los datos sugieren que en el cuarto trimestre, y a comienzos de 2012, se remarcará mucho más este estancamiento de lo que ahora se padece, la crisis de deuda, que va a parte, pero que comparte parte del problema, puede agravarlo todo aun más.
En el anterior gráfico pueden verse los crecimientos intertrimestrales e interanuales de algunas de las economías de la zona euro.

Evolución del PIB

Los datos ya eran conocidos. Un crecimiento intertrimestral del 0,0%, menor que en el trimestre anterior que fue del 0,2%, y un crecimiento interanual parejo al anterior del 0,8% (Si bien es cierto que baja, ya que está redondeado, de un 0,82% a un 0,75%). De esta forma el PIB a precios constantes permanece constante a la espera de que los malos datos del cuarto trimestre se lleven parte de la recuperación acontecida en este año. Obviamente, no podemos escapar de esta nueva ola de “decrecimiento” en la recuperación, este “double dip” que llaman algunos.
Ahora veremos que partidas del desglosa vía demanda han afectado a que el PIB no haya seguido creciendo.

Demanda interna y externa

La tendencia natural que hemos acogido por la crisis es la de un aumento en las exportaciones netas que fuera capaz de generar un crecimiento vía externa que suplementara los retrocesos en la demanda interna que debían hacerse para seguir ajustando los desequilibrios de deuda. Sin embargo, Europa ha entrado en una batalla exportadora ya que todos quieren crecer por la misma vía. El resultado es que el crecimiento de la demanda externa que se realiza a España ha bajado de un 2,5% a un 2%. Sin embargo, la demanda interna parece estar recuperándose un poco después del retroceso al que las medidas de austeridad le obligaron en el segundo trimestre, pasando de bajar un 1,7% a un 1,2%. Sin embargo, algunas estimaciones le daban un valor mucho más alto (del -0,6%, por lo que España sigue metida en una ralentización de su crecimiento interno que, a todas luces, no va a ayudar a la recuperación a corto plazo.
Esto se traduce en unas exportaciones que cada vez aumentan menos (tendencia que ya habíamos empezado a finales de 2010, y que se deriva de una bajada en la exportaciones de servicios, con pequeños aumentos en la exportaciones de bienes), conjuntamente con un aumento de las importaciones, aunque a menor ritmo que otros trimestres (en donde, al revés, desciende el consumo de servicios y aumenta el de bienes).
Esta reducción en el consumo de servicios es generalizada, y puede venir derivada de la propia crisis. Si no hay actividad económica, los servicios, sector que está más en la “superficie” se ven más afectados.
Ahora damos paso a los pesos pesados, la demanda interna, consumo e inversión:

Consumo

El consumo ha bajado un 0,4%, algo menos que el trimestre anterior (-0,7%). Sin embargo, el consumo total se ve muy afectado por la tendencia acogida del gobierno de reducir su gasto en la búsqueda de una austeridad que genere la confianza necesaria como para que aumenten las inversiones. En consonancia con el aumento del consumo privado (0,4%), el consumo público desciende un 2,3%.
Si bien intertrimestralmente los datos no son tan positivos pues muestran que este crecimiento privado se debe a los malos datos de hace un año. La tendencia del consumo total sigue a la baja, bajando un 0,1%.
Sea como fuere, los consumidores, con una remuneración que baja un 1,2%, y un empleo que baja un 1,9%, han ahorrado menos que hace un año, posiblemente porque las deudas empiezan a reducirse o porque las perspectivas futuras no pueden ir a peor. Posiblemente estemos ante un espejismo momentáneo.

Inversión

Esta si que parece coger el rumbo hacía terreno positivo de forma consolidada. Los bienes de equipo continúan aumentando, un 2,4%, (lo cual quiere decir que hay cierta confianza en que la producción futura aumente), sin embargo la construcción (-7,4%) sigue lastrando la inversión total que continua en terreno negativo (-4,2%). El problema es que la lentitud con la que la inversión retorna al crecimiento positivo es demasiado lenta. Aun falta por encontrar los nuevos sector del futuro, desquitarnos de la construcción y comenzar a invertir y crecer en nuevos yacimientos que también puedan generar empleo. Hasta entonces, la inversión total se verá lastrada por un crédito difícil de conseguir y unas perspectivas económicas no muy halagüeñas para correr riesgos.

Producción por sectores

Lo primero que se puede ver claramente en el gráfico es la recuperación que poco a poco, disminuye el decrecimiento de la construcción. Aunque esta sigue estando en terreno negativo y posiblemente se quedará en torno al -2% hasta que la crisis de la vivienda haya pasado. Seguimos teniendo un stock muy alto y no hay salida, ni vía crédito ni vía demanda, para tantos pisos vacíos.
El resto de sector siguen sin cambios. Los servicios se mantienen en casi todas sus partidas excepto en información y comunicaciones que aumentan hasta un 1,4%, y el comercio y transporte que baja hasta un0,5%. Aunque la tendencia general es que los servicios están reduciendo su crecimiento poco a poco mientras la industria va cogiendo peso y consolidando su recuperación.

Entonces… ¿Cómo estamos?

A la vista de estos últimos datos, la mejor respuesta es la de que estamos estancados. Casi todas las partidas muestran un evolución con respecto al trimestre anterior bastante escasa. Sin embargo, este estancamiento es mas negativo que positivo. En primer lugar, porque puede ser la calma que preceda a la tempestad. Con una crisis del euro y una Europa cada vez más frenada, el cuarto trimestre puede ser mucho peor. En segundo lugar, porque el resto de países al menos ha tenido ya medio año de recuperación, con tasas de paro bajando y producción a ritmo pre crisis. Nosotros seguimos siendo más lentos.
El empleo sigue bajando, las remuneraciones siguen bajando, la producción se estanca, el contexto europeo se enfría, la inversión no encuentra aun su lugar, el sector público lastra el crecimiento… Malos augurios para una mala época.