jueves, 25 de noviembre de 2010

Librinos: Una nueva forma del libro convencional.



Librinos. La idea es buena, no es nueva claro, ya que se llevan vendiendo ya años en países como Holanda (allí llamados “Dwarsligger”), pero han empezado con mal pie, a mi parecer, en una competición en la que les va costar ganar terreno.

Han cometido dos grandes errores, a mi juicio, en la puesta en marcha de la venta del nuevo producto.

En primer lugar, el catálogo. Más que comprar un “librino”, lo que la gente quiere es comprar un libro. No puedes comenzar a intentar vender un nuevo soporte si el contenido no es atractivo. Y, para mi gusto, no lo es.

Sólo hay cinco libros, todos best-sellers de la propia editorial, ni muy nuevos, ni muy buenos. No hay ninguno que destaque ni pueda llegar a ser un tirón, y no digo que sean malos, claro, pero no lo que debería haber sido para una puesta en marcha desde cero en donde la gente tiene que sentirse atraída por lo desconocido, desde la seguridad de algo que ya de por si le gusta, como puede ser la novela.

En segundo lugar, el precio. El precio tendría que ser otra característica más. “Cabe en tu bolsillo, se ajusta a tu bolsillo” podría haber sido un buen eslogan pero por 10 euros la cosa se pone difícil.

En este tema nos han timado a base de bien. Yo sólo compro libros de bolsillo, y recuerdo que hace sólo unos pocos años, muchos valían entre 6 y 7 euros. De golpe y porrazo todos subieron a, 10 euros (las editoriales claro, no son tantas como los libros, y son ellas las que toman las decisiones). Estos librinos tenían la oportunidad de situarse en un escalón por encima de los libros de bolsillo tradicionales bajando el precio medio de estos. Pero, de nuevo, no lo han aprovechado.

Así que, de una persona que estaba casi seguro de comprar un librino aunque sólo fuera por tener uno en mis manos, una persona menos que no lo va a hacer, por un catálogo desastroso y un precio que no aporta nada diferente. Y es una pena.

1 comentario:

  1. Lo que no entiendo es cómo se puede patentar la manera de hacer un libro. He visto cientos con formato apaisado. Además, la idea no es nueva (recuerdo la "literatura de una mano" de fines del XIX) y salvo el carácter "alternativo" en formato frente al e-Book, poco más aporta. Creo que una patente como ésta castra otras iniciativas similares que ya están rulando en el mercado del libro. Una pena.

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