jueves, 4 de agosto de 2011

En búsqueda de la comprensión lectora

Buscar las claves del mal funcionamiento de España es difícil si queremos ajustarlo a unas pocas directrices básicas que cubran todo el espectro del sistema. Pero hoy quiero hablar de la que, para mi, es una muy importante: La comprensión lectora.

No podemos obviar que fallamos en dicha categoría cuando cualquiera de los típicos exámenes internacionales nos da un suspenso total, remarcando nuestra posición por debajo de la media y sacándonos los colores al compararnos con los típicos países del norte de Europa.

La comprensión lectora es algo básico que parte del hecho de poder comprender con corrección un texto cualquier. Lo cual significa poder contextualizarlo, entender su contenido, ser capaces de explicarlo y razonar a partir de el, y por ultimo, poder derivar conclusiones del mismo.

La importancia de este hecho es capital para el buen funcionamiento del sistema, sobre todo cuando el 80% de los contenidos que nos afectan en la vida vienen derivados del texto escrito, por una u otra vía.

La productividad, el hecho de poder sacar el máximo partido posible de los recursos de los que disponemos parte de una buena comunicación, de un buen entendimiento de nuestro entorno, de una buena disposición a explicar las cosas correctamente… La productividad, por tanto, está en estrecha relación con la habilidad de comprender correctamente la información que diariamente tenemos que trabajar de una manera u otra.

Hay tres razones fundamentales por las que la comprensión lectora en este santo país es tan escasa. Espero cubrir todos los flancos:

-       Una de las razones es por la contextualización. La falta de empatía, o el egoísmo propio, es una lacra a la hora de ponernos en piel ajena, y por tanto, poder contextualizar correctamente un texto (o cualquier otra cosa). Nos cuesta pillar la ironía o el sarcasmo. Nos cuesta razonar en otros términos y, por tanto, reconocer la razón de otros. Los prejuicios forman la base de nuestra forma de aproximación y, por tanto, la comprensión se filtra de una manera casi imposible de solventar.

-       La segunda es la educación. Hasta los 16 años obligamos a los estudiantes a dar asignaturas como Lenguaje y literatura. ¿pero qué se da en esa asignatura? Bajo mi experiencia, correcciones interminables, fútiles e improductivas de oraciones  y oraciones con el único propósito de saber diseccionar lingüísticamente cualquier tipo de oración. Bien, sí, pero eso no tiene nada que ver con la comprensión lectora, basada en textos y en ideas. Lo poco que se da, se da rápido y mal. En segundo de bachiller, obligados por un examen de selectividad que hay que pasar. Basando todo objetivo en saber resumir de cualquier manera y encontrar “la tesis” del texto. Nada de ¿qué te sugiere? O ¿qué interpretas? Preguntas con respuestas más complejas, igualmente valorativas pero que necesitan más trabajo en su análisis.

-       En tercer lugar, como no podía ser de otra manera, el bajo nivel de lectura es peligroso. Los que leemos, leemos mucho, y los que no leen, no leen nada. Así que las medias no sirven de nada. Aquí el problema no es que la media sea baja, sino que hay un gran porcentaje de población que no lee NADA, NUNCA. Novelas, ensayos, artículos… todo vale, y cuanto más variado mejor. Pero el cerebro es un musculo más (el gran olvidado) y si no lo ejercitamos se aletarga. Si no lo instruimos no sirve de nada. Si no leemos, no podemos, después, pretender saber leer. Por saber leer no es solo saber decir lo que está escrito. Saber leer es saber comprender.

España no comprende tanto como otros países. No podemos pretender ser mejor que ellos.

1 comentario:

  1. [...] una mayor enseñanza en matemáticas y lenguaje (comprensión lectora, ya escribí sobre ello), y a la vez hacerlo permitiendo una mayor creatividad por parte del [...]

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