Decir que la tasa de paro de Alemania ha sido como la de
España, para decir que, tras las políticas de austeridad consiguieron
rebajarla, es una vil mentira que servirá de excusa para programar las rebajas
de un gasto público que agoniza la actividad económica. La tasa de paro de
Alemania siempre ha estado por debajo (muy por debajo) de la española, excepto en los años previos a la crisis, que de hecho, sufrieron más bien poco por un sistema laboral completamente distinto (no tuvo nada que ver con la austeridad pública), y los últimos
datos aportan cierta oscuridad hacia la luz de salvamento que es la austeridad,
pues el paro aumentó.
La segunda de las mentiras es aun más grande, si cabe. Decir
que toda la deuda que tiene España con el exterior es pública, que los
consumidores y empresas han pagado ya su parte, es tomarnos a todos por tontos.
Es mandar por saco la realidad económica y social, el rigor ya meramente
matemático, pues no solo sigue habiendo una gran parte de la deuda externa de
forma privada, sino que esta es mucho mayor que la pública.
Nuestro futuro presidente se estrena engañando a la gente,
algo a lo que, y quizás de eso está sirviendo, nos vamos a tener que acostumbrar
bastante. Mañana más, y mejor (contadas).
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