miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuando no todo es riesgo en la prima de riesgo


Leo en El Economista que Alemania no ha podido colocar toda su deuda y que, a la vez, el interés de la misma ha seguido bajando.

Por un lado hay una mayor demanda de dinero por parte de Alemania, lo cual haría tender al interés de equilibrio hacía arriba (de forma que los acreedores se vieran más recompensados y demandaran más deuda y Alemania más penalizada y ofertaría menos deuda), pero por otro lado, el interés baja.

La respuesta está clara, los inversores realmente pasan directamente de Alemania, y se van a los países que ofertan demanda a unos niveles de interés altísimos. Si un banco le pide dinero al BCE por un 1,25% de interés y lo invierte en España, donde obtiene un interés del 7%, el negocio es redondo. En cierto modo el BCE sigue siendo el que financia a los estados, solo que por le camino, los que se benefician, siguen siendo los bancos.
Si estuviéramos en un mercado “perfecto”,  el interés, el 7% estaría totalmente derivado del sobre riesgo con respecto a Alemania (de ahí que a la diferencia la llamemos “prima de riesgo”). De forma que un inversor esté indiferente entre invertir en un sitio o en otro. Sí, en España tiene más interés, pero también corre más riesgo de no recibirlo más tarde.

Pero esa “indiferencia” implicaría que los mercados de ambos países (por lo que en teórica económica se llama “arbitraje”) se tendrían que vaciar, esto es, que todos deberían vender toda su deuda. Pero no es el caso, pues Alemania no lo consigue.

Sin embargo, lo que tenemos es una sobreoferta de deuda por parte de Alemania. El arbitraje debería hacer que su interés subiera y el de la periferia bajara. Pero no lo hace, de hecho el interés alemán sigue bajando, lo cual implica que no hay arbitraje, lo cual implica que los inversores no están indiferentes, lo cual implica que el riesgo no es todo lo que explica la prima de riesgo. Espero que no os halléis perdido.
Todo esto no implica nada más que el que los mercados de deuda no son perfectos, y se guían y empujan el interés de la periferia hacía arriba simplemente porque tienen poder. Lo cual no quiere decir que España no deba pagar más por su deuda, pues el riesgo sí que es mayor. Lo único que podemos sacar en claro es que el interés de equilibrio (si los mercados fueran perfectos), debería estar algo por debajo (cuánto ya no lo sé).
Es algo que ya sabíamos, pero que ya se ha podido comprobar. 

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