martes, 31 de mayo de 2011

La crisis del pepino

El poder económico recae cada vez más en el poseedor de los mecanismos y la credibilidad mediante la que imponer una información sobre otra.


Lo que estamos viviendo con la crisis de los pepinos es algo así. Una circunstancia que, si bien no podemos hablar de una forma definitiva puesto que aun no se ha establecido el verdadero origen, ha revolucionado la industria dela exportación agrícola de nuestro país. Justo lo que necesitábamos en plena crisis, en donde nuestro único crecimiento viene de la exportación.


Y es que el miedo (racional) es así. Una vez propagada la información la demanda no baja, no se reduce en un porcentaje, simplemente se bloquea.


Y 200 millones de euros semanales menos de ingresos.


Creo sinceramente que la indignación del mercado español debe ser máxima, sobre todo cuando los Alemanes han hecho jugarretas parecidas otras veces (con el mercado financiero, no agrícola).


Y cuando se reactive el mercado, ¿Pensáis que el precio va a ser el mismo? Porque me da a mi que la demanda va a seguir baja y con ella el precio.

viernes, 27 de mayo de 2011

Análisis económico del primer trimestre de 2011



Un trimestre más nos encontramos con los datos provistos por el INE sobre la evolución de la economía Española.

Paso a destacar los puntos más fuertes, aunque si alguien quiere un resumen rápido: Semi-estancamiento.

Y es que, a pesar de que las cifras dan un crecimiento positivo, e inferior al 1%, la palabra estancamiento está presente continuamente.

Les recuerdo que si pinchan en las imágenes estas se ven mucho mejor.

PIB a precios de mercado




El primer trimestre representa un crecimiento del 0,28% intertrimestral, y del 0,80% interanual. Muy alejado del 2% que se necesita para crear empleo de forma sostenible, y distanciado del crecimiento que necesitaríamos para dejar atrás los malos augurios internacionales. Pero crecimiento al fin y al cabo.

El problema es que, si bien pudiéramos pensar que, aun sin llegar, la senda es positiva, tenemos que echar un vistazo al cómo, para darnos cuenta de que seguimos igual de mal. Y me da pena porque recuerdo que hace un año por estas fechas era de los pocos positivistas que veían algo de esperanza, y ahora posiblemente sea de lo más negativos. Probablemente ni lo uno ni lo otro, pero está claro que, bien bien, no estamos.

Demanda interna y externa




Este es el verdadero problema. La demanda nacional está por los suelos, y sigue cayendo. Obvio, pues el número de ocupados sigue bajando y la remuneración de asalariados en niveles reales (a pesar de lo que se diga) ha bajado un 0,2% este trimestre.

Lo único positivo a destacar es que la fuerza exportadora sigue creciendo y superando a las importaciones. Es decir, que producimos para exportar de forma neta y cada vez más. Esto es positivo porque mantiene nuestro sistema productivo, un número cada vez mayor de empresas puede hacerse solvente vendiendo al exterior y empieza a entrar dinero en el país.



Como vemos aquí, el diferencial en el crecimiento incluso ha aumentado. Es importante intentar mantener y ampliar estas diferencias porque son la única manera de poder empezar a pagar la deuda con el exterior, consumiendo menos de lo que producimos, es decir, realizando exportaciones netas. Es algo difícil de asimilar pero es necesario, y durante bastantes años nos va a tocar tener que abandonar parte de nuestra producción en manos extranjeras.



Y por segundo trimestre consecutivo estamos consiguiendo que, en términos reales y desestacionalizados, exportemos más de lo que importamos.

La mejora ha venido sobre todo por el aumento de la exportación de bienes, derivada de una mayor competencia a nivel de precios reales y la salida de la crisis de los países periféricos. Esto es importante, pues debemos comenzar a ser exportadores netos aun cuando nuestro nivel de vida alcance el de los países colindantes. Si esto no es así, y si aumentamos mucho más las importaciones cuando la demanda comience a levantar la cabeza, seguiremos con un crecimiento lento. Pero es lo que decimos siempre. Especialización. Mediante salarios y precios bajos genéricos no vas a poder competir porque para eso ya está China y en eso es imbatible. Debemos luchar mediante la calidad, el renombre, la marca. De eso tenemos bastante pero no lo sabemos utilizar bien.

Consumo




EL aumento de el consumo de las administraciones ha dado el impulso necesario al gasto total que necesitaba la economía para mantenerlo estancado en poco menos del 1%. Y es que el consumo de los hogares en términos intertrimestrales no ha variado, es decir, que las familias han consumido lo mismo que a finales de 2010. Con casi el mismo número de parados, está claro que el estancamiento en el sistema de demanda y de oferta está servido, y aquí está el principal problema.

Me podría parecer hasta irónico o gracioso es que haya aumentado el gasto público justo antes de unas elecciones autonómicas. No sé si tendrá relación (ya sabemos que los votantes son miopes), pero si que es cierto que se nota un cambio de tendencia que por mi parte no podría haber previsto.

Nada más que decir. El consumo aumentará cuando lo haga la renta real de los españoles. Y esto contando con que parece que la propensión a ahorrar está bajando, por unas mejores perspectivas, y porque la deuda parece ahogarnos menos (craso error, porque necesitamos seguir pagándola). El caso es que hemos pasado de ahorrar del 18% de nuestra renta al 13% más o menos. Y esto con un índice de confianza muy negativo. Está visto que a los españoles no nos gusta ahorrar.

Formación bruta de capital




El estirón que pegaron los bienes de equipo ha ido cayendo hasta el estancamiento. Estos bienes son los que proveen de producción futura, y por tanto podemos asociarlos con la perspectiva, positiva o negativa, de tener algo que producir en el futuro más inmediato. Y es que, aunque se producen más que el año pasado, la tendencia intertrimestral ha sido descendiente. Aunque el dato no deja de ser sorprendente. Las previsiones de La Caixa eran de un aumento del 1,7%, muy alejado del 0,3& que ha tenido lugar.

Las empresas siguen a la espera de una mejora tangible en el sector de la demanda, que solo vendrá cuando el empleo mejora (el pez que se muerde la cola). De ahí que sea necesario seguir impulsando el sector de la exportación.

La construcción sigue en sus trece, decreciendo en torno al -10%. Y es que la burbuja de precios sigue inflada, y la construcción estancada va a ser tema recurrente al menos hasta el año que viene.

En definitiva, tenemos una inversión que sigue bajando. Sin facilidad de crédito, ni expectativas empresariales, el estancamiento por parte de la oferta está servido. Y hace mucho tiempo que el gobierno parece haberse olvidado de intentar impulsar un sector tan importante. Sin medidas que incentiven la inversión en periodos de crisis, mucho me temo que tenemos este panorama para rato.

Producción por sectores




La buena noticia es que ya solo el sector de la construcción está en términos negativos de crecimiento y que la industria parece despegarse un poco del crecimiento tan bajo que estábamos teniendo.

Junto a la industria podemos prever que el próximo trimestre el sector servicios, además teniendo en cuenta que viene el verano, aumentará considerablemente, lo cual será muy positivo para el empleo. Si se refuerza el efecto podemos tener para el tercer trimestre una senda de crecimiento ya bastante remarcada, pero estoy siendo demasiado positivo en esto.

Entonces… ¿Cómo está el país?


Estancado. Con una senda de destrucción de empleo agotada, porque el suelo no puede taladrarse más. No podemos estar un año más destruyendo empleo porque el país empezaría a ser insostenible.

El segundo trimestre va a ser decisivo para ver si las rubricas de inversión y consumo se alejan un poco del crecimiento nulo, si el sector servicios despega, si el empleo empieza a generarse. Si conseguimos todo esto sin que aumente mucho la importación, y potenciamos la autonomía energética de nuestro país, quizá podamos ver algo de luz al final del túnel.

¿Cuál es el valor de la vida?



La pregunta tiene su aquel, no pueden decir que no. No solo por hecho fundamental de intentar poner un valor a la vida humana sino por el hecho de que ya está hecho.

Mucho se ha escrito, y lo poco que he leído empieza dando números de lo más variado (tanto que asusta). Es lo normal, claro, ¿Quién puede dar un valor real de la vida de una persona partiendo de cero? ¿Cuál es la probabilidad de que dos personas diferentes den el mismo valor?

Pero antes de dar datos, hay que definir como vamos a valorar la vida.

SI hablamos en el sentido más metafísico, el valor de la vida es incalculable. Nadie tiene derecho a comprar vidas, ni a traficar con ellas (y aunque se haga no es ese el valor que estamos buscando), ni a justificar el asesinato con un pago monetario.

La valoración de la vida se hace, entre otras muchas cosas, y en un sentido estrictamente económico, para la valoración de las muertes y los accidentes producidos. Podemos asociar esto, por ejemplo, al hipotético beneficio que conseguiríamos con un proyecto que redujera las muertes en un 5% (por una mejor carretera, u otros). ¿Si el proyecto cuesta dos millones de euros, es suficiente el 5% para justificar el coste?

Es decir, tiene su sentido ponerle un valor a la vida, porque reducir las muertes tiene un valor que, al menos, hay que tener en cuenta (aunque sea minusvalorado o sobrestimado)

Se puede hacer el calculo de diferentes vías. Una, por ejemplo, es ver la producción media anual de una persona, o el salario. Esto incide en lo que produce o lo que disfrutaría la persona si viviera. Multiplicándolo por el número de años que no va a vivir (teniendo en cuenta la esperanza de vida).

Otra forma de considerarlo es tomar el salario menos su consumo, que es algo así como lo pierden los que quedan vivos tras la muerte de la persona. Por ejemplo, el típico caso de una isla. Si un hombre recoge tres cocos y cada día se come uno, el hecho de morir hace que la sociedad de la isla pierda 2 cocos cada día. Claro, esta valoración no atiende al muerte sino, únicamente, lo que interesa la vida ajena al resto de la sociedad.

Y nos ponemos con los números. Tenemos tres:

  • En primer lugar, el valor que las autoridades españolas de las carreteras, estiman el valor de la vida humana en 210.000 euros.

  • En segundo, para las instancias europeas, y siempre que le marco de estudio sea importante se hace caso a estas, ya que es el valor “estándar”, el valor es de1.000.000 euros. Es decir, un millón. Cinco veces la valoración española.

  • En tercer lugar, el valor estimado por Riera y otros en 2007, estiman el valor en torno a los 2-2,7 millones. Aquí el marco es más amplio, pero como mínimo es del doble del empleado por las autoridades europeas.


Por cierto, los beneficios por disminuir los heridos graves o leves son de 100.000 y 10.000 euros respectivamente.

Así que ya lo saben. ¿Por qué le obligan a llevar casco en las motos? Por la probabilidad de acabar herido leve o grave e incurrir en un coste, que esta valorado de una forma contable exacta.

Y cuando le pregunten, ¿Cuánto vale su vida? Bueno, al menos ya saben por donde tirar.

Técnicas para no pagar impuestos



Que las empresas grandes y con abultados beneficios hacen lo que sea para intentar eludir el pago de impuestos es algo que asumimos día a día. Es cierto que las grandes son las menos, y que más del 90% de las empresas de este país son Pymes, pero el grueso de los beneficios recaen sobre las multinacionales.

¿Cómo actúan estas para no pagar lo que deberían pagar?

Todo se basa en la disparidad de tipos impositivos que existen en Europa. Todas las grandes empresas (hablamos por ejemplo de Apple, Ikea, Google, el volumen de negocio es abismal, y abisal) intentan tributar en Irlanda que en donde en vez de tener que pagar un 30% de impuesto sobre sociedades pagan un 12,5%.

Voy a simplificar mucho el planteamiento:

1º: Lo que sería normal.

Una empresa que vende su producto en España, obtiene un beneficio en España, y por tanto paga el impuesto en España.

2º: Lo que se hace.

En primer lugar se montan tres empresas. Una en España, y dos en Irlanda.

La empresa que se dedica a vender el producto o servicio en España se instaura como comisionista. Es decir, que los beneficios que genera los pone a nombre una de las empresas que se han creado en Irlanda.

Supongamos que la empresa en España genera 1000 euros de beneficio. Se entiende que los 1000 euros son en realidad de la empresa Irlandesa, y que la Española era un mero intermediario. 100 euros se quedan en España y 900 se van para la empresa “raíz” en Irlanda. De esta forma en vez de pagar los 1000 euros al 30%, pagas solo 100 euros al 30% y 900 al 12,5%.

Pero aun hay más. En Irlanda si tienes una empresa y el titular no es residente en Irlanda, simplemente no paga impuestos. De esta forma se utiliza la segunda empresa en Irlanda para gestionar los royalties (beneficios por el derecho de la marca). Y como en esta segunda empresa el titular no reside en Irlanda, no paga impuestos. Si suponemos que se desvía un 50% del beneficio, la empresa en total estaría pagando solo el 12,5% de 450 euros.

En total, de 1000 euros, paga menos de 100 euros. Un 10% del total. En la realidad he llegado a leer que este porcentaje de tributación total puede llegar a ser el 4%.

Una pasada.

¿Cómo solucionarlo?

Pues parece que la solución ya se está negociando, así no estamos hablando de ningún mundo perdido en la nube. La nueva normativa estima un sistema de imputación del beneficio al margen de donde resida el titular o toda esa serie de elementos que solo sirven para eludir el pago.

Es establece un porcentaje del beneficio a un determinado país por variables reales, a saber:

-       Un tercio por los empleados. Número y coste laboral.

-       Un tercio por activos reales.

-       Un tercio por ventas.

De esta forma, si Ikea tiene el 90% de sus empleados (dedicados a vender en España) en España, y el 90% de sus activos y genera el 100% de sus ventas (lo que es normal) sería:

1/3 * 0.9 + 1/3*0,9 + 1/3 = 2,8/3

De esta forma, los beneficios que se imputan a España serán de 933 euros, y pagaría el 30% sobre esa cantidad.

Mucho más realista.

Claro que todo esto solo se puede basar bajo una normativa europea, pero como digo parece que se está trabajando en ello muy seriamente. El tema no es baladí, y los países, muy endeudados, están cansados de ver como grandes sumas de dinero se pierden por el mar.

PD: Esta entrada es una de las que más visitas acumula, y estoy seguro de que es de las más decepcionantes. No, no os doy técnicas sobre como evadir impuestos. Hay un país que mantener.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Democracia Real Ya!

Creo que me siento en la obligación de dar mi opinión en un acontecimiento que puede o no significar un cambio o el inicio del cambio de un sistema democrático demasiado bloqueado como para ser tomado en serio.

Mi opinión es compleja, o al menos no es tan simple como una rotunda afirmación o negación en el apoyo de lo que es un movimiento social en muchos casos esperado. Intentaré responder poco a poco.

Forma


La forma me parece del todo correcta. De momento, y hablo de un tiempo a esta parte, las cosas se han hecho como debían hacerse. Tal es así que puedo resumirlo de esta forma: No sé si esto cambiará algo, pero sé que si algo puede cambiarse, comienza por algo así.

Desde las actuaciones pacíficas, las reuniones públicas y multitudinarias, revindicando la tranquilidad y la unión de todo tipo de personas.

Pero ahora mismo el problema es que la forma va a ir perdiendo calado. Ya no va a impactar tanto ver a jóvenes sentados y durmiendo en la Plaza del Sol y otras plazas de España, sobre todo después de que la policía lo permitiera esta noche. Lo que tiene que ir cobrando protagonismo, poco a poco, es el fondo.

Si la forma no se adapta para que el fondo tenga un verdadero protagonismo y una verdadera posibilidad de acción, no se conseguirá nada.

Fondo


Creo que lo mejor que puede definir la forma en que se tiene que encauzar todo esto es, ni más ni menos, el título y eslogan del movimiento: Democracia Real Ya.

Si leemos los panfletos del blog o la web vemos que tienen muchas más reivindicaciones. Pero estas tienen un carácter ideológico del que, a pesar de que quieren autodenominarse plurales, no puede obviarse su marcado carácter de izquierdas.

En este aspecto, como militante de un partido de izquierdas , no puedo sino apoyar sus reivindicaciones y dar mi apoyo de la mejor forma que sé, instando a esas personas a que acudan a los partidos que mejor puede defender sus ideas. Participar con ellos. El cambio político se debe hacer desde la política. Sobre todo, y también, por respeto a otras formas de pensamiento, más liberales que, si bien no comparto, debo y debemos respetar.

Entonces, ¿Qué deberían reivindicar?

Lo que se dice es que ni siquiera los partidos de izquierdas son participes de una democracia real. Y les doy la razón. Es eso, en su ámbito más neutral, organizativo y esquelético lo que hay que cambiar. La democracia en sí.

Las propuestas deben de centrarse en el cambio de la Ley D’hont, que aleja a los partidos minoritarios de su verdadera demanda poblacional. EL cambio a un sistema como los del norte de Europa, en donde gracias a firmas y referéndums se puede cambiar leyes o proponerlas, o vetarlas. Donde el pueblo es el que, al final, tiene la última palabra.

Debemos pedir un sistema donde por ley no puedan presentarse a las elecciones nadie que haya sido imputado con cargos. Un sistema donde la información pública sea pública (de todo tipo). Un sistema donde los políticos sean más participes con el ciudadano, con más debates en televisión, menos manipulación. Un sistema judicial que no esté politizado, en todos los sentidos.

Hay muchas propuestas de este tipo, casi del todo respaldables por cualquier persona con algo de lógica que defienda un sistema libre, democrático, objetivo y positivo.

Un cambio que debe venir, por muchos lados de nuestra sociedad, incluso por lideres o partidos ya instaurados que llevan tiempo pidiéndolo.

Me remito a un tweet de Purnas: "NI hay solo dos sindicatos, ni hay solo dos partidos. Los hay que ya estaban en la calle. De verdad, os lo juro."

Por eso espero que los jóvenes y no tan jóvenes que reivindiquen el cambio den protagonismo de forma organizada a su fondo:

-       Aclarando sus reivindicaciones.

-       Que estas se centren en lo que debe perseguir la Democracia Real.

-       Que no se encierren en si mismos. No todos son iguales, ni todos van contra ellos. Cuanto más abiertos sean a escuchar y a dejarse apoyar antes se convertirán en el disparo que mejoró el sistema. Y dejaran de ser solo "unos pocos" cabreados con el sistema.

lunes, 2 de mayo de 2011

La izquierda tiene que renovar su ideario económico.



Que la izquierda está perdiendo fuelle en el panorama político es algo que pocos pueden negar. Actualmente todos los países de Europa parecen ir tendiendo hacia el voto de la ultra derecha, y en España la cosa pinta bastante parecida.

Lo raro no es que pierda fuelle el partido de turno en un país que acaba de ser azotado por una crisis, sino que la victoria se abalance más por el lado de la derecha que por el de la izquierda, sobre todo cuando la gran crítica a la crisis se hacen desde argumentos de izquierda.

El problema es que, dentro de las entelequias clásicas que todos los políticos nos venden, la izquierda sigue representando toda una serie de críticas y posturas que hace tiempo que no llevan a nada.

La renovación es obligatoria, y espero que en los próximos cinco años que se nos vienen la izquierda (y no solo la española, pero esta encarecidamente, pues es la que me atañe) recobre con fuerza el camino por el que discurre su base política y su visión del mundo.

Hay que dejar de utilizar la economía para generar slogans y dichos que desinformen a la sociedad. Hay que dejar de criticar a los políticos o a los funcionarios por sus “altos salarios”.

Por dos razones: En primer lugar, porque no son todo lo altos que deberían ser y, en segundo lugar, por que bajarlos no reportaría un ahorro sustancial. Debemos dejar de pensar en quitar ministerios o privilegios a los políticos porque con ello no conseguimos realmente nada. NADA.

Debemos pensar más a lo GRANDE. Dejarnos de tonterías estúpidas que colean y pegan muy bien pero que no sirven de nada. Debemos pensar en cambiar todo el sistema organizativo del sector público: Menos burocracia. Más control organizativo. Más objetivos y proyectos basados en el largo plazo y la eficiencia técnica. Un sistema de funcionariado que no se base en unas oposiciones puramente memorísticas para realizar luego un trabajo mecánico y automático.

Debemos de dejar de colar críticas a unos bancos que siguen impunes a cualquier insulto que, creas, puedas lanzarles.

Debemos ser conscientes de la realidad impositiva. La izquierda no puede seguir  coreando una subida de impuestos si estos no generan un aumento de la recaudación. Hay que impulsar más inspectores, y aumentar las multas por evasión fiscal.

Debe ser la izquierda la que se debe adueñar del argumento de la eficiencia en el sector público. Nadie sino el que tiene un sueño, y el que cree en la función de todo el entramado público, puede ser el que defienda y luche porque funcione de verdad. Nadie sino alguien de izquierdas como yo puede estar más cabreado con todas las ineficiencias que se pueden generar de lo que, bien hecho, tiene que servir para mejorar el sistema económico.

Debemos luchar por cambiar el sistema productivo desde la base. Con horarios diferentes, europeos. Con niveles de vida (no en cantidad, sino en calidad y en forma) diferentes.

Debemos saber contextualizar al ciudadano medio. Hacerle saber que ahora está en Europa, con todo lo que eso conlleva. Y que ahora el centro de las decisiones políticas se basa en la asignación eficiente de unas necesidades cada vez más particulares, diseñadas desde las comunidades autónomas.

La izquierda debe defender la libertad cultural y religiosa. El laicismo no es ausencia de religión, o no debe serlo. Sino la defensa y la comprensión de la convivencia entre todas las formas de pensamiento. No abandonar el planteamiento religioso o ideológico, sino utilizarlo bien. Pues la ideología no es una forma sesgada de explicar el mundo. Es una forma subjetiva, particular y humana de ver el mundo.

La izquierda debe abandonar la pretensión de mantener a ciudadanos asqueados con un sistema que no entienden y con el que están cabreados. La izquierda debe explicarles a estos las verdaderas opciones viables desde la izquierda. Sin filtros utópicos. Y a quien no le guste que se vaya solo a los mundos de yupi.

La izquierda debe dejar de mantener y financiar todo aquellos que no sea útil u objetivamente necesario. La cultura hay que mantenerla, pues los valores que ostenta están más allá de lo que una valoración privada puede encontrar. Pero eso no es escusa para mantener organizaciones que se lucren de su poder único. La cultura debe ser ante todo, una forma de expresión. No una forma de hacer dinero.

La izquierda comete tantos, tantísimos errores en su propio ideario, que a veces es difícil pensar en su resurgimiento. Sé que hay una gran diferencia entre las opciones de izquierda y el laisser faire de la derecha. Y es que este último no tiene matices con los que jugar.

La izquierda sigue fraccionada porque el espectro que la mantiene es demasiado amplio. Y eso no es del todo malo. Pero cuando los objetivos de una verdadera izquierda no se corresponden con los objetivos que consigue, es hora de levantar la vista a la realidad y decir ¿qué estamos haciendo? ¿es esto lo que queremos?

domingo, 1 de mayo de 2011

¿Seguimos siendo alquimistas?



La alquimia fue el comienzo de los cimientos de la ciencia tal y como la conocemos hoy en día, como un conjunto de procesos que nos permiten obtener conocimiento objetivo y útil para toda una serie de propósitos que pueden ir desde la perfección del funcionamiento de un sistema  al mero conocimiento de la realidad que nos rodea.

La alquimia se caracterizaba por (y a esto no escapó ni Newton que por lo que sé, puso grandes esfuerzos) intentar transmutar los metales en oro. Es decir, la alquimia se caracterizaba por intentar obtener ganancias, beneficios, a través del conocimiento de la realidad y su manipulación.

Supongo, aunque de esto no tengo mucho idea, que la alquimia se fue abandonanda no solo porque se veía como el oro era una meta a conseguir imposible (o no viable) por métodos químicos, sino porque poco a poco iba siendo más reconfortante y beneficioso invertir el tiempo en aprender y conocer otro tipo de cosas (con más ahínco).

Pero mi pregunta es, ¿Hemos dejado de ser alquimistas?

Y hablo por la ciencia económica, cuyos escasos años de vida (si la comparamos con el resto de las grandes ciencias), me hace pensar si la alquimia no será un proceso más por el que toda ciencia debe pesar. El motor por el que la utilidad de obtener conocimiento se muestra tangible.

Esta semana pasada tuve la suerte de asistir a un congreso de econometría, con gente  de la universidad Carlos III y London School of Economics por bandera (no podemos decir que fue carente de ponentes de calidad). Y al segundo día surgió un pequeño comentario que me dio que pensar sobre el propósito de una gran cantidad de estudios económicos en el que se trata de entender los movimientos en tipos de cambio, interés, etc.

Por ejemplo, me cuesta pensar en una crítica sobre un trabajo que detalle con precisión el sistema reproductivo de la mariposa X de la región Y, por muy escondida que esté y por muy estéril que sea ese conocimiento para la vida humana. En cierto modo la ciencia no está al servicio del hombre, sino al servicio del conocimiento, y hay que intentar cubrir todo lo que se pueda. En cambio, en el congreso un ponente recibió varias críticas por su trabajo, no por no estar bien hecho sino “por ser una mera curiosidad que no sirve para nada más en si misma”.

Sin embargo, lo que si se celebra y se aúpa es toda una serie de trabajos que intentan explicar (y así surgió el pequeño debate), el funcionamiento de la realidad económica sobre variables con las que poder ganar dinero. Incluso alguien se atrevió a decir que el fin ultimo de la econometría era entender el funcionamiento de ciertas variables para poderse hacer rico, aunque él mismo ya ponía en duda que se pudiera hacer.

La suerte que tenemos es que los esfuerzos que hacemos los economistas son menos estériles que la alquimia. Transmutar un metal en oro por el método de prueba y error no es como intentar buscar las causas fundamentales (que ya existen) que hacen variar toda una serie de variables económicas.

PD: Si en química hablamos de la transmutación de metales, en física podemos hablar de la maquina del movimiento perpetuo. Ninguna ciencia escapa.

PD2: Actualizo con una imagen que vale más que mil palabras. Directo de la casa del libro.