lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Qué es un modelo económico?


Aun habiendo trabajado bastante e incluso desarrollado algún modelo económico, cuesta explicar con cierta precisión qué es un modelo económico teórico.

La diferencia, creo, básica entre una ciencia como la física y otra como la economía, es que la primera descubre el comportamiento físico a través de los modelos, mientras que la segunda interpreta el comportamiento social a través de los mismos.

El matiz consigue restarle la importancia necesaria como para que incluso algunos economistas vean “inútiles” a los modelos económicos, tanto simples como complejos. Visión que, obviamente, no comparto.

Pero nos vamos del tema. ¿Qué es un modelo económico?

En los albores de la economía, no había modelos como tales. El discurso económico, basado en ideas y ejemplificaciones dio paso a la matematización del sistema en el siglo XVIII. El primer modelo que muchos señalan como tal, fue el Tableau économique, de Quesnay, si bien no tiene nada que ver con lo que nos podemos encontrar hoy en día, desarrollaba un intrincado proceso de distribución de la renta entre los diferentes agentes (asalariados, terratenientes y capitalistas) y el proceso productivo.

Hoy en día, los modelos económicos intentan simplificar y simular el comportamiento del sistema a través de funciones matemáticas que den cuenta de diferentes fuerzas y muestras de una manera ordenada como unas variables afectan a otras y cual será el resultado o equilibrio final.

De aquí hay mucho que decir. En primer lugar, ningún modelo muestra el comportamiento absoluto del sistema. En otras ciencias se hace igual, por ejemplo, obviando la resistencia del aire o ejemplificando los sistemas en un vacío, claro que aquí, lo se obvia suele ser mucho más importante. Pero el propósito es comprobar como, dentro de un marco de análisis propio, una serie de fuerzas actúan sobre el sistema, suponiendo que el resto no actúa.

¿Funciones matemáticas?

Desde luego, no son baladí. Pero si creemos que el proceso económico parte de unos agentes que son racionales y que, por tanto son lógicos, podemos usar la propia lógica para definir los procesos económicos, y la matemática no es más que el lenguaje de la lógica.

¿Pero de verdad son necesarias?

Hay veces que los resultados obtenidos, aun demostrados empíricamente son difíciles de interpretar económicamente si detrás no hay un marco analítico sobre el que apoyarte. En la dicotomía matemática / interpretación, lo importante es lo segundo, pero para ello es a veces necesaria la matemática, sobre todo cuando entramos en procesos complejos, o en la formación del estudiante.

¿Cómo se hace un modelo?

En principio hay tres partes fundamentales del mismo.
Primero hay que formular unos supuestos o hipótesis. Esto es decir de forma exógena como se van a comportar los agentes, cuantos tipos de agentes hay, o como se encuentra inicialmente el sistema.

Dependiendo de en qué marco te encuentres (economía industrial, marcoeconomía, bienestar, geografía económica, crecimiento económico), te centrarás en explicar diferentes procesos económicos para lo cual es útil emplear diferentes hipótesis.

Cuanto más realistas vayan a ser los supuestos, más complejas van a ser las matemáticas que los van a representar. Esto nos obliga a tener que usar la balanza en pos de un equilibrio que sea tratable y económicamente interesante.
En segundo lugar, hay que derivar las conclusiones. A partir de las hipótesis, se describe como los agentes actuarán en la economía. Los consumidores maximizarán su utilidad. Las empresas maximizarán beneficios. Los mercados se vaciaran y etcétera. Lo cual implica derivar funciones, imponer restricciones, igualar variables… Hasta que finalmente lleguemos a un patrón estable, es decir, que no genere movimiento o incite al mismo, lo que llamamos “equilibrio” (que no tiene porqué estar quieto).

Más tarde hay que ver cuales son las conclusiones que se pueden derivar del modelo y si estas se ajustan o no a la realidad para lo cual se puede utilizar la econometría.

Como se suele decir ampliamente, el mapa no es el territorio. Nadie, o al menos ningún economista que se precie, puede decir que su modelo explique todo el comportamiento económico, por lo que las previsiones basadas en uno u otro modelo suelen ser bastante fútiles. Los modelos solo ejemplifican una guía de ruta por la que los economistas y los políticos pueden desarrollar políticas y explicar la historia.

Por ejemplo, en geografía económica que es el tema por el que me muevo (y ampliaré esta sección más adelante en siguientes artículos), se da muestra del comportamiento de las industrias entre regiones o países. Cada modelo da cuenta de diferentes fuerzas centrípetas o centrifugas que fomentan la aglomeración del sector o su dispersión. Un modelo que incluya todas las fuerzas sería intratable, pero tener el marco teórico de todo el conjunto te da una gran visión de cuales son las fuerzas de un sistema que se mueve de forma caótica y compleja.

Así que no, el mapa no es el territorio, pero si vas a andar por el territorio, es mejor tener un mapa a no tener nada. Claro que hay que asegurarse que el mapa es el correcto.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuando no todo es riesgo en la prima de riesgo


Leo en El Economista que Alemania no ha podido colocar toda su deuda y que, a la vez, el interés de la misma ha seguido bajando.

Por un lado hay una mayor demanda de dinero por parte de Alemania, lo cual haría tender al interés de equilibrio hacía arriba (de forma que los acreedores se vieran más recompensados y demandaran más deuda y Alemania más penalizada y ofertaría menos deuda), pero por otro lado, el interés baja.

La respuesta está clara, los inversores realmente pasan directamente de Alemania, y se van a los países que ofertan demanda a unos niveles de interés altísimos. Si un banco le pide dinero al BCE por un 1,25% de interés y lo invierte en España, donde obtiene un interés del 7%, el negocio es redondo. En cierto modo el BCE sigue siendo el que financia a los estados, solo que por le camino, los que se benefician, siguen siendo los bancos.
Si estuviéramos en un mercado “perfecto”,  el interés, el 7% estaría totalmente derivado del sobre riesgo con respecto a Alemania (de ahí que a la diferencia la llamemos “prima de riesgo”). De forma que un inversor esté indiferente entre invertir en un sitio o en otro. Sí, en España tiene más interés, pero también corre más riesgo de no recibirlo más tarde.

Pero esa “indiferencia” implicaría que los mercados de ambos países (por lo que en teórica económica se llama “arbitraje”) se tendrían que vaciar, esto es, que todos deberían vender toda su deuda. Pero no es el caso, pues Alemania no lo consigue.

Sin embargo, lo que tenemos es una sobreoferta de deuda por parte de Alemania. El arbitraje debería hacer que su interés subiera y el de la periferia bajara. Pero no lo hace, de hecho el interés alemán sigue bajando, lo cual implica que no hay arbitraje, lo cual implica que los inversores no están indiferentes, lo cual implica que el riesgo no es todo lo que explica la prima de riesgo. Espero que no os halléis perdido.
Todo esto no implica nada más que el que los mercados de deuda no son perfectos, y se guían y empujan el interés de la periferia hacía arriba simplemente porque tienen poder. Lo cual no quiere decir que España no deba pagar más por su deuda, pues el riesgo sí que es mayor. Lo único que podemos sacar en claro es que el interés de equilibrio (si los mercados fueran perfectos), debería estar algo por debajo (cuánto ya no lo sé).
Es algo que ya sabíamos, pero que ya se ha podido comprobar. 

martes, 22 de noviembre de 2011

Seamos realistas, pidamos lo imposible.


Una vez que España se ha podido dar el gustazo de quitarle totalmente la confianza al partido socialista y dejar en manos de Rajoy los mandos de un país que ha de enfrentarse a serios problemas, ya solo queda, efectivamente, enfrentarse a los mismos.

Por mucho que se lancen mensajes de aviso por parte del partido popular, muy cautelosos en este aspecto “No hemos prometido milagros”, “ardua tarea” y un largo etcétera, una gran parte de la población piensa de veras que el cambio económico va a derivar de este cambio político. En parte han sido inducidos por el estigma de la confianza. Si nos dicen que lo que hay que buscar es la confianza, y yo mismo y todo el país confía de veras en Rajoy, ¿a qué más hay que esperar para crecer? Desde luego, no todo es tan sencillo.

Por lo pronto, España, a través de Mas, en Cataluña, empieza el cambio con los ajustes que, se creen, necesarios. Más impuestos, menos salarios ( y he leído incluso ya, por fin, el copago). Poco queda para que a nivel estatal, el gobierno central haga santo y seña las políticas que, desde las autonomías populares se han ido gestando poco a poco. No nos podemos llevar las manos a la cabeza, como tampoco podíamos hacerlo con el gobierno socialista. Pero sigo intentando que alguien me explique por qué, el que Zapatero aumente el IVA sea una política que va a destrozar el país, mientras que cuando lo haga Rajoy será un mal que hay que sufrir como parte de un ajuste necesario e inevitable que, como buenos mártires votantes, haremos con orgullo y patriotismo. La excusa de que los ajustes hay que hacerlos por la política derrochadora del gobierno no me valen, pues si Zapatero ha perdido es, sobre todo, por unos durísimos ajustes (jubilación, funcionarios, coste laboral) que, con el tiempo, no han llegado a materializarse en nada. De nuevo, la diferencia, claro, es la confianza. La confianza y la fe ciega que tenemos de que los ajustes, los mismos ajustes, ahora marcados con el sello popular, sí nos lleven al destino prefijado.

Por lo pronto, le piden a Europa que tenga más protagonismo, y Alemania pide que el BCE lo tenga menos. Me vuelvo a preguntar, ¿Quién le ha dado a Alemania los mandos absolutos de una Europa que, en teoría, es común? ¿Puede su superioridad económica convertirse en superioridad moral y debe traducirse esta en superioridad política? Muchos pueden creer que sí, los mismos que creen que los tecnócratas, sea lo que sea eso, son, en tiempos de crisis, mejor que cualquier otro político, sea lo que sea eso.

Estados Unidos revisa a la baja su crecimiento, Europa empieza a ofrecer datos que van en sintonía con los sentimientos, predicciones, miedos y temores de los que hace tiempo apuntaban a esta nueva “recesión”. España, decía ayer Funcas, entrará en terreno recesivo (decrecimiento) a comienzos de 2012. Y así, obviamente, es imposible que el empleo (que ya vuelve a crecer de forma exponencial), baje a los niveles exigidos.

Tengo confianza plena, y así lo espero, en que, como mínimo, este nuevo gobierno vaya a ser más serio. Puede sonar una tontería, pero aunque siendo crítico con una derecha que me preocupa, me he llegado a hartar de las variopintas escenas de una Pajin, una Salgado y un Blanco que han destrozado, sino el país (que no lo creo), si la gobernabilidad. El país debe ser llevado por manos inteligentes, y por un equipo de alta compenetración y rigurosidad. Me fastidia más que a nadie que la izquierda no haya sabido llegar a ello, pero es lo que hay.

Así pues espero que el nuevo ministro de economía hable claro, se pronuncie pronto, valore y le explique a la ciudadanía una verdad que muchos no quieren entender (con todas sus caras). Tengo ganas de ver como encara la política económica, como la afronta, qué opina y como actúa frente a la indomable Alemania, el gigante aun dormido que es China, y el moribundo señor que es una América sin rumbo. Como ciudadano, quiero que explique la verdad. Como político, quiero que no me tome por tonto. Y como economista quiero que sea riguroso y un buen analista. Sé que pido un imposible, soy realista.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Las leyes de Newton en la economía


Advierto que esta entrada es más una tontería curiosa que se me ha ocurrido hoy, (será porque es la jornada de reflexión y nos da por pensar…), que otra cosa.
Mi idea ha sido intentar asociar las tres leyes de Newton a otras tres leyes económicas básicas. La verdad es que no ha sido muy difícil, y no he tenido que usar mucho la imaginación para ir dando cuerda a las posibilidades que aparecían.
La primera ley de Newton dice así: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él.
Que podemos reescribir como: Todo agente económico persevera en su estado económico a no ser que sea obligado a cambiarlo por fuerzas externas impresas sobre el.
Parece básico, pero no lo es tanto. Como en la física, al firmar esta primera ley estamos diciendo que en el movimiento no entra la aleatoriedad. Si algo se mueve, es porque viene precedido por una fuerza. Si un agente económico cambia su patrón de consumo, se debe, por ejemplo, a que han cambiado los precios o la renta. Implica que los agentes se mueven mediante incentivos, y que, dado un estado económico externo, el proceso racional y optimizador le llevará siempre a la misma decisión. Esto implica que se puede formular matemáticamente (por el uso de la lógica y la no aleatoriedad/existencia de endógenas y exógenas) el movimiento del sistema económico.
La segunda ley dice: el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime.
Aquí voy a hacer algo de trampa, y voy a saltar a la formula que expresa la segunda ley: F=ma. O, generalizada para una masa no constante: p=mv.
Si a la masa monetaria la denominamos la masa del sistema, y v a la velocidad de circulación del dinero, y partimos de la teoría cuantitativa del dinero (PY=MV), el momento p, será la cantidad total producida por sus precios.
La fuerza, definida como la derivada del momento, será por tanto el crecimiento del sistema económico.
La tercera ley dice: Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.
Esta está claro que se refiere a que por cada compra que se realiza, está implica una venta. La doble contabilidad de un sistema implica que, por cada acción de un agente en la transacción económica, otro agente se vea envuelto en la compraventa. Si uno paga, otro cobra, si uno compra, otro vende.
Y hasta aquí la tontería de hoy. 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Análisis trimestral de la economía española (III 2011)


Un trimestre más recibimos, con pocas expectativas de poder llevarnos buenas noticias, los datos trimestrales de crecimiento económico español. Realizo este pequeño análisis de carácter gráfico para que veamos la tendencia en el corto plazo de la economía española. Pinchen en los gráficos para ampliarlos. A la derecha encontrareis un índice con el resto de análisis trimestrales.
Como ya se preveía, el marco contextual en el que hay que ver estos datos es el estancamiento generalizado de una Europa que sigue padeciendo y sufriendo de un Euro que genera desconfianza. Si bien los pesos pesados, el “núcleo” de esta Europa en declive, Alemania y Francia, muestran crecimientos que siguen siendo superiores a la media europea, los datos sugieren que en el cuarto trimestre, y a comienzos de 2012, se remarcará mucho más este estancamiento de lo que ahora se padece, la crisis de deuda, que va a parte, pero que comparte parte del problema, puede agravarlo todo aun más.
En el anterior gráfico pueden verse los crecimientos intertrimestrales e interanuales de algunas de las economías de la zona euro.

Evolución del PIB

Los datos ya eran conocidos. Un crecimiento intertrimestral del 0,0%, menor que en el trimestre anterior que fue del 0,2%, y un crecimiento interanual parejo al anterior del 0,8% (Si bien es cierto que baja, ya que está redondeado, de un 0,82% a un 0,75%). De esta forma el PIB a precios constantes permanece constante a la espera de que los malos datos del cuarto trimestre se lleven parte de la recuperación acontecida en este año. Obviamente, no podemos escapar de esta nueva ola de “decrecimiento” en la recuperación, este “double dip” que llaman algunos.
Ahora veremos que partidas del desglosa vía demanda han afectado a que el PIB no haya seguido creciendo.

Demanda interna y externa

La tendencia natural que hemos acogido por la crisis es la de un aumento en las exportaciones netas que fuera capaz de generar un crecimiento vía externa que suplementara los retrocesos en la demanda interna que debían hacerse para seguir ajustando los desequilibrios de deuda. Sin embargo, Europa ha entrado en una batalla exportadora ya que todos quieren crecer por la misma vía. El resultado es que el crecimiento de la demanda externa que se realiza a España ha bajado de un 2,5% a un 2%. Sin embargo, la demanda interna parece estar recuperándose un poco después del retroceso al que las medidas de austeridad le obligaron en el segundo trimestre, pasando de bajar un 1,7% a un 1,2%. Sin embargo, algunas estimaciones le daban un valor mucho más alto (del -0,6%, por lo que España sigue metida en una ralentización de su crecimiento interno que, a todas luces, no va a ayudar a la recuperación a corto plazo.
Esto se traduce en unas exportaciones que cada vez aumentan menos (tendencia que ya habíamos empezado a finales de 2010, y que se deriva de una bajada en la exportaciones de servicios, con pequeños aumentos en la exportaciones de bienes), conjuntamente con un aumento de las importaciones, aunque a menor ritmo que otros trimestres (en donde, al revés, desciende el consumo de servicios y aumenta el de bienes).
Esta reducción en el consumo de servicios es generalizada, y puede venir derivada de la propia crisis. Si no hay actividad económica, los servicios, sector que está más en la “superficie” se ven más afectados.
Ahora damos paso a los pesos pesados, la demanda interna, consumo e inversión:

Consumo

El consumo ha bajado un 0,4%, algo menos que el trimestre anterior (-0,7%). Sin embargo, el consumo total se ve muy afectado por la tendencia acogida del gobierno de reducir su gasto en la búsqueda de una austeridad que genere la confianza necesaria como para que aumenten las inversiones. En consonancia con el aumento del consumo privado (0,4%), el consumo público desciende un 2,3%.
Si bien intertrimestralmente los datos no son tan positivos pues muestran que este crecimiento privado se debe a los malos datos de hace un año. La tendencia del consumo total sigue a la baja, bajando un 0,1%.
Sea como fuere, los consumidores, con una remuneración que baja un 1,2%, y un empleo que baja un 1,9%, han ahorrado menos que hace un año, posiblemente porque las deudas empiezan a reducirse o porque las perspectivas futuras no pueden ir a peor. Posiblemente estemos ante un espejismo momentáneo.

Inversión

Esta si que parece coger el rumbo hacía terreno positivo de forma consolidada. Los bienes de equipo continúan aumentando, un 2,4%, (lo cual quiere decir que hay cierta confianza en que la producción futura aumente), sin embargo la construcción (-7,4%) sigue lastrando la inversión total que continua en terreno negativo (-4,2%). El problema es que la lentitud con la que la inversión retorna al crecimiento positivo es demasiado lenta. Aun falta por encontrar los nuevos sector del futuro, desquitarnos de la construcción y comenzar a invertir y crecer en nuevos yacimientos que también puedan generar empleo. Hasta entonces, la inversión total se verá lastrada por un crédito difícil de conseguir y unas perspectivas económicas no muy halagüeñas para correr riesgos.

Producción por sectores

Lo primero que se puede ver claramente en el gráfico es la recuperación que poco a poco, disminuye el decrecimiento de la construcción. Aunque esta sigue estando en terreno negativo y posiblemente se quedará en torno al -2% hasta que la crisis de la vivienda haya pasado. Seguimos teniendo un stock muy alto y no hay salida, ni vía crédito ni vía demanda, para tantos pisos vacíos.
El resto de sector siguen sin cambios. Los servicios se mantienen en casi todas sus partidas excepto en información y comunicaciones que aumentan hasta un 1,4%, y el comercio y transporte que baja hasta un0,5%. Aunque la tendencia general es que los servicios están reduciendo su crecimiento poco a poco mientras la industria va cogiendo peso y consolidando su recuperación.

Entonces… ¿Cómo estamos?

A la vista de estos últimos datos, la mejor respuesta es la de que estamos estancados. Casi todas las partidas muestran un evolución con respecto al trimestre anterior bastante escasa. Sin embargo, este estancamiento es mas negativo que positivo. En primer lugar, porque puede ser la calma que preceda a la tempestad. Con una crisis del euro y una Europa cada vez más frenada, el cuarto trimestre puede ser mucho peor. En segundo lugar, porque el resto de países al menos ha tenido ya medio año de recuperación, con tasas de paro bajando y producción a ritmo pre crisis. Nosotros seguimos siendo más lentos.
El empleo sigue bajando, las remuneraciones siguen bajando, la producción se estanca, el contexto europeo se enfría, la inversión no encuentra aun su lugar, el sector público lastra el crecimiento… Malos augurios para una mala época.

martes, 15 de noviembre de 2011

Distinguir los billetes por países.


Todo el mundo sabe que todos los países del euro tienen una moneda distinta, caracterizada por la “cara” de esta, pero muy pocos saben que los billetes también tienen una distinción.

Aunque en las monedas sea más visible porque es un dibujo por completo diferente (La catedral de Santiago, Cervantes o el Rey en nuestro caso), los billetes difieren en la letra que precede al código numérico que los billetes tienen en el reverso.

De este modo, siempre que la letra inicial sea una V, el billete será español.

Aquí la lista completa, sacada de la web del banco central:
Bélgica - Z
Alemania - X
Estonia - D
Irlanda - T
Grecia - Y
España - V
Francia - U
Italia - S
Chipre - G
Malta - F
Países Bajos - P
Austria - N
Portugal - M
Eslovenia - H
Eslovaquia - E
Finlandia - L

Lo he visto en el ABC y me ha parecido curioso. 

La economía europea se estanca


No hace mucho tiempo, se pronosticaba que en 2011, la eurozona crecería un 1,6%, seguido de un 2012 en el que el dato sería del 1,8%. Hoy día, los pronósticos son de un crecimiento del 1,5% en 2011, y del 0,5% el año próximo. El problema no es que se pronostica una décima arriba o abajo, si no que se pronostique una salida de la crisis (crecimiento en aumento) o un retorno a la recesión (crecimiento a la baja). ¿Qué es lo que ha pasado en medio?

La crisis del euro está afectando a todos, lo quieran o no. Francia ha aumentado su crecimiento en un 0,4%, y aun viéndolo como algo positivo, los PMI sugieren que en el 4º trimestre la caída puede ser de órdago.
Bélgica, como España, se estancan en crecimiento. Portugal y los Países Bajos siguen con crecimientos ya negativos. Las primas de riesgo de Italia, Francia, Bélgica y Austria suben a sus máximos…

El otro día, le preguntaron a uno de estos economistas que hace un par de meses pronosticaban que la eurozona volvería a caer en recesión que cual era la probabilidad ahora de caer. La respuesta no pudo ser más sencilla: Ya estamos cayendo.

¿Alguien se acuerda ya de la cumbre del euro que hicieron (creo) hace dos semanas?

Mañana salen las cuentas trimestrales de España, y como de costumbre, haré el análisis (gráfico) consiguiente. Al menos indagaremos sobre la evolución desglosada de la economía española, y como se manifiesta este “estancamiento” en nuestro país. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

La disociación económica de la sociedad


El cambio del sistema productivo que nos trajo la revolución industrial, con la consiguiente especialización de los trabajadores en numerosas, y diferentes áreas de la actividad económica, conlleva la perdida del conocimiento “inmediato” sobre el estado de situación de un determinado sistema económico. El hecho de que solo atisbemos a ver una minúscula parte de un sistema complejo, no nos permite asociar nuestro trabajo, nuestra realidad, con el sistema general.

Antiguamente, cuando las crisis económicas podían provenir de una mala cosecha (sequias generalizadas, problemas de abastecimiento), las crisis derivadas a nivel general podían ser entendidas por todos. Entendidas no solo significa “comprendidas”, si no también, “asumidas”. Cuando uno ve que su campo y el del vecino están anegados, cuando un artesano ve que su pueblo está padeciendo hambrunas, saben y asumen, que los malos tiempos han llegado.

Hoy día el tema es algo más complejo. Aun muchos no llegan a comprender como una crisis así ha podido echar por tierra lo que pensábamos que habíamos conseguido con arduo trabajo. Y es normal. Nos dicen que el sistema financiero está mal (y es cierto), pero señores como Botín se llevan diez millones en dividendos y entonces la gente no entiende nada.

Conocidos economistas no llegan a entender como es posible que estemos hablando de una “nueva” recesión, ¿cómo podrían? ¿acaso hemos salido de la primera?

Se nos pide confianza, pero los sistemas democráticos (piedra angular de un sistema serio, estable y moderno), se tambalean un poco cuando Berlusconi debe dimitir vía prima de riesgo y Papandreu por pedir un referéndum. No, no es cierto. Hay cantidad de factores, e inclusive yo estoy de acuerdo en las decisiones tomadas. Pero la gente se queda con lo poco con lo que puede entender y asociar.

En un estado en el cual la gente ya no puede entender la realidad, en donde no puede seguir la cadena de situaciones causa-efecto que se suceden en el tiempo, los discursos políticos se vuelven vacíos de contenido. Necesariamente.

Hacemos cumbres donde parece que se va a acabar el mundo. Todos dando discursos, sacando propuestas, mandando mensajes. Pero semanas después parece que la situación sigue igual o peor. ¿Es que acaso son todos unos incompetentes? No, pero, ¿qué va a pensar la gente?

Mientras se evoca la identidad de los economistas como artífices de todos los males, de no haber “adivinado” que algo así iba a ocurrir (algo falso, pues se avisó con tiempo de sobra), la gente sigue pidiendo varitas mágicas, que no existen y con la única opción y esperanza de que un cambio, por tonto que parezca, sea el principio del fin. Cambio, da igual que sea en España, en Grecia, en Francia o Alemania. Tras una crisis, está demostrado que la gente pide cambio. Y es sencillo. Cuando has dejado de asociar una realidad con otra, cuando ya no sabes ni entiendes que hay que hacer, pero sabes que lo que hay no va por donde quieres, urge darle la vuelta a la tortilla.

Información y comprensión, elementos tan cruciales y complejos que, lastrados por la magnitud de una realidad a la que no podemos abarcar, implican cambios sin rumbo, vaivenes y, eventualmente, pues todo llega, mejoría, mientras los finos hilos del tiempo se esconden de nuestra escasa visión.
O dicho de otro modo, ¿Qué debió pensar Laika?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Como jugar a la bolsa sin perder dinero


Ni ganarlo claro ;). La web de el periódico eleconomista ha sacado una sección que hace las veces de “juego de bolsa” bastante realista, para que aquellos que quieran probar suerte y ver si sus destrezas económicas en el mundo de la compra y venta de acciones les llevan a buen puerto puedan hacerlo sin miedo a perder ni un mísero real.

La web en cuestión es: http://juegodebolsa.eleconomista.es/
Nos encontraremos con el ibex35, el mercado continuo y los EEUU, de forma que podemos comprar la cantidad que deseemos de acciones (introduces tu el capital inicial con el que quieres empezar, e incluso puedes ir cambiándolo). Las cotizaciones son en tiempo real, y la compra y venta no son automáticas.

Por lo pronto, he pecado de comedido y a pesar de las ganancias, las comisiones se han llevado gran parte de los beneficios.

Esta web además puede ser un gran instrumento para aquellas clases de economía o institutos de negocios donde desde hace tiempo ya se juega a la bolsa, aunque de forma menos “técnica y realista”.
Así que nada, haceros una cuenta y empezar a jugar. 

martes, 8 de noviembre de 2011

Adam Smith y las contradicciones sobre su persona

Adam Smith es quizás una de las personas más conocidas en el mundo académico. Pocos en cambio habrán leído en verdad sus textos, o sabrán realmente lo que dice, si bien inspira muchos de los argumentos que algunos liberales siguen hoy en día usando, en algunos casos con cierta razón.
Sin embargo, la figura de Adam Smith encierra ciertas contradicciones que sirven más como irónico comentario que como descalificación académica (desde luego, no es esa mi intención).
Adam Smith es considerado por muchos como el primer economista. De hecho La riqueza de las naciones fue el primer libro que compré antes incluso de pensar en serio hacer la carrera de economía.
Sin embargo, ni fue el primero en escribir sobre economía (obviamente), ni fue el primer economista como tal, pues, Adam Smith fue, ante todo, un filósofo (moralista y lógico).
Claro que puso la primera piedra oficial de lo que luego sería la ciencia económica. Si bien antes, nombres como Petty o Cantillón, habían escrito sobre política económica desde un marco de investigación analítico (y no meramente descriptivo o normativo, como hacían muchos de los escolásticos), fue el señor Smith quien introdujo en el análisis a los individuos como entidades independientes, seres libres, y como estos debían organizarse, libremente. Dio forma a las teorías de valor y distribución y, sobre todo, dio caña a los mercantilistas de la época, que si bien escribían mucho de economía, no lo hacían con la visión sistemática que un sistema económico como tal requería.
Otra de las contradicciones es justamente esta. Pues muchas de las criticas que hizo hacia los mercantilistas las copió, a su vez, de unos pocos y casi desconocidos mercantilistas que, habiendo entrado ya en la era capitalista, criticaban las ideas proteccionistas de sus coetáneos.
Otra de estas contradicciones se basa en su propia filosofía. Todo su liberalismo se basa en que las personas seguían el “Principio de simpatía”, que no significa que todas las personas son simpáticas, sino que intentan socializarse. La búsqueda de el mejor beneficio para uno, siempre y cuando no entre en conflicto con el beneficio del resto (elemento que muchos suelen obviar de su ideario), llevará al bien común. Sin embargo, a pesar de que pensara abiertamente en este principio de sociabilidad, Adam Smith fue un hombre, por lo que dicen, bastante huraño, misógino, que no se casó, y que se encerró en su casa durante más de un lustro para escribir el tan conocido libro, siendo en parte, el hazmerreir (quizás es decir mucho) del pueblo escoces en el que vivía.
La cuarta sería su propio trabajo. Un liberal consagrado como Smith trabajó hasta su muerte como director de Aduanas, si bien es entendible puesto que su padre ya había sido oficial de aduanas, y supongo que desde la misma impulsaría un comercio más libre.
A lo largo de mi vida he escuchado muchas cosas sobre Smith, incluso un liberal acérrimo me dijo que a veces se le iba la olla cuando le pasaba citas donde dejaba de lado su faceta más liberal. Lo cierto es que, contextualizado, Adam Smith es incluso más grande (humanizar hace todo más realista y a veces más heroico), de lo que, como “padre” de la ciencia económica la ignorancia nos puede hacer pensar.
Recomiendo encarecidamente que si alguien quiere tener una biblioteca de temas económicos, La riqueza de las naciones esté en primer lugar, junto al Capital, del que también hablaré otro día (Marx ni siquiera era marxista, todo este mundo está lleno de contradicciones irónicas). Y al que le guste el tema, un buen libro de pensamiento económico como el que ya recomendé hace unas semanas, se hacen indispensables para disfrutar de la historia del mundo y de las ideas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Acabará algún día la crisis Griega?

¿Quién se atreve a relatar la crisis griega como si de una epopeya se tratase? Los dioses del mercado están enfurecidos. Sacrificios con sangre en el altar de las cumbres de las montañas europeas deben hacerse para apaciguar a tales dioses, neutros, impasivos, vengativos.

Los héroes nacen y caen, y vuelven a nacer, los tiempos se suceden, los dioses continúan destrozando los pastos, dejando sin empleo a los pobres campesinos. Se alían con los océanos, hunden sus barcos mercantes y su comercio exterior. Grecia está sitiada.

Pero un emir del norte viene para apaciguar a los dioses. Dice que viene de tierras donde tienen el don de los altísimos. ¿Podrán fiarse los griegos de los conjuros y nuevas prácticas que este emir les recomiende? ¿Y si es una trampa? ¿Y si es un Dios encarnado?

La tragedia griega da para mucho la verdad. Pero hay que reconocer que no hacen las cosas bien.

El tema del referéndum es importante por lo que representa. Que una opción política que genere más democracia real, que escuche al pueblo y que tenga en cuenta una mayoría más objetiva la de una sola mente provoque que la ira de los mercados puede generar pánico social. Quizás es la mejor representación hasta ahora de porque muchos estamos cabreados por esta democracia sometida únicamente a la voluntad de unos mercados que seguimos sin poder gestionar como es debido. Pero también, en parte, tenemos que ser conscientes de que no era el momento ni el lugar.

Para tratar temas tan generales como se proponían (llegue a leer, “salir del euro, SI o NO”), se debe hacer mucho antes. Y desde luego, lo que no es de recibo, es gestionar toda una cumbre, con la única mira puesta en generar algo de confianza a los mercados (porque políticas reales…) y va el presidente del foco del dolor y se carga de un plumazo todo acuerdo, supeditando todo a un referéndum.

Llevamos años intentando darlo todo con el factor confianza. Y soy de los que opinan que la confianza no genera crecimiento, pero si facilita su articulamiento, su fluidez. Y no sé cuantas cabrás les quedan a los pobres griegos para poder sacrificar.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Las primeras mentiras de nuestro futuro presidente, Rajoy.

Nuestro futuro presidente, Mariano Rajoy, se estrena en la tele con dos grandes mentiras, de esas que hacen llorar a todo buen economista que se tome con seriedad su profesión.

Decir que la tasa de paro de Alemania ha sido como la de España, para decir que, tras las políticas de austeridad consiguieron rebajarla, es una vil mentira que servirá de excusa para programar las rebajas de un gasto público que agoniza la actividad económica. La tasa de paro de Alemania siempre ha estado por debajo (muy por debajo) de la española, excepto en los años previos a la crisis, que de hecho, sufrieron más bien poco por un sistema laboral completamente distinto (no tuvo nada que ver con la austeridad pública), y los últimos datos aportan cierta oscuridad hacia la luz de salvamento que es la austeridad, pues el paro aumentó.

La segunda de las mentiras es aun más grande, si cabe. Decir que toda la deuda que tiene España con el exterior es pública, que los consumidores y empresas han pagado ya su parte, es tomarnos a todos por tontos. Es mandar por saco la realidad económica y social, el rigor ya meramente matemático, pues no solo sigue habiendo una gran parte de la deuda externa de forma privada, sino que esta es mucho mayor que la pública.

Nuestro futuro presidente se estrena engañando a la gente, algo a lo que, y quizás de eso está sirviendo, nos vamos a tener que acostumbrar bastante. Mañana más, y mejor (contadas). 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Agravamiento de la crisis (datos de empleo y markit)


A día de hoy, a la hora de tomar decisiones sobre política económica, tenemos que enfrentarnos a un elemento cada vez más claro. No voy a llamarlo una vuelta a la recesión, porque sería redundante ya que nosotros no hemos salido nunca de ella.
Pero lo que sí está claro es que la crisis, lejos de ir aterrizando, lejos de frenarse, se agrava.
Existe una dinámica que potencia el crecimiento poco a poco. Con el tiempo las personas han ahorrado y tienen menos deuda, por lo que pueden consumir más. Los precios han caído o han aumentado menos, y la actividad económica es tan pobre que las oportunidades comienzan a aparecer para aquellos que quieran echarle valor. Estos pequeños destellos que son los que, poco a poco, en condiciones normales nos podrían sacar de esta, se ven mermados porque, todo propósito, aun siendo rentable se ve cortado por un crédito imposible de conseguir.
Hoy traigo dos datos que expresan este agravamiento de la crisis.
En primer lugar, el paro. En octubre aumentó en 134,182, el peor dato en tres años.
Como vemos en el gráfico, desde que llegamos al fondo de la crisis, el paro ha seguido aumentando, aunque cada vez menos. Desde un 20% de crecimiento interanual a principios de 2010, este bajó a un 3% a mediados de este mismo año. Sin embargo, lejos de seguir bajando hasta terreno negativo (momento en el que el paro comenzaría a bajar), la tendencia ha cambiado y vuelve a registrar continuos aumentos, como podemos ver desde mayo hasta octubre. En concreto, en agosto creció el paro un 4%, en septiembre un 5,2%, y en octubre un 6,7%. Es alarmante, por tanto, no solo que se siga destruyendo empleo, sino que la velocidad a la que se hace esté aumentando.
En segundo lugar los datos del markit de septiembre.
El sector de las manufacturas siguió en retroceso, solo un pelín mejor que el mes pasado, pero aun registrando caídas importante en la producción industrial (hoy nos enteramos que ha caído un 1,8% en septiembre). En concreto se pasa de un 43,7 a un 43,9 (por debajo de 50 significa recesión).
El sector servicios aun registra una caída mayor, cayendo de un 44,8 a un 41,8, tres puntos menos que hacen que esta “nueva crisis” sea aun peor que la crisis de comienzos de siglo. No es, por tanto baladí. Y ambas registran unos condicionantes similares. Las empresas culpan a la bajada en la demanda, los nuevos pedidos decaen y la actividad se resiente.
Y en esas estamos. ¿Noticias positivas? El nuevo capitán del barco central europeo (perdón, banco), ha decidido bajar los tipos a un 1,25%. Draghi se ha estrenado dando un guiño a los mercados, algo que a mi, personalmente, me ha gustado. No tuvo ningún sentido que se subirán así como así, y la FED los sigue manteniendo en un, 0,25%.
Seguiremos expectantes.