lunes, 28 de febrero de 2011

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Análisis económico del cuarto trimestre de 2010



Ya ha pasado bastante tiempo desde que salieron los datos económicos del cuarto y último trimestre de 2010. Y aun más desde que realmente sucedieran (¿ya estamos en marzo?, no, pero casi).

Aquí traigo el análisis trimestral, un pequeño vistazo a los datos más importantes. Como siempre, los datos provienen del INE, y utilizo los estacionalizados, es decir, donde el efecto temporal y estacional se ha eliminado.

PIB a precios de mercado




En primer lugar hay que destacar que una vez reanalizados los datos del 3º trimestre se ve que en realidad decrecimos un poquito. EN cambio, el último trimestre del año dio un pequeño empujoncito hacia la salida de la crisis, con crecimientos tanto a nivel intertrimestral (0,2%), como interanual (0,6%). Aunque debo decir que los datos puedan parecer buenos a simple vista, yo me he mostrado altamente decepcionado. Ahora veremos por qué.

Demanda interna y externa




Como vemos, a pesar de que el PIB se muestra ya en términos de crecimiento positivo, todo recae en manos del sector exterior. Crecemos más por que exportamos más. Pero la demanda nacional, es decir, lo que demanda la gente de España, es cada vez menos, y no mejora.

La situación laboral no deja mucha alternativa. Da igual cuanto puedan mejorar las perspectivas, el empleo no hace sino seguir bajando, y los salarios han hecho lo mismo, por lo que, ¿Cómo va a mejorar la demanda neta española, si cada vez hay menos renta?



Nos estamos haciendo cada vez más competitivos, (no nos queda otra), y nuestra escasa renta también limita bastante nuestras importaciones por lo que netamente estamos cada vez mejorando nuestras importaciones, y por primera vez, el saldo parece ser positivo.

Así que hay visión de futuro, por esta vía. Pero claro, el efecto es sobre todo porque nuestras importaciones se están estancando, y no precisamente porque compensemos la demanda de bienes extranjera por bienes nacionales, sino por que, directamente, no demandamos. Ese es el lado malo.

Y si no impulsamos la demanda nacional, la recuperación será cada vez más lenta, por que el sector exterior, que nos tiene que ayudar, no va a ser nuestra panacea, básicamente porque no tenemos un sector exportador potente. Debemos incidir más en el, ahora que parece que tenemos oportunidades.

 

 

Consumo = Estancamiento




Lo mismo de antes. El consumo de los hogares sigue aumentando, pero las administraciones públicas siguen afectando negativamente al consumo. Digan lo que digan, eso es algo que me parece lamentable. No puede ser que en plena crisis el estado, cuyo papel debe ser de estabilizar económico, haya llegado a un punto en el que, aun siguiéndose endeudando, no genere fuerzas que impulsen la demanda nacional hacía arriba. No digo que estuviéramos en una situación  mucho más diferente de la que ya estamos, pero si el estado hubiera planteado una estrategia completamente diferente, estaríamos mejor seguro.

Es desalentador echar todas nuestras esperanzas al sector privado cuando este está más endeudado que nadie. Y no se crean políticas que apoyen la mejora de esta deuda.

Inversión




La inversión, tras el gran despunte que pegó hasta el segundo trimestre de 2010, ha vuelto a tasas de crecimiento en torno al 1%. Junto a la construcción, que sigue estancada en su decrecimiento en torno al -10% (¿sorpesa?), hace que la inversión neta siga estando en tasas de crecimiento negativas.

Las buenas perspectivas que se veían hace medio año, cuando toda Europa estaba saliendo de la crisis y nosotros pensábamos que seguiríamos con algo de retraso se ha visto enmarañada con un empleo que sigue dando bajas perspectivas de recuperación en la demanda y sin un final claro de la crisis.

Nos deparan, y así parece que va a ser, unos cuantos años de crecimiento, sostenido, pero pequeño.

Producción por sectores




El sector energético cada vez va mejor, así como la industria y los servicios, lo que puede indicar una mejora de la actividad económica. Unida a unas inversiones crecientes en bienes de equipo, sí, indican un reabastecimiento del sector productivo. La confianza en la salida de la crisis y en el sector exterior en última instancia parecen ser los dos polos que incitan a ver la luz al final del túnel.

De nuevo, la construcción es la que permanece bocabajo, y así seguirá si no sabemos darle un final redondo al sector.

Entonces… ¿Cómo está el país?


Estamos en un lugar incierto. EL empleo sigue bajando, y por tanto la demanda nacional no mejora. El sector público, con unos problemas que han llevado al país a ser de los menos “seguros” a la vista internacional, intenta mejorar los datos del déficit dejando de lado el apoyo a la demanda.

Por otro lado, las perspectivas de paulatina mejora hacen que la inversión y la actividad económica vayan, muy poco a poco, mejorando sus datos.

Además, el sector exterior parece ser cada vez más benevolentes con nosotros, y cada vez exportamos más.

Las dos fuerzas parecen fuertes, pero hay que creer que, habiendo pisado ya el fondo de la crisis, la demanda nacional no baje más. Se estancará, y puede que tengamos problemas de estanflación, sobre todo teniendo en cuenta los problemas que nos van a venir del petróleo y las materias primas.  Nuestra dependencia energética no nos ayuda nada a ser competitivos a nivel internacional, y seguramente en un futuro el sector exterior no sea tan positivo, por lo que hay que intentar tirar como sea de la demanda interior, que es la que, en última instancia mantiene el ciclo circular de la renta en activo.

Esperemos que 2011 sea un año mucho más positivo. Y que el empleo mejore.

viernes, 18 de febrero de 2011

El incidente Rumasa

A mi estas cosas me sorprenden dí a día, tanto como la estafa de Madoff. No me entra en la cabeza que los inversores, gente que tiene dinero para regalar durante un cierto tiempo a cambio de un tipo de interés, que en este caso debían invertir un mínimo de capital (que ahora no recuerdo, pero que no eran bajas) y que por tanto excluía a un grueso de la población altamente desinformada, hayan caído, de nuevo, en el timo económico más viejo de todos los tiempos.

Y con esto me retrotraigo al incidente Madoff. ¿Qué narices pasa por todos aquellos que tiene dinero para invertir para saltarse la primera regla económica?

La primera regla económica es aquella que nos decían nuestros padres, y a estos nuestros abuelos. Es una ley que lleva circulando desde antes del primer libro de economía, es algo evidente, es algo que solo la codicia humana puede intentar tapar. Nadie da duros a pesetas.

Claro, a veces es difícil diferenciar lo que es “dar” de lo que es “generar”. Las pesetas sí generan duros. En un mundo creciente, alguien puede coger una peseta, crear Factbook con su esfuerzo y generar un producto que valga más que lo que ha costado hacerlo, que genere millones y millones. Hacen falta dos cosas. Un coste inicial, trabajo propio, y tiempo.

Así que claro, uno siempre puede intentar creerse que cuando alguien te va a dar el 10% de lo que inviertas, existe una base detrás que lo justifique. Puedes creer que las inversiones van a ser muy productivas, , o que es tan a largo plazo que, bueno, seguro que algo sale bien.

Pero lo cierto es, que usando un poco la cabeza, uno se da cuenta de que hay cifras inalcanzables.

En un periodo de crisis, una crisis que afecta a todos, nadie puede invertir dinero en un sitio pensando que le van a dar un elevado tipo de interés. Nadie en su sano juicio puede pensar, puede creer, que ese 10% va a ser generado. Obviamente, sólo pueden dártelo. Pero como dártelo es algo imposible, porque no se ha generado, todo se desmorona.

Una tía de un amigo mío (me encantas estos comienzos), le pidió consejo sobre invertir o no. Gracias a Dios mi amigo fue sensato y le obligo a no hacerlo.

Mi padre y yo, desde que empezamos a ver los anuncios en la tele, ya sabíamos como iba a ocurrir todo esto. Era algo tan claro que cuando me llamó ayer por teléfono no podía más que reír. Tanto lo acontecido, aquí, como con Madoff, sistemas piramidales, timos tan viejos que parece increíble que sigan existiendo, ponen frente al espejo a todos aquellos que usan el dinero. A mi no me dan pena, la verdad. De todas formas, cualquier teoría económica te dice que a un elevado tipo de interés, tienes un elevado riesgo. Te has arriesgado y has perdido. Es por eso por lo que no me gusta caminar por el borde de un puente. No me gustan esa clase de riesgos.

domingo, 6 de febrero de 2011

En búsqueda de una nueva izquierda.



Emparejando esta con la entrada realizada por Ajovin en Virado en Sepia, creo que es bueno ir hablando de una izquierda más centrada en aplicar unos ideales base a una realidad ya asentada, y saber vender el cambio a los demás.

Actualmente, parece que no pasamos de cuatro ideas centrales que asientan las bases de la propaganda y crítica de la izquierda y la derecha económica.



Pero en realidad, esa no es la autentica base que dirige la ideología económica. Si nos vamos aun más a las profundidades tenemos:

Izquierda: Búsqueda de una mayor igualdad económica, sin perder de vista la eficiencia.

Derecha: Maximización de la eficiencia, que traerá por si sola la “justa” equidad.

El hecho de entrecomillar “justa” es algo puramente subjetivo por mi parte.

Como decía Amartya Sen, en realidad todo el mundo, toda ideología persigue la igualdad. Pero, ¿Igualdad de qué?

Y, de la misma forma por la que decimos que nuestra sociedad adolece de ciertos mecanismos que mejoren en cierta forma la redistribución también debemos ser conscientes de que el tiempo de las utopías, el tiempo de filosofar sobre sociedades perfectas con seres humanos muy poco humanos en un periodo previo a la consolidación occidental, ha pasado.

Además, no podemos descansar nuestro mensaje en “lo imposible”. Debemos hacer entender a la gente que no se puede cobrar más si no se produce más, aunque a la izquierda nos pueda fastidiar no poder aumentar los salarios. Debemos hacer entender que aumentar los impuestos en según que sitios, aunque pueda parecer muy lucrativo para unos, genera unas distorsiones y un movimiento de capitales que pueden dejarnos sin nada en un abrir y cerrar de ojos. Debemos hacer entender que en situaciones de crisis los bancos no pueden llevarse, en el momento, una multa que los haga cerrar, pues ellos poseen nuestro dinero. Debemos dejar atrás argumentos del pasado, que nos pueden parecer muy bien intencionados y bien argumentados, pero que no ofrecen nada para la solución de hoy.

Además, hay que hacerlo desde una óptica actual. No solo de Marx y, en cierta medida, Keynes vive la economía de la izquierda. Tenemos trabajos como el de Arindrajit Dube, (tenemos dos entrevistas, gracias al trabajo de Bcnaccions) que intenta desacreditar empíricamente la coletilla tan proclamada de la derecha de que subir el salario mínimo genera desempleo.

Y, por supuesto, hablo de la economía más básica. Conceptos como las energías verdes, la transparencia política, una mayor participación del ciudadano en las decisiones generales, una aproximación de las políticas (y políticos) a los focos donde se van a implementar, federalismo fiscal, independencia de religión y estado y un largo etcétera, son cuestiones que, aunque parezca que se vendan solas, no es así. Debemos particularizar la realidad al contexto de la gente. Hablar de potenciar las energías renovables es algo tan genérico que todos los partidos lo enarbolan como propio. Hay que hacer participe al ciudadano de proyectos concretos, aunque sea mediante la publicidad, aunque sea, simplemente, enseñando a la gente lo que en verdad se quiere hacer. No podemos pedir más participación si antes no le decimos en qué puede participar. En qué puede apoyar.

Tenemos un gran problema, por la mala publicidad que ha hecho el partido socialista a la izquierda. No ha sabido actualizarse, y por tener que hacerlo a marchas forzadas, por tener que adherirse a una realidad que no ha sabido ajustar a sus ideales, ha tenido que ir por el camino prefijado por unos países que no comparten la misma visión política.

Creo que todos debemos aprender del PSOE, para saber qué es lo que no hay que hacer. Para ver que, si bien hay que centrarse en los tiempos modernos que hoy nos tocan, se puede hacer con nuestra forma de ser. Y eso, también hay que saberlo vender.

sábado, 5 de febrero de 2011

Salarios. Inflación o productividad.



Con la visita de Merkel se ha vuelta a reavivar el debate. ¿Deberían los salarios aumentar en base a la inflación o a la productividad?

La cuestión es difícil de responder, por que incluye unos juicios de valor que es difícil retirar, la eficiencia no es lo que prima en estos casos, y razones hay.

¿Qué sería lo más eficiente?

Productividad, sin ningún lugar a dudas. Cualquier estudio teórico e inclusive empírico te va a decir lo que por otra parte es obvio. Si alguien cobra más debería ser porque produzca más. Y dándole la vuelta, si alguien produce más debe conllevar un mayor salario.

Incentiva al trabajador y mejora el estado de la economía, escapando a problemas de “imposibles” que hemos llegado a tener.

Los salarios deben estar relacionados con la productividad por el hecho de que si no lo hacen pueden disociar la economía del país con la economía familiar.  Si no se crea más, no se puede cobrar más. Y si hay problemas en el país porque crecemos poco, pues hay que solucionarlo como sea, pero aumentar salarios por que sí no es la solución.

Al contrario, subir salarios de esta forma puede generar un ciclo expansivo en la inflación que puede crear problemas para intentar exportar nuestros productos fuera. ¿Nadie se ha preguntado porqué cobramos menos y nuestros productos son más caros (o no tan baratos como deberían)?

Por un lado, aumentando los salarios en base a la inflación consigue, en el mejor de los casos, mantener nuestra capacidad adquisitiva. Y sí, probablemente nuestra productividad es tan baja que no nos es rentable asumir el cambio, pero eso es por que, además, hay que cambiar muchas cosas de nuestro sistema productivo. Y cuanto más tardemos peor.

Creo convincentemente que ahora que la actividad económica está baja podemos aprovechar para introducir cambios de gran calado que no afecten ni distorsionen más de la cuenta. Cambiar a un horario productivo europeo sería el primer paso.

 

viernes, 4 de febrero de 2011

Crecimiento y responsabilidad.

El banco de España ya ha publicado sus previsiones sobre el crecimiento de la economía Española, siendo de un 0,2% el del PIB del cuarto trimestre y de un -0,1% para el computo global del año 2010.

Huelga decir que realizaremos el análisis cuando el INE publique todos los datos, pero podemos hacernos una idea previa para, al menos plantear ciertas cuestiones.

El dato llega además con la reciente visita de Angela Merkel, que parece que va a pasar revista de la gestión realizada por Zapatero en nuestro país. Ante esto hay dos formas de verlo. Una es: ¿Para qué narices tiene que venir esta a aprobar lo que hagamos nosotros? Otra es: ¿Por qué narices felicita la gestión de alguien al que nadie felicitaría?

En primer lugar, aquí hay que pedir responsabilidades a alguien a quien no s ele puede pedir. El otro día estuve haciendo repaso noticiero y, como dato curioso, el FMI llegó a pronosticar un descenso del 0,8% de la economía española en 2010. Y eso sin tener en cuenta el gran ajuste fiscal que se ha llevado a cabo, que ha facilitado el que no lleguemos a cifras positivas. Y digo yo, ¿Estar en las listas y estadísticas como el único país que iba a decrecer en 2010 no ha perjudicado de ninguna manera a España? Y, ¿No se ha demostrado que luego no ha sido para tanto? Hablo en retórica claro, pero, ¿Qué hubiera pasado si tanta previsión hubiera ido más acorde con la realidad, si hubiera predicho cierto crecimiento? ¿Hubiéramos tenido tantos problemas con la prima de riesgo? ¿Habríamos tenido que hacer tanto ajuste fiscal? ¿Habríamos caído en verdad ese 0,1%?

Yo lo tengo claro, había que buscar países que se llevaran la peor parte. Porque en un juego de suma cero, en el que las inversiones van a un sitio u a otro, es preferible reducir el cerco que distribuir más dinero entre todos.

Lo que digo es demasiado fuerte y poco comprobable como para tomárselo en serio. Pero los datos no me dan mucho más de donde tirar. Nuestro crecimiento ha sido muy superior al previsto incluso con políticas mucho menos activas de las previstas. Y esas previsiones son las que, activamente, han perjudicado y puesto en tela de juicio la palabra Español.

Y el que hayamos sido nosotros no ha sido por pura mala suerte. Teníamos todas las papeletas. Una productividad por los suelos, y una tasa de paro elevada.

Por eso, cuando Angela Merkel viene aquí y dice que sí, que Zapatero lo ha hecho bien, yo digo, ¿Bien el qué? ¿Los que tu le dijiste que hiciera? No nos ha quedado otra.