viernes, 17 de junio de 2011

Movimiento 15-m, un mes después.

Ahora que ha pasado poco más de un mes podemos echar un vistazo atrás y ver como ha ido evolucionando el movimiento.

Yo en el primer post lo dividí en dos partes, fondo y forma, y el problema es que se ha ido para atrás en los dos. Perdiendo fuerza intelectual y ganando la física, la que no interesa a nadie.

Forma


Se ha perdido del todo. Ya las acampadas se estaban convirtiendo en otra cosa, no en un acto reivindicativo, sin más, sino que quisieron extenderlo tanto y arraigar unas raíces tan volátiles que en la mayoría de los casos se convirtió en su sepultura.

Pero durante estos últimos días, la forma se ha ido transformando en algo aun peor. No estamos  hablando de aquel día en el que los “indignados” se defendían en su acampada de las porras policiales, sino que son ahora los “indignados” los que persiguen a los políticos para gritarles e impedir su entrada a su puesto de trabajo. Teniendo en cuanta que los policías infiltrados alteran y de que no todos los indignados son los que están, yo solo parto de la base de que, queramos o no, el movimiento ha derivado en lo que vemos y vamos a ver a partir de ahora: Altercados entre indignados-policías-políticos.

Han pasado de la fuerza intelectual (malamente gestionada) a la escasa fuerza física (de defensa, aun no se ha pasado al ataque) que tienen. Y así pierden toda la razón, y por tanto, defensa racional que les quedaba. ¿Y porqué les ha pasado esto? Por el fondo.

Fondo


Lo que de verdad cuenta es el fondo, si bien, al no saberlo gestionar mediante una forma correcta las primeras semanas, se ha ido perdiendo, cada vez más, diluyéndose como cualquier cosa que no se cuida realmente, perdiendo apoyo y por tanto, forma.

Las posturas lógicas de una democracia han dado paso cada vez más a utopías de una izquierda que muchos ya no compartían. Se desterró en gran parte la idea de una democracia real, no solo por la adhesión de posturas mas radicales sino porque desde aquellas: quien no pensara como ellos, era el enemigo, que no adversario, algo que, en mi opinión es muy antidemocrático.

Conclusión


Los “indignados” no están hartos de la situación, y si lo están no lo hacen de forma lógica. Han desechado la ayuda de aquellos que piden lo mismo que ellos y llevan trabajando con más sudor y más lagrimas muchos más años que ellos. Flaco favor hacen al igualar a todos los políticos al mismo nivel. Porque entonces los políticos, y la sociedad, hace lo mismo, comparando al movimiento con el sector más radical.

Sigo pensando lo mismo: En democracia, solo hay dos posibles acciones:

-       Via democrática: Para pedir políticas ideológicas, te tienes que meter en el juego democrático.

-       Luchar por una mejor democracia: Si no queda más remedio que lucharla desde fuera, se hace. Pero hablo de la democracia, el esquema, el esqueleto que da forma a la política. No de la misma.

Y no hay más ciego que el que no quiere ver. Muchos se creen que han conseguido algo, y sí, es cierto, han removido un poco el lodazal en el que estábamos y, si lo hiciéramos bien, podríamos tener una democracia real, luchando entre todos por conseguirla. Pero no se confundan, el 15-m, como movimiento, no ha conseguido nada (no por tiempo, sino por mala gestión). Los sueños con los que empezó se rompieron hace mucho.

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