lunes, 20 de junio de 2011

Caótica Economía



Llamándose este blog “Caótica Economía”, algún día tendría que llegar la entrada donde explicara porqué decimos que la economía es, cuanto menos, compleja.

Debo advertir que el juego de términos es importante. La economía no es caótica en el sentido más estricto del termino, sino compleja, siendo la primera la definición de un sistema del que no se puede inferir orden alguno, y la segunda… bueno, es complicado definir la complejidad. Voy a transcribir las palabras de Herbert A. Simon, del libro: La arquitectura de la complejidad:
Por un sistema complejo me refiero a uno formado por un gran número de partes que interactúan de una forma irreduciblemente simple. En estos sistemas, el todo es mayor a la suma de las partes […] donde dadas las propiedades de las partes y las leyes por las que interactúan, no es algo trivial inferir las propiedades del todo.

Hay varias ideas a destacar de la anterior afirmación.

En primer lugar, el que las propiedades del todo no derivan únicamente de las propiedades de las partes, sino de las formas en que estas se relacionan, de forma que el ejercicio simple de agregar contenidos y hipótesis económicas con la vana intención de alcanzar una conclusión general es, en muchos de los casos, un ejercicio más falaz que realista.

Sobre todo, esto se refuerza por que, no solo todo esta interconectado, y existe una gran cantidad de fuerzas que mueven y moldean e impulsan un determinado acto económico, sino que además se hace de forma, en muchos casos, menos lineal de lo que pensamos. El efecto que causa un determinado hecho económico no siempre es el mismo, por que con el tiempo cambian muchas de las cosas imperceptibles del comportamiento humano que determinan de forma remarcable todo el conjunto.

Este cambio continuo de la forma en la que las partes se relacionan en la economía es lo que puede llevar a pensar que es caótica, en el sentido más literal de la palabra, sin embargo, como decía Hutchison: “Si bien no es posible alcanzar leyes absolutas que describan el comportamiento de la economía, sí hay generalizaciones útiles tanto en la economía como en las ciencias sociales, asociables a las tendencias”. Por el simple hecho de que, en la base de toda interacción, de todo hecho económico, está el ser humano, y este, en mayor o menor medida, es racional.

Para poner un ejemplo de la diferencia básica en las leyes físicas, más ordenadas y matematizables, y las económicas, podemos pensar en un hecho que es crucial. EN economía no hay constantes.

En física hay constantes en casi todas las relaciones entre sus partes. Las masas de los planetas se relacionan a través de la constante gravitacional,  6,6742(10) × 10-11 N·m2/kg2 , la relación entre la cantidad de energía y de frecuencia asociadas a un cuanto o a una partícula tiene la constante de Plank, 6,626 0693(11) × 10-34 J·s, la velocidad de la luz en si misma es una constante, 299 792 458 m·s-1.

Pero en economía, todas las relaciones que existen entre las variables dependen a su vez de las propias variables. Por ejemplo, la proporción de renta que dedicamos a consumo o ahorro, en los modelos simples de economía se mantienen como un constante, pero dependen mucho de variables como el tipo de interés, el crecimiento de la economía, la deuda acumulada… difieren también por culturas (los japoneses ahorran mucho más que los españoles, por ejemplo9. En física, una partícula se comporta igual aquí que en Pekín.

Otro elemento que incorpora complejidad a la actividad económica es la doble cara del principio de comprensión. Por una cara facilita a los economistas ponerse en la piel de cualquier agente económico, pero por otra permite que todos las personas, consumidores, productores, inversores, etc, se vean afectados por la información generada por la propia economía. A un protón le da igual como actúa el neutrón, ni piensa como le va a afectar el electrón, y por tanto, no actúa en consecuencia. Pero yo actuaré de una forma u otra ya que conozco el comportamiento de la economía.

Creo que he dado argumentos suficientes como para demostrar que sí, que la economía es compleja. Pero, entonces, ¿Por qué demonios llamó al blog Caótica economía?

De igual manera que los egipcios, griegos o romanos, asociaban lo desconocido a dioses todopoderosos, puede ser común asociar lo desconocido e indescifrable al caos. Todo va tan rápido que no nos da tiempo de encontrar la raíz ultima y verdadera que origina el movimiento y, lo que a simple vista es caos, se convierte, con ayuda de una lupa, en altamente complejo.

Pero hasta que no desenredemos el ultimo hilo que explique el movimiento circular de una realidad compleja, seguiremos teniendo la necesidad imperiosa e innata de entender y ver la economía como un sistema caótico e irracional. Nuestro trabajo es aniquilar esa necesidad.

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