viernes, 31 de diciembre de 2010

Decimos adiós al 2010.



No soy mucho de hacer resúmenes de estos que están tan de moda, porque no soy de esos tipos que tienen memoria de elefante, por lo que si me pusiera a sacar del baúl de los recuerdos los acontecimientos que más han podido ser reseñables, me dejaría más de la mitad.

Sí que puedo hablar del “sentimiento económico” que ha recorrido al país, y al mundo.

2010 se entonaba como el año de la recuperación. Y así a sido. Casi todas las economías han visto su repunte en la producción y en la mejora paulatina del empleo. Acompañado de cierto sentimiento de estancamiento y con ciertos problemas derivados de un déficit que para muchos es algo totalmente inaceptable.

Al mismo tiempo, hemos visto sufrir a países como Grecia o Irlanda. Desangrándose a los ojos de todos, pidiendo ayuda, mientras todos echaban la vista hacia España para ver si también nos caíamos de la bici.

Quizás esto sea lo peor del año. Pues a pesar de todas las reformas sociales que hemos llevado a cabo, a pesar de todos los recortes sociales que, gracias a los consejos de la señorita Merkel y el señor Obama, hemos ido quitando, a pesar de los test de stress de los bancos donde dábamos buena nota positiva, de tener una deuda no tan grande, y de superar todas las expectativas de crecimiento, siguen sin creer en nosotros.

Lo del crecimiento puede sonar a broma, pero a pesar de haber crecido poco, las previsiones que de nosotros hacían el BCE, la OCDE, o cualquier tipo de instituto económico eran mucho peores.

Por supuesto que hay una explicación que puede ser mejor o peor, pero que está ahí. La nota más importante del musical sigue sonando y está empezando a cansar a los que están más cerca. El paro, sigue empeorando.

No podemos negar esta evidencia. Los países occidentales ven nuestro paro del 20% y se acojonan. Muchos se llegan a preguntar como narices el país se sigue manteniendo con esas tasas de paro. No ha habido crisis sociales, y la única huelga que hemos tenido no tenía a los parados como protagonistas, sino a los trabajadores.

Creo que el paro ha sido como uno de esos “elefantes” que no se quieren ver. Un problema que no se soluciona con recortes sociales, ni con el recorte del gasto público, un problema que tendrá una muy lenta recuperación.

Y así encaramos el 2011. Con la esperanza de que los datos mejoren. De empezar a ver la luz al final del túnel, con la experiencia ya aprendida de que cuando comenzó 2010, muchos ya lo hacían.

Que nadie dude del crecimiento. 2011 será un año en el que España sacará pecho. Pero ¿y qué? Que no nos cieguen. Lo importante no es el crecimiento, si no el nivel de vida, la seguridad en todos los aspectos de la vida diaria, como el trabajo o la jubilación. Lo importante es que todo el mundo pueda sostener a su familia.

Tenemos por delante unas elecciones autonómicas que decidirán en gran medida el curso del año hasta las generales. Si España decide la sensatez y vota de acuerdo a su ideología, veremos un realzamiento de los países de izquierda (los de verdad). Si en España triunfa el voto de castigo, los extremismos y el “me paso al otro lado por que yo lo valgo”, el PP se crecerá con algo que no merece.

Políticamente hablando, el sistema aun es peor. En Economía, el concepto más importante y clave para la rama teórico y práctica es el concepto de “coste de oportunidad”. Absolutamente nada es bueno o malo si no se compara con el coste de oportunidad. Es como el punto de referencia en física. No podemos no preguntarnos, qué pasaría sí… y ¿Qué pasaría si estuviera el PP gobernando?

¿Tendríamos menos recortes sociales? ¿No habrían aumentado la jubilación? ¿No habrían puesto la Ley Sinde (llamado de otra forma, claro)? ¿No habrían bajado el sueldo a los funcionarios?

Porque lo peor de todo, y quizás, personalmente es lo peor de este año que se va (en el plano ideológico), es que la izquierda no ha sabido hablar, o no se le ha escuchado. El PP ha mantenido el monólogo de discordia contra el PSOE como si fuera el único posible, el único existente.

2010 ha sido el año del estancamiento. Político, ideológico y económico. Un año negro del que cualquier aspecto positivo viene acompañado de otro negativo.

Por ello debemos tener fe en lo que viene. Mirar hacía delante con optimismo y encarar 2011 como se merece. El año en el que las cosas volverán a suceder de nuevo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad!



Como ya es navidad, me veo en la obligación de seguir poniendo el pequeño relato navideño que escribí hace un año o dos. En él intento dar una coherencia económica a la existencia de Papa Noel, por lo que mezcla tanto las fechas tan señaladas en las que nos encontramos como la temática del blog, fundamentalmente económico. Pinchar para descargar:

Papa Noel: La verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad, por Mpa


Espero que la economía os diese algún impulso ayer en el sorteo de la navidad, aunque debo decir que a mi la suerte me evade todos los años (siempre nos queda la salud) xD. Que paséis todos una muy feliz navidad, en familia y con los amigos, no os empachéis de turrón y dejarle leche y galletas al viejo de Papa Noel/Reyes magos. Cantad todos los villancicos que sepáis, y con los que no, haced el tambor. En definitiva, que disfrutéis estas mini vacaciones.

martes, 21 de diciembre de 2010

Solución a la piratería

Apliquemos una solución para la piratería.

1º: Nos enmarcamos en un contexto de competencia perfecta. Ya que vamos a hacer nosotros la norma, la hacemos bien.

2º: En competencia perfecta, precio igual al coste marginal. P=C'

3º: Coste marginal de producir una unidad más de un bien no rival como es la cultura más coste marginal de distribuir un bien transferible por internet = 0 + 0 = 0

4º: Aplicamos la regla -> P=C'=0

5º: Precio igual a cero. Descargas gratuitas.

6º: La piratería se soluciona proponiendo descargas gratuitas.

Problema: Beneficios de los productores negativos

Solución: Creación de bien dañado, el gratuito, diferenciado del de pago por una funcionalidad menor.

7º: Se comercializa el mismo bien que es gratuito por internet de forma física, para coleccionista, firmado, con extras (físicos), etc.

8º: Precio: El de mercado. Si el precio es muy alto, todos querrán el bien dañado. La cultura ofrece bienes diferenciados: competencia semi-monopolistica.

Problema: Algunos proyectos no son eficientes ni viables.

Solución: Los que no son eficientes no se hacen. Si algo no lo quiere nadie no se hace. Si algo no lo escucha nadie no se hace. Si algo no vende no se hace. La cultura que sirva  de mecanismo de enriquecimiento no se hace, pues no es cultura, es negocio.

PD: por los comentarios, creo que tengo que hacer alguna puntualización. En primer lugar, estoy aplicando la teoría pura y dura, y no introduzco ninguna consideración más allá de la teórica. En segundo lugar, creo que ya existen ejemplos que se adecuan al sistema que propongo, por lo que no es del todo irreal, aunque no tengamos la visión para verlo. Tenemos Spotify, en donde nos dan la música de forma gratuita, pero como un bien dañado, es decir, con publicidad y con la imposibilidad de bajarte las canciones. Y en EEUU creo que pasa lo mismo con HULU, donde puedes ver las series en streaming.

Ley Sinde



Uno no puede dejar de ver la incoherencia que se le está acumulando al gobierno socialista. Es algo que ellos mismos deberían al menos estudiar por que se les está yendo de las manos cualquier sector de la población a prueba de ir jodiendolos fuerte y consistentemente.

Resulta que ahora el gobierno, desde el ministerio, podrá dar ordenes de cerrar una web. Claro, que ver a la señorita Sinde decir que eso no dañará la libertad de expresión de los blogs normales, pues como que a uno le tranquiliza poco o nada.

Porque nos encontramos en un país donde, por un lado, se criminaliza el acto de la piratería, y por otro se cobra un canon suponiendo que todo el mundo es pirata. El hecho de que se junten las dos cosas a la vez es como si la policía, además de buscar a los ladrones, nos cobraran a todos un impuesto especial por suponer que robamos en los establecimientos. Un estado democrático y libre, si señor, donde la presunción de inocencia es bien instaurada.

Pero, como siempre, se equivocan. Aquí los piratas seguiremos robando material con copyright. Y lo haremos porque unos tíos amateur son más rápidos subiendo películas y series a la red con sus subtítulos en castellano que cualquier distribuidora legal. Lo haremos porque, gracias a esta libertad, cualquier cosa puede ser intercambiada y compartida en el mundo, y no tenemos que depender de acuerdos comerciales, modas o productos de tan escasa demanda que jamás serán traídos de forma oficial. Lo haremos porque los productos tienen un sobre coste excesivo que no justifica lo que aporta. Lo haremos porque no nos da mal cargo de conciencia, al no ser un robo per se. Lo haremos porque ya no nos creemos cualquier difusión engañosa sobre datos falsos que solo inciden en el beneficio de unas mafias, y que no habla de lo verdaderamente importante, la cultura (que está muy viva). Y sobre todo, lo haremos porque podemos. Porque somos más listos. Porque cuando cierre una web abrirán otra. Porque internet es más rápido que cualquier acción de un ministerio inútil y arcaico. Porque somos más listos y llevamos más tiempo aquí metidos.

Esto no fastidia tanto al acto de piratería en si, que permanecerá en la red, pues de ello se sustenta. Esto fastidia a las libertades de todos aquellos que no creen que les vaya a afectar y que, más tarde, se darán con el canto en las narices.

lunes, 20 de diciembre de 2010

¡Traed madera! ¡Más madera!



Pues no va la OCDE y nos pide que subamos los impuestos indirectos, y que aumentemos aun más la edad de jubilación… Y va Europa y empieza a pensar sobre un plan de austeridad en el déficit de 2013 al 2020. ¡Al 2020!

Pero vamos a ver, ¿es que nos hemos vueltos locos todos? No se puede hacer caminar al tren utilizando su estructura, por mucho que Groucho lo intente. No podemos hacer una consolidación fiscal sin ninguna utilidad que sólo perjudique a los que forman el grueso de la población. No se puede vender el coche para comprar la gasolina. Por mucho que las gasolineras te suban el precio.

Y la culpa es de ellos. Joder, si hicieran como la Merkel, que aun se le ve algo inteligente, y dijera a viva voz ante los mercados “madre de Dios, ¡qué medidas! Buah, con esto ya os hacéis los amos de Europa”, otro gallo cantaría. ¿Pero como narices va a actuar un mercado al que, da igual lo que se le haga, se le está todo el rato diciendo que es insuficiente. Hasta ahora, todos los esfuerzos, todas las desgravaciones fiscales que se nos han quitado, ayudas, todos los impuestos de más y todos los gastos que ya no se aplican no han servido de nada, y no por la ineptitud del gobierno, sino por que seguimos en el punto cero. En aquella situación en la que el resto del países nos dice lo que tenemos que hacer. Y en ese plan, ¿Quién se va a fiar de nosotros?

Aquí el video de Groucho:





 

 

 

viernes, 17 de diciembre de 2010

Productividad potencial y real



Creo que existe una gran diferencia entre la productividad potencial y la real, que es menor por el filtro de los salarios.

Es bien conocida la teoría de la selección adversa. La explico:

Un empresario quiere contratar a un candidato para trabajar con el. Quiere sabe cual es su productividad y se le pide que diga cual es el salario que cree que merecería. Está estudiado que los individuos que más salario piden son, a la vez, los más productivos, y esto lo sabe el empresario, por lo que el que más salario pedirá será el que será seleccionado. Ahora bien, esto también lo sabe el que quiere el trabajo, por lo que pedirá un salario mayor, para hacerse creer más productivo. Esto hace que el empresario, que también sabe que el otro lo sabe, aplica una tasa de descuento. Es decir, que si alguien le dice que quiere cobrar 1000 euros, el lo toma como que su productividad es de 800 (le resta lo que cree que le está “engañando”). Esto hace que el salario sea menor que el que debería ser, y que los que realmente tienen una productividad de 1000 se vayan,  haciendo una selección adversa (por información incompleta o asimétrica).

Es decir, en primer lugar tenemos que el salario va a ser menor que la productividad potencial. Por que el empresario, al no saber si lo que le dice el trabajador es cierto, suponiendo que si lo es, prefiere no pasarse de generoso.

Ahora bien, el trabajador, una vez que sepa cual es su salario y esté contratado, no va a realizar el trabajo productivo que inicialmente tenía pensado por valor de 1000 euros por que solo cobra 800. Y puesto que el salario ya está fijado, el trabajador tendrá una productividad por debajo del salario, que es de 800.

Con lo que tenemos que, por la fijación del salario por una negociación de información asimétrica (el empresario no tiene información de la productividad real a la hora de fijar el salario, ni tiene información sobre la productividad efectiva), la productividad real dista mucho de la efectiva.

Para el primer factor existen ya periodos de prueba, contratos en prácticas, etc, que permite con un salario menor conocer el trabajador para darle el salario que merece. Pero esto implica un gasto de tiempo que el trabajador tiene que asumir, trabajando por un salario y unas condiciones de risa. Los test o la selección de personal mediante pruebas también inciden en este intento de buscar la productividad potencial, y si están bien hechos pueden dar una idea aproximada, pero es cierto que no mide todas las aptitudes. De todas formas, la contratación es algo que es mejor dejar al libre albedrio del empresario, el mismo con su mecanismo, pero es algo que tiene miga. El efecto de ascenso, el principio de Peter, la productividad real/potencial, son cosas puramente privadas en un contexto empresarial pero que afecta al conjunto de la economía cuando todo sigue patrones similares.

Pero si sigo  me voy del tema.

 

jueves, 16 de diciembre de 2010

Políticas contra los especuladores de deuda



Ayer hablaba sobre una política que podría dar resultado contra todos los especuladores de la deuda pública que se benefician de la desinformación y el poder de mercado, empobreciendo a los países.

Decía de limitar los tipos de interés con una cuota superior, de forma que estos no pudieran subir por encima de un x%. La teoría nos dice que entonces, todos aquellos que nos prestan dinero por un tipo de interés más elevado que el permitido no nos prestarían dinero, y existiría un exceso de demanda de dinero. En cambio yo creo que no, que eso simplemente ajustaría los beneficios potenciales que quieren obtener los que utilizan un riesgo inexistente como excusa para pedir más, en acuerdos implícitos permitidos que denotan el poder de mercado de todo un sector.

Hoy quiero ir más allá. ¿Por qué demonios no le presta directamente el banco central a los estados?

INFLACIÓN! A LAS BARRICADAS. ¡Que llamen a Alemania!

Recuerdo que en clase un tio lo dijo hace un par de años y todo el mundo se le echó encima como si lo que hubiera dicho fuera una sandez, obviamente esa misma mañana habíamos visto los problemas de la hiperinflación y a la gente le gusta repetir las cosas como papagayos. El problema es que el banco central YA está prestando a los estados, solo que mediante unos intermediarios que se llevan toda la panoja.

Esto es como el Carry Trade. Pides prestado en Japón, con unos tipos de interés bajísimos, y lo inviertes en otro país con tipos más altos. Asumes un riesgo irrisorio en el corto plazo y sales ganando. Aquí Japón es el banco central. Y si queremos hacerlo más realista, podríamos ver dos Carry Trade en uno. Los bancos le piden prestado al banco central por x%, y lo prestan a x+1%. Los listos piden al banco por x+1% y lo prestan a los estados por x+5%. Consecuencia, el dinero que el banco central presta por x% acaba en la manos de los estados por x+5%. El flujo es el mismo. Pero uno está bien visto y otro mal.

Pero creo que tenemos que cambiar el juego y dejar atrás ciertos prejuicios. Las ayudas de Europa a los diferentes países no es más que esto, una ayuda coordinada de prestación de dinero a un tipo de interés más racional.

No sé, yo veo opciones que pueden ir matizándose, pero al menos veo que se puede hacer algo contra estos “agentes” de la deuda. El problema es que aquí los únicos que salen perjudicados son centros focalizados como son los países del sur de Europa. Y, ¿a quien le importamos? ¿EEUU? ¿China? La UE nos mantiene para no despertar más dudas sobre un euro en el cual reposan todos. SI tuviéramos la peseta, jaja, para qué…

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Causalidad o efecto?



Llevo tiempo preguntándome sobre si las agencias de Rating como Moodys y todas estas cambian la nota de solvencia por los vaivenes de los mercados de deuda o si estas últimas se mueven por el cambio en la nota de solvencia. Quiero decir, ¿Cuál es la causa y cual el efecto?

Porque teóricamente la agencia de Rating debería hacer sus estudios de valoración y que fueran entonces los agentes individuales los que se basaran en esa nota para pedir más o menos interés, pero me huelo a que la cosa no es tan simple, y que el papel de estas agencias no es más que la de atestiguar una realidad de la que se benefician.

Al principio de la crisis salieron un montón de noticias sobre estas agencias y de cómo se beneficiaban dando una nota de solvencia muy alta a los activos que estos querían vender. No me extraña nada que ahora den una nota muy baja a los activos que quieran comprar. Para que luego nos hablen de “los mercados de deuda” como de individuos en mercados perfectos.

Digo yo, ¿Ha pensado la UE en poner un tope superior de intereses a los mercados de deuda?

La idea no creo que sea tan mala como pueden llegar a pensar muchos. Si el precio no es de equilibrio, es decir, no estamos en economía perfecta, y hay un sobreprecio derivado del poder de mercado (cosa que, obviamente, existe), ¿no sería conveniente ajustarlo con un limite superior?

Sería una forma de decir: ¿De verdad consideras que tiene tanto riesgo la deuda española? Vale, no la compres. Sí vas a pedirme un 5% de intereses prefiero no dártela.

En cambio, si para ellos el interés de equilibrio estuviera, por ejemplo en el 3%, y el sobreprecio del 2% derivara del poder de mercado, seguirían comprándolo al 3% si existiese ese límite, por que para ellos, racionalmente seguiría siendo beneficioso.

 

domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Cuál es el sentido de la política económica?



¿Para que se utiliza la política económica? Porque yo creía que se utilizaba para mejorar la situación fundamental de la economía. Yo creía que se utilizaba para favorecer la inversión, la defensa de los menos favorecidos, la estabilidad del empleo o el crecimiento… pero no. Parece que la política económica es una obra de teatro que sirve únicamente de divertimento a los mercados de deuda.

Ahora Trichet apremia a España para que reforme las pensiones, para apaciguar los mercados. No importa nada el debate sobre la verdadera utilidad de elevar la edad de jubilación, en detrimento del empleo joven y productivo. No importa nada debatir sobre la vida útil en ve de una esperanza de vida manipulada. No importa nada debatir sobre los derechos adquiridos por unos trabajadores que, en muchos casos, llevan trabajando una vida y no van a poder seguir desempeñando su trabajo habitual. No. Y no importa porque, afrontémoslo, los mercados no creen que importe.

Tenemos que buscar nuevas vías de financiación. De igual forma que la sociedad debe depender cada vez menos del petróleo, fuente limitada de energía, la política económica debe erigirse en nuevos sistemas sostenibles de financiación. Sistemas que no dependan del miedo, de la especulación, del poder, o de la mentira para valerse y enriquecerse a costa de los demás.

No podemos seguir dependiendo de los gustos artísticos de unos señores que se divierten viendo sufrir a todo un país. Ya hace mucho tiempo, mucho tiempo y muchos esfuerzos para acallar cientos de bocas hambrientas de dinero, bocas que, a pesar de haberse dado un banquete, adivinen qué, siguen hambrientos.

Parece mentira que, a pesar de haber sufrido una crisis gracias a todas estas bocas hambrientas, se les siga dando de comer a costa de los que día a día, no tienen con qué alimentarse.

De nada sirve quejarse. De nada sirve la política actual. El Partido Popular habría hecho medidas mucho más impopulares, mucho más anticíclicas y mucho más retroactivas. Pero estamos sumidos en un mar de oscuridad informativa. La gente busca la izquierda en cualquier cosa que, visto lo visto, no se encuentra en el PSOE, y el PP, a la chita callando, se está ganando los votos de los que no saben muy bien qué pensar. Falta una izquierda que hable. Una izquierda que los países europeos ya se han comido. Una izquierda que no tiene representación real en los poderes políticos, anclados en la manutención de aquellas bocas que, con el canto de sirena, consiguen justamente lo que quieren.

Vivimos en desiertos de información. Los políticos no escuchan al pueblo. El pueblo no escucha a los políticos (porque estos no hablan, ni se comunican), y toda acción, todo cambio, toda política, se envuelve con el halo de los que ya entendemos como seres fundamentales, los mercados de deuda. Y al mismo tiempo, el atisbo de información libre es rápidamente acallado. Wikileaks es una paradoja andante. Por un lado todos los políticos lo denominan como algo deplorable, un mal encarnado en persona, un acto de terrorismo. Y al mismo tiempo los mismos afirman que, la verdad, es que no revelan nada nuevo. Que toda la información ya se sabía o estaba confirmada, y que el resto, son chascarrillos que no le importan a nadie. Nada tiene sentido.

Todo pierde el sentido cuando la justicia se doblega frente a una política autoritaria, una dictadura encubierta y disfraza de democracia en la que los ciudadanos, convenientemente desinformados meten un papel en una caja de cristal. Todo pierde el sentido cuando la información se prohíbe, se anula y se pena. Cuando la libertad se coarta por le mero beneficio de los que quieren cambiarlo todo, que poco a poco van aprendiendo que no tienen por qué esconderse tanto, puesto que el ciudadano medio sigue impávido en sus pantallas televisivas. Todo pierde el sentido cuando la política que debería velar por los ciudadanos de un país, vela por los que lo empobrecen.

Todo ha perdido ya su sentido.

jueves, 9 de diciembre de 2010

€conomía. El juego de política monetaria.



Hoy me he topado con este “juego” online del banco central monetario. Un juego simple en su ejecución pero complejo en su jugabilidad, con el que puedes perder fácilmente la noción del tiempo y con el que llegas a comprender un poco la dificultad con la que juegan muchas veces los bancos centrales.

Lo primero es lo primero: Aquí está la dirección del juego.

Pero, ¿De qué va el juego?

Simple. Tu controlas los tipos de interés, y tienes que conseguir que la inflación se mantenga estable, en torno al 2%. Y si puedes, por el camino, hacer que baje el paro, o que la economía no se estanque. Tiene 8 años, y por el camino te iras encontrando con crisis y momentos de auge que lo complicarán todo bastante.

La única información de la que dispones es: La inflación en el periodo actual, y los dos trimestres previos y una predicción futura (de la que tu sabrás si te fías o no), la tasa de paro, la tasa de crecimiento de la economía, y la tasa de crecimiento de la masa monetaria. Además dispones de titulares informativos que te dirán más o menos como se encuentra la situación y un gabinete de expertos que te aconsejan (todo en ingles claro, pero tampoco te pierdes nada si no sabes. Los expertos no simplemente te dirán lo que cada uno quiere hacer, unos abogan más por la inflación, otros por que no influye tanto, etc. En definitiva, tendrás que elegir tu).

Al final te dan una puntuación y 4 posibles estrellas. Yo sólo he llegado a conseguir 2, así que seguiremos intentándolo.

¿Es educativo?

Si y no. Lo primero que vas a aprender es que existe un fuerte trade-off entre variables. Es decir, que no se puede todo. Si quieres mantener la inflación a raya, mejor que no mires otros indicadores como el paro o la producción. Pero claro, esto no puede ser, por lo que muchas veces te encontraras en situaciones en las que no sabes que hacer.

Se aprende a ser previsor. Suele ser mejor no cambiar el tipo de interés, o cambiarlo muy poco o de forma progresiva, excepto si hay crisis. Además de que los efectos no son inmediatos. Hagas lo que hagas, habrá que esperar algún periodo en ver sus efectos.

Lo recomiendo encarecidamente, aunque sea solo para echarle un vistazo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

En defensa de la libre competencia laboral.



El hecho de que en Estados Unidos sean más liberales que aquí trae consigo ciertas peculiaridades positivas, y una de ellas es la defensa de la libre competencia. El otro día hablaba del monopolio laboral, y hoy continuo con ello.

Llamamos monopolio a toda aquella situación en la que es únicamente una empresa la que puede proveer el servicio o el bien que se necesita en un mercado. Esto le da un poder tan grande que le permite elevar mucho los precios, ya que no tiene ninguna otra empresa que le pueda “robar” los clientes. Si además estamos en un mercado necesario, es decir, con una demanda inelástica, el sobreprecio puede ser desorbitado.

Hay cuatro formas básicas en las que puede existir un monopolio.

La primera es aquella situación en la que más de una empresa no es rentable. Son empresas que necesitan una capitalización descomunal, y que, a menudo suelen alquilar sus servicios a otras compañías que si pueden competir. Hablamos por ejemplo de todo tipo de infraestructuras públicas como las vías del tren, el cableado de la línea telefónica, etc. Claro que, como además suelen coincidir con servicios públicos (de ahí que se necesita la inmensa capitalización), se suelen hacer empresas publicas (aunque luego la gestión sea privada). Esto se permite, más que nada porque no queda otra.

La segunda, es aquella en la que sólo una empresa es eficiente, o dicho de otro modo, ninguna más puede ser como ella. Es más difícil poner ejemplos, pero piensen en una empresa que sea tan buena y tan competitiva, con unos precios tan bajos que ninguna otra empresa podría plantearse competir con ella. Claro que como ya decimos que para que se de esto los precios tendrían que ser muy bajos, tampoco tiene muchos problemas.

La tercera es aquella derivada de las patentes. Aquí el monopolio no es de la empresa, sino de un producto, o un servicio, o una característica. Este derecho de patentes hay que mantenerlo porque es lo que incentiva a las empresas a innovar.

Y llegamos al cuarto, el monopolio “malo”. Aquel que es monopolio por usar malas artes como poner barreras a la entrada de otras empresas, usar una posición dominante, etc. Y esta es exactamente la que se puede equiparar a la situación de los controladores aéreos.

Los monopolios laborales no son malos de por si, como cuando podríamos hablar de sindicatos especializados. El problema es cuando ellos mismos dominan y utilizan barreras a la competencia para seguir dominando el mercado. Ahí se quebranta la libre competencia. Hay se usa el poder de mercado. Y por tanto, ni como liberal, ni como no-liberal, existe excusa alguna para permitir dicho abuso.

Los controladores han estado años frenando la entrada de nuevos controladores para que exista una sobreoferta de horas que se han de cubrir con horas extra, mucho mejor pagadas. Mientras lloraban de cara al público diciendo que hacían falta más controladores, o que no les dejan negociar. Lo que me fastidia es que el dinero que ya han ganado robándoselo a todos aquellos que, como ellos, estudiaban y estaban preparados para ser controladores sin poder llegar a serlo, se lo quedaran en sus pobres bolsillos de controlador aéreo.

martes, 7 de diciembre de 2010

Cinco definiciones del salario.



El otro día hablaba sobre la desigualdad óptima en los salarios, pero creo que el tema da para rato.

En primer lugar, creo que una vez que te metes en estos temas te das cuenta de que casi todo es mera filosofía económica. El tema de los salarios puede dar mucho debate por que no está del todo claro qué es un salario. Es algo que te mereces, algo que produces, el precio que pones a tu factor trabajo, es una recompensa… Hay muchas formas muy variadas de observar los salarios y cada una tendrá sus peculiaridades en el sistema económico.

Es cierto que, modélicamente, el salario suele ser la productividad del trabajo, es decir, “lo que produces en el sistema” (más o menos). En ese aspecto, el salario sería algo que vendría determinado y justificado por tu trabajo. Es curioso también como desde la óptica de los modelos en épocas de crisis los salarios tendrían que subir (pues aumenta su productividad) y en cambio suelen bajar.

En otros modelos, el salario es un simple “bien” que se intercambia en el mercado, algo con lo que se negocia. Algo que está sujeto a más  fuerzas de las que están a tu control como puede ser la oferta total de trabajadores, la especialización o la necesidad de tu trabajo, etc.

Como recompensa seria pensar en el salario como un factor exógeno que vendría determinado por la empresa. Si pensabais que la segunda opción era la más realista no tiene por qué. Muchas empresas fijan los salarios por convenio, y ahí no tienes nada con lo que debatir. Tu salario viene dado por unas tablas, y da igual las condiciones de mercado o tu productividad. Hagas lo que hagas tu simplemente obtienes lo convenido, una recompensa por los servicios prestados.

Y cuando hablamos de “merecer”, aquí ya nos metemos en terreno difícil de pisar. ¿”Merecer”, por qué? ¿Por tu trabajo, por tu condición de persona, por tu aportación neta, por la necesidad? Estamos en el típico caso del cirujano y el limpiador. Todo el mundo comprende que el cirujano va a cobrar más pero, sea como fuere, el trabajo del que limpia la sala de cirugía es igual de indispensable. Y por esa necesidad indispensable, podemos pensar en la necesidad de un salario mínimo.

Llevamos conviviendo milenios y aun no hemos establecido de manera absoluta cual debe ser y cómo debe ser el salario.  Como si fuera algo secundario, algo de segunda importancia. Quizás es que nadie se quiere mojar, o que es algo de difícil clasificación. Algo poco “teórico”. Pero si que entra dentro de la realidad económica, y con mucha importancia.

En primer lugar para con la desigualdad. ¿Qué igualdad hay que buscar? No es lo mismo penalizar a aquel que cobra mucho porque se lo merece, por que lo produce, que a aquel que cobra mucho porque se lo quita a aquellos que lo producen y se lo merecen. Y también hay un trade-off claro entre las distintas acepciones del salario arriba descritas. Si cada uno cobra lo que produce, entonces es muy posible que se crearan desigualdades que no serian justificables desde el punto de vista meritorio, de necesidad social. Y si dejamos actuar sólo al mercado, el poder de negociación, claro por parte de unos u otros, va a hacer que la balanza se decante por unos u otros sin importar lo que realmente importa, que en cierto modo el salario es una “recompensa” por el sudor de nuestra frente.

Y aun quedaría una quinta forma. El salario como incentivador de actividad económica. De eso que hablé ya bastante en el anterior post. Salario como incentivador de estudios e incentivador de la productividad. Salario como incentivador del crecimiento.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Monopolio laboral y el fallo de la negociación



Nunca se habla del monopolio o el oligopolio laboral, quizás por que en cierto sentido tiene poca diferencia con respecto al empresarial.

Sin embargo, en el futuro creo que nos vamos a encontrar con problemas de estos más a menudo.

¿Cuál es el problema?

La interdependencia de las necesidades de unos y las capacidades de otros hacen obligatorio el que se coopere de una forma u otra para alcanzar algún fin económico.

Además, como existen beneficios derivados de la cooperación, esta se hace casi indispensable en un mundo como el actual, de ahí que se de tanta importancia a las instituciones. El problema es, ¿Cómo cooperamos? O, dicho de otro modo, ¿Cómo repartimos el beneficio de cooperar?

En las negociaciones, uno saca toda su artillería encima de la mesa,  y el ser indispensable para la cooperación es, de momento, la bomba más potente en el arte de encauzar el acuerdo a tu posición.

Cuanto más indispensable eres, más puedes pedir o exigir.

Y esto es como en las empresas, en el caso de que exista un grupo reducido de trabajadores con un alto poder de negociación derivado de su alta especialización, podemos tener problemas si no definimos bien unos límites mínimos en los acuerdos, o si no pasa lo que está pasando ahora.

Es un problema de difícil solución porque, si no quieren, no tenemos una alternativa real con la que sustituir a los controladores que están “enfermos”.

La única arma de la que dispone el gobierno es la de las amenazas, y estas deben ser creíbles (punta básico en teoría de juegos). No solo eso, los controladores se tienen que sentir amenazados por ellas.

Digamos que es una lucha de poderes. El poder que les otorga la especialidad de ser los únicos que pueden desempeñar un trabajo de suma importancia y estar unidos y el poder de las instituciones, militancia incluida.

Sea lo que sea, es un insulto a la cooperación y a los acuerdos.  Un fallo tanto de los controladores como del gobierno que sigue sin estar fino (o lo está demasiado) en esto de las negociaciones.

Pero también era inevitable. Llevamos años viendo como cada uno amenazaba una y otra vez con ser más extremos si no conseguían lo que querían. Sólo era cuestión de tiempo que ambas amenazas se vieran las caras a la vez, para el disgusto de los transeúntes que, sin poder hacer el viaje deseado, se quedan sin ver a sus familias o lugares de destino en este puente de la Constitución.

Así que hemos pasado de una guerra de negociación a una de poderes. Y puede que vaya para largo, o puede que se gane en un par de horas. Aunque es más probable lo primero.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Distribución geográfica del paro.

La economía es dinámica, es decir, evoluciona en el tiempo, pero también es espacial, y hay que tener en cuenta la geografía y el entorno como un factor más.

Cuando analizamos las tasas de paro, uno no puede quedarse con el dato general, y hay que intentar desagregarlo todo lo que se pueda para obtener datos más fiables. Las políticas económicas no pueden ser las mismas si la distribución del paro es igual o desigual, así como la desafección social y la consciencia global de una región no debería verse influida por los efectos de otra.

Sé que mucha gente puede sentirse mal, no es mi propósito, pero la realidad económica es la que es, y con forme nos movemos al sur, el paro aumenta.



En este gráfico he diferenciado por colores a las Comunidades Autónomas según tengan un paro mayor del 20% (la media española), entre un 15% y un 20%, o menos del 15%. Los factores explicativos serán los que sean, no voy a entrar en eso, pero a lo que voy es que no podemos tomar España como un conjunto homogéneo de ciudadanos con una probabilidad de encontrar empleo X, si, en la realidad existen grandes divergencias entre unas zonas u otras.



Aquí he puesto ordenadas las Comunidades Autónomas de mayor a menor tasa de paro (en el 3º trimestre de 2010), para poder ver estas diferencias cuantitativamente.

Los extremos los marcan el País Vasco, con un 10% y Las Canarias con un 28,67%. Casi el triple.

Y, por tanto, la preocupación es doble. ¿Por qué la tasa de Paro es tan alta en el sur? ¿Por qué existen estas diferencias?

 

El uso de la estadística como conveniencia política



Resulta curioso el uso que los diferentes periódicos hacen de la cifra del paro.

Sobre todo me resulta particularmente hilarante el caso de Libertad Dígital, como todos sabemos, el periódico más objetivo de la Red.

Resulta que, en los meses en los que el paro ha bajado, Libertad Digital ponía en su portada los datos sobre el paro desestacionalizado, en los que este subía. Aludiendo a que, de alguna forma, los datos oficiales no daban la realidad económica.

En cambio este mes, en el que el paro oficial sube, y el desestacionalizado baja (en 45.503 personas), obvian el dato y ni siquiera lo mencionan en el artículo. Este uso partidista de las estadísticas me parece propio de, o bien del que no las entiende, o bien del que quiere engañar.

Nada nuevo bajo el sol.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Nuevas medidas económicas de fin de año



Parece ser que Zapatero tiene previstas algunas medidas más de la manga para dar un pequeño giro, bastante marcado, pero que se va demasiado lejos de lo que debería haberse ido.

Aspectos positivos: Baja la tributación de las Pymes, (o un mayor número de ellas tienen derecho a una tributación reducida), bajan los costes y los plazos para crear una empresa, las cuotas a la cámara de comercio no son obligatorias y se privatiza la gestión de algunos aeropuertos.

Es positivo por que incentiva la creación de empresas, o al menos mejora un poco su situación, y porque la gestión privada, siempre que siga estando supervisada por el estado es a veces lo mejor.

En el lado negativo: Se acaban los 426 euros de ayuda a los parados sin cobertura. Creo que 426 euros están por debajo del nivel mínimo de vida deseable, por lo que no le encuentro incentivos perversos (como sería dejar de buscar trabajo para seguir cobrándolos). Muchos de los parados son de larga duración y a haber que encontrarles alternativas, pero ahora, inmersos en la crisis, dejarlos sin 426 euros, me parece un bandazo que no deberían haber cometido.