martes, 30 de noviembre de 2010

España cae en el timo de los mercados.

Hemos caído donde no debíamos caer. Hemos caído en el timo de unos mercados que se quieren seguir beneficiando a nuestra costa.

Nos dijeron: “¡Haced una política restrictiva! ¡Eso aplacará los mercados de deuda!”

Y España, dicho y hecho. Aumenta el IVA, baja el gasto público y recorta ayudas sociales.

Nos dijeron: “¡Tranquilos, los tipos de interés comenzarán a bajar!”

Y España esperó, y la prima de riesgo bajó, situándose aun muy por encima de lo recomendable.

¿Qué dirán ahora? ¿Qué hemos subido poco el IVA? ¿Qué hemos recortado poco el gasto público y social? ¿O que los mercados siguen siendo, como lo han sido siempre, algo incontrolable y oligopolistico en donde quienes tienen el poder lo usan indiscriminadamente para joder al contrario?

Por el amor de Dios. Si tenemos una deuda pública que es más pequeña que en los grandes países.

El uso de la economía autocumplida. EL timo de las expectativas irracionales. Te cobro más porque creo que tienes poco dinero. Te robo más por que creo que tienes poco dinero. Te dejo sin dinero. “¿Lo ves? Si es que tenias poco dinero, por eso te lo he robado”.

Y mientras la gente lo llama “lógica”, España cae sin solución.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Desigualdad óptima



Cuando uno tiene como objetivo la búsqueda de la igualdad, tiene que pararse a pensar qué es lo que realmente está queriendo decir. Igualdad de capacidades, de libertad, de oportunidades, de salarios…

El problema de todo esto es que, por mucho que filosóficamente hablando podamos interpretar como óptima la búsqueda de un cierto tipo de igualdad, la forma de medirla y buscarla políticamente debe hacerse en base a indicadores generales, para lo cual se usa, casi siempre, los salarios.

Pero claro, a pesar de que podemos entender que la desigualdad en la distribución de la renta es un mal, la pura igualdad tampoco es algo deseable, por los incentivos perversos que lleva asociados. En que momento aumentar la igualdad puede pasar de ser algo positivo a algo negativo. ¿Qué es buscar la igualdad?

Creo que fue en el concilio de Trento donde se debatió si ser rico era pecado. La cosa no es sencilla, y la solución que pusieron para mi fue satisfactoria. Ser rico no era pecado si no lo hacías perjudicando a otros. O dicho de otro modo, ser rico es pecado si para ello, tienes que empobrecer directamente a otros. Hay muchos casos en los que sí, magnates, señores de la guerra, etc. Otros en los que no, emprendedores, gente con suerte, especialistas, deportistas de élite…

Pero, ¿por qué es preferible cierta desigualdad?


De igual forma, podemos decir que la desigualdad no es “pecado” o no es indeseable, si tiene unos fundamentos razonables, es decir, si está justificada.

Por ejemplo, a pesar de pensar que toda persona tiene que tener un mínimo y que su trabajo es incomparable para con otros, se acepta el hecho de que trabajos que necesiten de un esfuerzo extra para la especialización, merecen un salario mayor, que incentive por si mismo el largo proceso de especialización necesaria.

Está estudiado, por ejemplo, que en media, un año más de estudios corresponde a un 8% más de salario. Y es muy importante que estas desigualdades se mantengan, no muy altas, pero tampoco muy bajas. Como siempre, en el punto medio. Para no crear unas desigualdades injustas ni socialmente deseables para el conjunto, en el que todos somos necesarios, pero tampoco para desincentivar el esfuerzo (muchas veces muy duro) que supone algunos caminos por lo que la sociedad en conjunto también avanza.

El ministro de educación, Ángel Gabilondo, lo digo el jueves en una apertura de una serie de conferencias: Lo que hay que hacer para mejorar la educación es incentivar a los alumnos, que se sientan responsables del futuro de su sociedad, que se sientan capaces de conseguir, no solo ser útiles para la sociedad, sino para si mismos.

En este punto, creo que los salarios juegan un papel importante, así como la seguridad en el empleo. Muchas veces factores vistos como consecuencias del estado económico, que dependen del nivel general educativo previo y la situación económica, pero que, a mi entender, también tienen un efecto muy importante en el devenir de la sociedad del futuro.

¿Cuántos chavales han dejado los estudios por un salario muy alto en el sector de la construcción? ¿Cuántos estudiantes se van a hacer oposiciones porque el empleo privado está “cada vez peor”?

Y ese es el problema de España. Que la desigualdad existente no está fundamentada, sino que prevalece por otras cuestiones que en general pueden acercase mucho a lo que antes considerábamos como “pecado”.

Y así no hay manera de avanzar.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El nuevo índice del desarrollo humano, IDH.



La ONU hace tiempo que tiene puesta su mirada en algo más que la producción para hacer un ranking sobre el desarrollo de los países. Sin embargo no han sido pocas las críticas que han surgido a la forma de realizar estos índices, por lo que la propia ONU quiso que los académicos mandasen propuestas que mejorasen la elaboración de estos índices. Esta mañana nos han presentado una de las alternativas que le mandaron a la ONU, y un primer vistazo a lo que acabará siendo.

Crítica.


El índice IDH se hace mediante tres indicadores. Esto ya es de por si algo criticable puesto que deben ser indicadores que muestren realmente la situación y el desarrollo de los países, aunque en general, se acepta la sanidad, la educación, y el bienestar material (PIB per cápita) como la base de la que partir.

En primer lugar, se crítica el hecho de que el IDH se forma como la media aritmética de los tres indicadores, de forma que se asume que son sustituibles, es decir, que poco importa que alguien tenga muy bien la sanidad y mal la educación comparándolo con otro que tenga muy bien la educación y mal la sanidad.

En segundo lugar, las variables adoptaban muestras que, si bien para la comparación entre países desarrollados y poco desarrollados están bien claras, a la hora de poder comparar entre países afines, las diferencias eran tan escasas que tener una posición en el ranking era poco menos que, aleatorio.

Por ejemplo, a la hora de evaluar la educación, el indicador es una media ponderada entre el índice de alfabetización (2/3 partes), y el índice de matriculados (1/3 parte, con datos curiosos con países con más del 100% de índice de matriculación, con estudiantes que estaban matriculados en varios sitios a la vez). De poco sirve comparar el nivel de alfabetización entre España y Francia, por ejemplo, ya que van a ser tan iguales que las diferencias pueden ser atribuibles a la estadística u otros motivos que no tienen nada que ver con el esfuerzo educativo.

A la hora de evaluar la sanidad, se toma la esperanza de vida al nacer. Otra variable que entre países ya desarrollados no tiene una repercusión grande y no tiene en cuenta, por ejemplo, la densidad demográfica.

En cuanto al bienestar material, este se tomaba como el logaritmo del PIB per cápita, lo cual hace un sesgo que resta importancia a las rentas más altas. De nuevo, no alude para nada a la distribución de la renta, uno de los factores más importantes a la hora de observar el desarrollo de una sociedad o, al menos, su situación social.

Otra de las críticas era la del marco y los límites de los índices. Por ejemplo, se tomaba como límite inferior los 100 dólares como PIB per cápita, por lo que todo lo que estuviera por debajo se queda como 100, y el límite era de 40.000 dólares, por lo que todo lo que esté por encima se queda como 40.000 ofreciendo más limitaciones importantes a la hora de analizar la realidad estadística. Lo conveniente es no coger límite inferior (cogerlo valor 0) y que el límite superior (pues se necesita uno para hacer lo índices, ya que un valor tiene que tener el valor máximo 100%), se cree a partir del máximo recogido por los datos.

Propuesta


La propuesta parte de hacer un cambio metodológico en la obtención de los diferentes índices y en la creación después del IDH, adecuándolo a la comparación entre países desarrollados, para que est, además de ser ordinal (es decir, en ranking), pueda ser más comparativa o cardinal (es decir, poder decir cuanto mejor está un país con respecto a otro).

Se mantienen los tres elementos principales. La sanidad se toma como la vida potencial, que es la esperanza de vida de una persona media escogida al azar. Poblaciones con un gran porcentaje de ancianos tendrán una vida potencial menor que un país con más jóvenes. Es decir, se tiene en cuenta aspectos demográficos más que la esperanza de vida como tal. Con este índice, España bajaría tres puestos, Japón 15 (tiene una población muy anciana), Italia 13, y países como Irlanda o Estados Unidos subirían entre 12 y 14 puestos. Como vemos, cambios reseñables.

Sin embargo, esta propuesta no ha sido aceptada por la ONU, y por lo que sé, seguirán optando por la esperanza de vida al nacer como indicador de salud.

En cuanto a educación, la propuesta era la de analizar el número de años que se estudian a partir de los 15 años. En primer lugar, no se toma toda la vida educativa por que hay países que empiezan antes que otros y, sobre todo, para que el grueso tomado en cuenta sea el de la educación no obligatoria. EN el caso de España, por ejemplo, la media es de 5,4 años (es decir, que se estudia hasta los 20 años y medio), mientras que la media de la OCDE era de 6,9 años. España, muy perjudicada por este hecho, bajaría unos 15 puestos. Como vemos, son estadísticas más sensibles y que, por tanto, dan una muestra más realista.

En particular, la ONU ha hecho algo parecido, sólo que ha cogido todos los años de vida educativa, a pesar de que no es lo más conveniente.

En cuanto al bienestar material, el cambio es bastante importante. Primero se calcula la renta igualitaria equivalente, aquella cantidad de renta que

igualmente distribuida produciría el mismo bienestar que la renta efectiva. Se calcula la diferencia entre el PIB per cápita y esta y se utiliza para ponderar la renta per cápita. De esta forma, países con menos desigualdad se verán menos perjudicados que países con una gran desigualdad, manteniendo como indicador principal la renta per cápita.

En este caso la ONU ha aceptado la propuesta como de gran importancia, utilizando el índice de Gini.

Por último, para realizar el IDH, en vez de hacer la media aritmética (sumar las tres y dividir por tres), se hace la media geométrica (la multiplicación de todos los indicadores elevados a un tercio). Lo que hace la media geométrica es algo parecido a la aritmética, pero penaliza el hecho de que los indicadores sean muy diferentes entre si. Es decir, para mejorar el indicador es conveniente hacerlo en los tres indicadores con los que se realiza, y no solo en uno.

Con este tipo de IDH, España bajaría seis puestos.

Obviamente, este tipo de indicador se puede mejorar, y a veces puede resultar mucho más conveniente echar un vistazo a los índices base, la totalidad existente sobre educación, sanidad, distribución de la renta, etc. Pero como agregado, al menos se ha mejorado la forma de realizarlo, y por tanto, su nivel de realismo.

Ahora eso sí, cuando en los próximos días salga el nuevo ranking de IDH, que nadie se crea que España ha bajado 6 puestos de golpe, es simplemente un cambio metodológico. Veremos en cuantos sitios omiten esto.

 

jueves, 25 de noviembre de 2010

Las dos ramas microeconómicas



En cualquier rama de la ciencia económica, hay muchas sub-ramas, muchas escapatorias para intentar estudiar la economía desde el mismo punto de vista, en este caso el microeconómico.

Cuando hablamos de un punto de vista microeconómico, nos referimos al estudio del comportamiento de los consumidores y las empresas, sus relaciones en el mercado y las consecuencias de estas relaciones, en un contexto estático, dinámico, axiomático, de política normativa o positiva, etc. Hay muchas posibilidades.

Aun así, hay dos grandes ramas de la microeconomía, muy diferentes entre si, que parten de conceptos similares pero con un desarrollo, a mi juicio, totalmente diferente.

En primer lugar tenemos lo que se denomina, “economía industrial”. Que incide más en el comportamiento estratégico de las empresas y la interdependencia estratégica que se crea entre ellas, es decir, el hecho de que lo que haga una empresa afecta a las demás.

En su base están los conceptos de poder de mercado, fallos de mercado, diferenciación de producto, modelos de publicidad, aplicación teórica del estado, etc. Partiendo de conceptos reales y evidencias empíricas en la vida real sobre la competencia de las empresas en diferentes sectores y como afecta eso al consumidor (vía precio, demanda, y calidad del producto), se modeliza el comportamiento y se estudia.

En segundo lugar, nos encontramos con lo que se puede llamar “economía del bienestar”. Que intenta axiomatizar el comportamiento del consumidor, haciendo basarse en conceptos puramente racionales, para llegar a crear abstracciones sobre las relaciones entre los mismos en el mercado. Basándose en el principio de Pareto, el cual no dice absolutamente nada sobre comparaciones que ofrezcan alguna posibilidad de debate, esta rama intenta buscar alternativas y vías de escape para hacer comparaciones que permita expresar de un modo u otro que, en definitiva, la economía es perfecta.

En su base, el consumidor es un conjunto de principios básicos del cual se dictamina su comportamiento. Tiene la capacidad de conocer toda la información sobre todos los productos y de hacer comparaciones entre los mismos y, en general, todos los agentes son precio aceptantes, es decir, nadie incide en el precio.

Cuando hablo de las bases, me refiero a lo más básico. Ambas ramas pueden complicarse mucho más, añadiendo factores cada vez más complejos, pero yo no puedo obviar el hecho de que una rama comienza desde un punto de partida realista (que intenta hacerse más realista cada vez), y la otra parte de una matematización irreal, que necesita de más matematización para hacerse hueco en la realidad.

A parte de que sus conclusiones, y su utilidad para la política económica es muy diferente.

Lo he estado buscando, pero no lo he encontrado. Alguien dijo “somos hijos de nuestro tiempo”, y quizás sea eso lo que en mi mente ha creado un halo de diferencia sobre dos ramas que me parecen antítesis procedimentales. Lo acepto y lo acato, ninguna es mejor que la otra. Pero si me dan elegir, prefiero la economía industrial.

Librinos: Una nueva forma del libro convencional.



Librinos. La idea es buena, no es nueva claro, ya que se llevan vendiendo ya años en países como Holanda (allí llamados “Dwarsligger”), pero han empezado con mal pie, a mi parecer, en una competición en la que les va costar ganar terreno.

Han cometido dos grandes errores, a mi juicio, en la puesta en marcha de la venta del nuevo producto.

En primer lugar, el catálogo. Más que comprar un “librino”, lo que la gente quiere es comprar un libro. No puedes comenzar a intentar vender un nuevo soporte si el contenido no es atractivo. Y, para mi gusto, no lo es.

Sólo hay cinco libros, todos best-sellers de la propia editorial, ni muy nuevos, ni muy buenos. No hay ninguno que destaque ni pueda llegar a ser un tirón, y no digo que sean malos, claro, pero no lo que debería haber sido para una puesta en marcha desde cero en donde la gente tiene que sentirse atraída por lo desconocido, desde la seguridad de algo que ya de por si le gusta, como puede ser la novela.

En segundo lugar, el precio. El precio tendría que ser otra característica más. “Cabe en tu bolsillo, se ajusta a tu bolsillo” podría haber sido un buen eslogan pero por 10 euros la cosa se pone difícil.

En este tema nos han timado a base de bien. Yo sólo compro libros de bolsillo, y recuerdo que hace sólo unos pocos años, muchos valían entre 6 y 7 euros. De golpe y porrazo todos subieron a, 10 euros (las editoriales claro, no son tantas como los libros, y son ellas las que toman las decisiones). Estos librinos tenían la oportunidad de situarse en un escalón por encima de los libros de bolsillo tradicionales bajando el precio medio de estos. Pero, de nuevo, no lo han aprovechado.

Así que, de una persona que estaba casi seguro de comprar un librino aunque sólo fuera por tener uno en mis manos, una persona menos que no lo va a hacer, por un catálogo desastroso y un precio que no aporta nada diferente. Y es una pena.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Las malas decisiones de Irlanda.



Irlanda se equivoca, pero los únicos que hablan le dictan el camino.

Hay muchas maneras de hacer un ajuste fiscal. Muchas maneras de llegar a acuerdos para lo que simplemente es una cuenta de suma y resta, ingresar más de lo que se gasta.

Creo que lo que estamos viviendo ya es de chiste. Pues Irlanda no solo va a intentar frenar la economía con un ajuste fiscal muy severo, sino que encima está jugando a bajar sueldos forzándolos en el sector privado con una bajada del salario mínimo. ¿Sabrá acaso que eso repercute en una menor recaudación del IRPF? ¿Sabrá acaso que eso repercute en un menor consumo y, por tanto, en menor recaudación por IVA?

Nos hemos vuelto locos.

Yo creo que esto es lo que muchas estaban estando esperando para comenzar ajustes severos sin ton ni son pero que parezcan de algún modo, justificables. “Es que nos tienen que bajar el salario mínimo, si no nos vamos a pique”. Y una mierda. Una cosa es que los salarios en general tengan que bajar porque en estos momentos no se está generando lo que debería para pagarlos, para llevar a cabo una devaluación de la moneda de la única forma que se puede hacer, es decir, crear inflación controlada para restar intereses, potenciar la industria, etc, y otra cosa es dejar que el efecto se cebe más con los que menos tienen.

La subida del IVA es, de nuevo, algo que no se debería hacer. Aquí los hemos hecho y mal hecho. Justificándonos en que Europa lo tiene más elevado (y es cierto, por supuesto), lo hemos utilizado como arma en un momento en el que el consumo era lo más necesario para impulsar la demanda agregada (la cual ha bajado este trimestre). La experiencia de Japón ya la hemos olvidado. ¿De que sirve la historia económica? De nada. Marx ya decía que la historia no es más que la lucha de clases, y sigue siéndolo, y por lo tanto, esta se va a seguir repitiendo, en el tiempo y en el espacio.

martes, 23 de noviembre de 2010

Estadísticas del CIS.

El CIS ha publicado un conjunto de estadísticas sobre opinión pública y fiscal.

Hay muchas preguntas, algunas de ellas muy curiosas, derivadas, sobre todo, por el efecto que conduce el hecho de no representarse personalmente en el conjunto de la manera que debería.

En concreto voy a poner dos gráficas muy generales de las estadísticas.

Primero, la distribución de la población según tu ideología política sea más de izquierdas o más de derechas.

La verdad es que en este caso, la media tira bastante para el lado de la izquierda. Un 29,6 se declara más o menos neutral, mientras un 32,9 se declara más de izquierdas y un 13,4 de derechas. Esto denota la importancia de las diferentes actuaciones de los gobiernos que necesitan ganarse el centro.

El segundo gráfico muestra como se ve la gente en relación a su situación económica.

Es curioso como el 0% se declara muy rica, a pesar de que, según la encuesta, el 16% de los encuestados eran de clase alta. Casi el 50% se declara de clase media.

El mejor estudio que se podría hacer sería comparando estos datos con respecto a los de otros años, pero eso para otro día.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Europa vuelve a necesitar el uso de la solidaridad monetaria.



Cuando Grecia comenzó a ser el problema gordo de Europa, los europeos mirábamos incrédulos la situación sin saber muy bien si esto tendría solución y si, de existir, llegaría antes de que el oleaje reventase también la fiscalidad española, o la europea en su conjunto.

Cuando todo parecía solucionado, Irlanda, que lleva con problemas gordos desde el comienzo de la crisis, avisa, y Europa, que parece que ya ha aprendido, acude al rescate.

¿Por qué se necesitan ayudas?

Irlanda, al igual que España, tenía una burbuja inmobiliaria que aumentó mucho más los efectos nocivos de la crisis internacional. Y, al igual que los países mediterráneos, con menos credibilidad en esto de buscar fondos monetarios que financien el gasto público, ha padecido el mal de los altos intereses durante mucho tiempo.

El Estado tiene una capacidad mucho más grande que una empresa media en esto del endeudamiento, sobre todo por que nadie duda de que dentro de 200 años seguirá existiendo. Pero deberíamos haber aprendido ya que las “deudas externas” son perjudiciales a nivel global.

Con esto en mente, los intereses que se pueden llegar a pedir son tan altos que los estados entren directamente en un límite del que creen no poder subir. Sobre todo por la retroalimentación económica. Si la prima de riesgo sube, eso les está indicando a los que dan deuda de que es un país poco seguro, lo cual hará incrementarse aun más la prima de riesgo. Solo un efecto tajante puede cortar la dinámica. España, haciendo caso a Europa y siguiendo sus directrices, ha conseguido frenar el drenaje. Irlanda no.

Así que, finalmente, Europa decide ayudar a Irlanda. ¿Cómo? Simple, dándole la financiación que necesita con intereses, pero con uno mucho menores a los que el mercado, en condiciones normales, le daría. Aunque no todo es gratis, se deberá adscribir a un programa de restricción presupuestaria duro y que, a mi entender, lastrará aun más la recuperación económica.

Cuando digo que Europa ya ha aprendido no es por la ayuda en si misma. El mecanismo debería haber estado ya preparado para Grecia hace mucho tiempo, y no debemos olvidarnos de lo que es. Sí, es una ayuda, pero tiene intereses. Y sí, tiene intereses, pero menores a los de mercado. Es, sobre todo, una seguridad para Irlanda, y un freno que levanta grandes expectativas positivas en los mercados. El contagio que ha forzado a parte de nuestra deuda y nuestra bolsa a ir hacia abajo puede, a partir de mañana, volver a su cauce normal y positivo. Y lo que es de agradecer es que el drama se lo coman solo los irlandeses.

Europa debe dar muestras de confianza, de seguridad, de planes. En Grecia se hizo todo fatal. Se dilató en el tiempo una ayuda que estaba claro que tenía que llegar, había mensajes contrarios entre países y la situación griega (que había mentido en sus propias cuentas), no ayudaba. Con Irlanda parece que la cosa ha cambiado. La ayuda ya no se vende como un escandalo, sino como un colchón. Y los únicos que van a sufrir el reajuste serán los que, a partir del año que viene, comenzarán a sufrir lo que el gobierno de España ya comenzó con dureza.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Análisis económico del tercer trimestre de 2010



Hace casi ya tres meses desde que empezamos el blog y ya han salido los nuevos datos trimestrales de la economía Española, referentes al tercer trimestre (Julio, Agosto y Septiembre), que vamos a ir analizando poco a poco.

Los datos están estacionalizados, por lo que no debería afectar el hecho de que estos meses corresponden a verano, en donde la actividad es menor. En cambio, si que va a afectar el comienzo de la restricción en el gasto público y, además, aunque veremos tasas de crecimiento positivas, en muchos casos se están normalizando con respecto al crecimiento anterior, lo cual puede dar una visión más negativa de la que ya teníamos en el segundo trimestre, pero que habrá que matizar. Los gráficos son de elaboración propia, y si pinchan en ellos se ven mucho mejor.


  • PIB a precios de mercado






Como siempre, empezamos por el PIB a precios de mercado, en valores absolutos.

Y el dato es de estancamiento total. La producción realizada en el segundo trimestre, aproximadamente, la misma que en el tercer trimestre (en datos reales, es menor, pero ya hemos dichos que hay que descontar el efecto verano).  Nos encontramos mejor que hace un año, pero igual que hace tres meses. ¿Y esto es bueno? Es un problema, porque puede desatar una general desconfianza en la evolución, y las expectativas pueden ir de nuevo a la baja (hay incluso quien piensa que podemos estar en una crisis de tipo W, es decir, que toca de nuevo caer), pero yo lo veo algo infundado. La teoría económica nos dice que si hacemos una fuerte restricción presupuestaria el PIB va a caer, y siendo que se ha mantenido, creo conveniente decir que, sin ser un dato positivo, no estamos tan mal como podamos pensar.


  • Demanda interna y externa






Este si que es un dato negativo, pues aquí si podemos empezar a ver la llamada W, en una divergencia que era bastante difícil de prever gráficamente. La demanda nacional ha bajado, y es la exterior la que nos ha ayudado a crecer los poco que hemos crecido este trimestre.

Nos empezamos a encontrar como Japón, al menos en la parte de la demanda, estancada y dependiente del exterior, con la salvedad de que no se nos da tan bien exportar como a ellos.

Las familias están endeudadas, y aunque lo peor de la crisis ya ha pasado, los bolsillos siguen están igual de vacíos o más, ya que con el tiempo, poco a poco todo desaparece. El numero de parados no decrece, sino que sigue aumentando, poco a poco en estos últimos trimestres, y el único sustento es el paro que reciben.

Por otro lado, las economías europeas del norte ya pueden decir que han salido de la crisis (lo cual no quiere decir que estén perfectamente, pero sí sin los problemas que hoy nos azuzan al desastre). Y aunque exportamos cada vez menos (como ya he dicho, no somos una potencia exportadora, importamos también mucho menos).


  • Consumo






En primer lugar podemos ver el estancamiento del consumo de las administraciones públicas. Ha sido está perdida del impulso de forma continuada lo que, en buena parte, ha podido recrudecer los datos. Lo hemos comentado muchas veces, y es que en periodos recesivos la única fuerza que contrarresta los incentivos privados de decrecimiento es el impulso constante del gasto publico, que se ha frenado por directrices europeas, al margen de su conveniencia. También es lo que quería el PP, bueno pues aquí lo tienen, creo que el déficit iba a batir un record de caída, a ver si es verdad por lo menos.

El dato del consumo de los hogares no es del todo malo de por si. Si bien es un dato peor que el del 2º trimestre, no debemos olvidarnos de que el crecimiento no es infinito, y a pesar de que la tendencia podía pronosticar (visualmente) un crecimiento de 5%, la realidad es que la mejora será muy paulatina. Es decir, tenemos que esperar que en estos trimestres posteriores a la crisis, el crecimiento se encuentre en torno al 2%. Poco más o poco menos influye mucho en el devenir de las expectativas de las empresas, pero poco en el del consumo. El tan esperado efecto del IVA puede verse, aunque no compararse, pues casi todos los datos han tenido un pequeño retroceso este trimestre, y no ha sido todo por el impuesto. En resumen, no es un cambio de tendencia, sino una situación normalizada afectada porque, mientras el empleo y la renta no mejore, el consumo no puede mejorar.


  • Inversión






Aquí está el problema, y puede ser grave.

Hay cuatro cosas a destacar, en primer lugar, que otras inversiones van camino de tomar números positivos, con una tendencia similar aunque tardía de la inversión en bienes de equipo.

Por otro lado, tanto la rúbrica de la inversión agregada (FBK), como la construcción se mantienen estancadas en negativo.

La construcción sigue es un encefalograma totalmente plano del que no va a salir. Es totalmente horizontal y se mantiene en el -11,5 aproximadamente, trimestre a trimestre. El sector de la construcción, sigue como sigue. Y da igual que los agencias nos intentan vender la moto con que el precio va a subir, o que la compraventa está mejor. La realidad es que no se construyen nuevos pisos, y no se va a hacer en bastante tiempo. La realidad es que la senda de crecimiento debería haber tomado valores mucho más negativos (una senda del mismo tipo que todas las demás con su pico hacía bajo), y si no lo ha hecho es por que el sector está muy influenciado. El problema es que mientras no aceptemos que esto no se arregla dejándolo estar, sino que se tiene que ajustar, el crecimiento seguirá siendo negativo, y la evolución totalmente plana, y la economía no podrá volver a una senda estable de crecimiento mientras se siga reforzando de este sector.

Y el dato más negativo es el de la inversión en bienes de equipo, asociada a la inversión que da sus frutos en el futuro, que decrece con fuerza, aunque se mantiene en términos positivos. Las expectativas de las empresas han bajado, o por lo menos su esfuerzo inversor. Es muy posible que estén esperando a ver como evoluciona tras este tercer cuatrimestre el sector del empleo. No podemos olvidar de que las empresas necesitan también el factor trabajo, y una sobreinversión en capital no es positiva de por sí, sino que debe significar un aumento de la productividad de los trabajadores que, de momento, se mantienen alejados del empleo.


  • Producción por sectores






La agricultura sigue su peculiar descenso, con una evolución contraría al resto de sectores, pero con un efecto ínfimo en el conjunto. La energía se ha despegado alcanzando casi el 5% y la industria y los servicios se mantienen en un crecimiento bajo, pero positivo.

La recuperación por tanto se lentifica, pero se mantienen. EL sector de la construcción en cambio sigue la estela ya observada por la inversión, con una producción cada vez menor. Definitivamente, si algo tiene que pasar, es que los precios tienen que bajar, pues hay un exceso de oferta bestial.


  • Entonces… ¿Cómo está el país?




Creo que este es de los trimestres que más puede costar decir algo. La evolución sigue una senda que se recrudece, por dos motivos principales, que la situación laboral y el sector de la construcción siguen estando igual o peor que al principio de la crisis, y que el sector público ha decidido dejar de empujar. Con estos dos principios uno podría esperar una evolución desastrosa, pero lo cierto es que tampoco ha sido así. Bien sea por la ayuda del exterior, porque el consumo no ha bajado tanto o porque a pesar de todo seguimos invirtiendo, la economía va lentamente, reestructurándose a si misma.

En este caso no podemos observar solamente a los datos agregados como he hecho yo, sino a los cambios que se estén realizando por dentro.

El problema, característico de nuestra crisis, es el empleo. Y para mejorar necesita inversiones y expectativas positivas por parte de las empresas, que vean en la demanda futura un mercado del que sacar beneficios. Estos datos no alientan mucho dicha mejora, pero si la mantiene a la espera.

Personalmente, creo que el gobierno debería haber esperado al menos a que la demanda nacional alcanzara datos positivos antes de dejar de impulsarla. Pero de estos mucho se ha hablado ya.

  • Enlaces


Análisis económico del segundo trimestre de 2010

Ine.es (datos utilizados)

martes, 16 de noviembre de 2010

Y tras acabar la licenciatura, ¿qué?



Han pasado ya unos meses desde que acabamos la licenciatura y uno puede hacer una perspectiva general de la situación viendo donde ha ido acabando cada uno. La cosa está muy jodida, y no sólo por la crisis, que lo agrava todo, sino por la situación estructural que hemos ido gestando (la cual agrava aun más la crisis, todo se relaciona).

Mi caso particular, puedo decir, es el más positivo de los cuatro que voy a comentar (todos licenciados en economía). Fuimos varios los que, tras acabar, continuamos los estudios de posgrado en un master de la misma universidad, un master algo más trabajoso pero mucho más barato que la media y con perspectivas futuras muy abiertas, que van desde el doctorado hasta cualquier ámbito profesional (de la economía, claro). No me puedo quejar.

El problema viene con los otros caminos.

Otra gran parte de los licenciados prefirieron dedicarse a estudiar para presentarse a futuras oposiciones. El caso que conozco, se ha pegado unas diez horas estudiando todos los días.

Cuenta mucho el factor psicológico, pero la crisis ha afectado mucho en este aspecto. En primer lugar, no hay unas perspectivas muy grandes de que en un futuro cercano haya muchas plazas, la competencia no sólo es muy feroz, sino desconocida. No sabes cuando competirás.

Como una carrera de fondo donde no sabes cuando podrás terminar, o siquiera si hay una meta.

El temario es puramente memorístico, llegando a desesperar a los que como yo ni nos lo planteamos por dicha razón. Finalmente, ha dejado la academia donde le guiaban en el proceso de estudio y se ha metido en el mismo master que hago yo.

El tercer caso es el de otra persona que tambien ha decidido continuar sus estudios con un postgrado. Un master que, por el precio, tiene regalo. Trabaja por las mañanas en un banco que le paga el master. Ocho horas no “remuneradas” (realmente si lo están, en especie) por la mañana, y cuatro del master por la tarde. Sus primeros comentarios han sido muy negativos, aludiendo a que realmente no le enseñan nada de provecho y que está bastante cansada de la situación. Mientras está buscando trabajo en otros sitios para poder dejar lo que está haciendo y cobrar dinero.

El cuarto es aun más frio. Tras buscar empleo y no encontrar, está cursando un cursillo del Inem. Sin buenas perspectivas de encontrar empleo en un futuro.

Por un lado, unas oposiciones sin meta, que se llevan un gran porcentaje de gente. Gente que dedica muchos años en estudiar y que, por pura estadística, no va a encontrar plaza. Estamos dedicando un gran esfuerzo de estudio para absolutamente nada. Tochos y tochos de libros que se meten en la cabeza para desempeñar un trabajo que en muchos casos es mecánico, y en otros no llega a realizarse. Estamos, por tanto, desperdiciando tiempo y dinero.

Por otro lado, padecemos la llamada “titulitis” y es que todos nos creemos, (y es así) que hoy en dia sin Master ya casi no eres nada (obviamente, con los grados esto es así al 100%). Lo cual nos lleva a seguir estudiando para poder poner en el curriculum más títulos, pero con un aumento del aprendizaje casi nulo.

Por que da igual que nosotros valoremos los títulos, o las empresas. Lo que importa es la productividad real final, y en muchos casos, los masters no sirven para eso. Son meros procesos de estudio, no de aprendizaje, que se ganan una buena pasta en generalidades.

Finalmente, el empleo está mal. No sólo porque sea precario, sino por que no hay un respeto al trabajador.

Creo que todos somos conscientes de que vamos a empezar cobrando poco y trabajando mucho. Y todos estaríamos dispuestos a pasar por el aro si supiéramos que es un mero trámite, un proceso natural. Pero vivimos en una época donde, bajo la experiencia de la realidad, cobrar mal y trabajar mucho, pudiendo ser despedido en cualquier momento, es una situación que repercute no sólo en los primeros años. No hay ganas, por tanto, de mejorar, porque tampoco nos dejan.

Estamos desperdiciando nuestros mejores años de formación. Pero aquí solo se habla en términos monetarios, de aumentar el I+D, etc. Nadie hace nada realmente por cambiar la situación, y si no lo hacemos, países como Alemania se seguirán riendo de nosotros.

jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Habemus crecimiento?



Ya ha salido el dato del INE, que confirma el ya previsto por el Banco de España. El crecimiento en el 3º trimestre en términos interanuales será del 0,2%.

El dato en si mismo es algo positivo pero encierra dos matices que lo convierten en una noticia difícil de sopesar hasta que tengamos los datos concretos.

 

En primer lugar, el crecimiento intertrimestral ha sido nulo. Y aunque la comparación deba hacerse en términos interanuales, podemos ver que la evolución directa o continua de la producción puede tener un movimiento incluso depresivo. El 0,2 sólo puede estar indicando que el 3º trimestre del año anterior fue excepcionalmente malo, y este, siendo menos malo, comparativamente es mejor, lo cual no quita que siga siendo malo.

 

Por otro orden de cosas, matizan en la información, aunque no la concretan, que la demanda interna ha crecido menos que en trimestres anteriores. Es decir, que el dato positivo ha venido dado por el exterior.

En cualquier caso, la tendencia sigue siendo la del crecimiento, y yo no temería una crisis en W, como algunos estan pronosticando. El crecimiento es inevitable, ya sea por ayudas externas o el interior, el problema es el tipo de crecimiento.

Japón esta creciendo, pero solo por las exportaciones que compra China. O reestructuramos nuestra producción interna o tendremos estancamiento para rato.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Niño Becerra recula un año, tiene que vender más libros.

Tras vender el crash del año 2010 y ver que no ha sido tal, Niño Becerra se prepara para comenzar una nueva epopeya, el crash del año 2011. Supongo que hará una revisión de todos los fallos cometidos para luego explicar por que será en 2011 cuando la economía se vaya a pique.

Pero esta vez voy a ser yo el que haga de pronosticador: En 2012 hará lo mismo, y entonces tendrá a los mayas de su parte.

Recomiendo el artículo de ElPais.

PD: Me fastidia compartir la ciencia económica con catastrofistas que la utilizan como su putita para vender libros.

Compraventa de viviendas.



Hoy se ha publicado las nuevas estadísticas sobre la compraventa de viviendas, ya hasta agosto.

En este mes en concreto han bajado pero lo que importa es la tendencia general, en la que podemos ver que, tras el bajón que pego hasta mediados de 2009, la cantidad ha ido aumentando paulatinamente, muy poco a poco.



La serie 1 (en azul) es la compraventa de vivienda nueva y la serie 2 (en rojo) es la compraventa de vivienda usada.

Esto puede ser utilizado por algunos como el indicador de que los precios van a volver a subir, aludiendo a que un aumento de la demanda e lo que conlleva, pero nada más lejos de la realidad. Lo que teníamos antes eran unos precios a los que la demanda era muy inferior a la oferta, es decir, tenemos un gran exceso de oferta. Lo cual significa que debe existir un periodo de transición en el que los precios deben bajar, y es por esta bajada en los precios por lo que poco a poco aumenta la cantidad vendida.

Conforme vayan bajando, la cantidad ira aumentando, hasta llegar a niveles previos y unos precios que podamos pensar que ya están ajustados. La velocidad a la que suceda ya depende de los que venden los pisos, y de su urgencia en venderlos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

En búsqueda de la igualdad



Amartya Sen distingue las diferentes teorías económicas a través del propósito de la búsqueda de la igualdad, según sobre qué se busque.

Por ponerlo sencillo, los socialistas buscarían igualar las rentas mientras que los liberales buscarían igualar las libertades o derechos.

Esta distinción es muy importante porque sustenta toda la base del estudio, sobre todo por que se basa en la idea de que, a pesar de lo que se pueda pensar, todos los hombres son distintos.

Desde sus características, que definirán entre otras cosas su productividad o aquello a lo que se dedicará en un futuro, hasta sus gustos, que determinaran aquello que perseguirán. Pero no es solo eso, sino sus aptitudes para los negocios (desde acuerdos hasta la búsqueda de información), de integrarse en el proceso social, de entender los mecanismos institucionales, etc. Todo un conjunto de procesos que a menudo no se estudian que pueden determinar o clasificar la sociedad o limitar a aquellos que están en un estado de desigualdad.

La pobreza, de hecho, no solo hay que estudiarla desde el ámbito puro de los términos relativos o absolutos de la renta percibida, sino desde el hecho de que le resta oportunidades para socializar a la persona. La pobreza limita las capacidades de las personas y les impiden en cierta manera escapar de una situación que succiona con fuerza las vidas de los menos afortunados.

Es decir, para buscar la igualdad de oportunidades, o la igualdad de libertades, debemos partir de una situación de igualdad en la capacidad de los individuos de hacer uso de esas libertades. De nada me sirve tener la capacidad y las ganas si no dispongo de la oportunidad de intentar hacer algo.

Creo que puede existir una escala de diferentes objetivos sociales por la que para conseguir la igualdad de uno de ellos se deba tener previamente cierta igualdad de otro de ellos.

lunes, 1 de noviembre de 2010

La culpa no es de los políticos. La economía es nuestra.

Cuando echamos un vistazo a la crisis solemos jactarnos de nuestros propios actos y echar pestes sobre nuestros propios políticos, sobre USA, Alemanía etc, pero nos olvidamos de que los culpables somos nosotros mismos, unos más que otros sí, pero todos en conjunto.

La burbuja inmobiliaria la hemos formado todos. Y no podemos olvidar que gran parte de la crisis que padecemos ha sido tal por nuestra especial característica en el sector de la construcción, ya agotado. Fue este quien comenzó a trazar la espiral de despidos que la bajada progresiva de la demanda fue trazando. La solución, tocar fondo y repuntar.

Pero, ¿repuntar qué? El resto de sectores, claro, porque el sector de la construcción sigue tieso. Lo cual quiere decir que, aun llegando a los niveles de producción normalizados de años anteriores en el resto de los sectores, un gran grueso de población seguirá en el paro, o pujando por un trabajo precario y forzando los salarios a la baja.

Hasta ahora, los políticos no tienen nada que ver en la ecuación. Pues para mi su único cometido debería consistir en facilitar la transición de la estructura productiva sin dejar que nadie caiga más de la cuenta en una situación precaria, y minimizando el impacto de una crisis cíclica (aunque de medio plazo) en los acuerdos y la estructura laboral.

Y el repunte en el consumo y en la empresarialidad va tomando fuerza, muy poco a poco, pero mientras, ¿qué sigue pasando con los pisos?

Las estadísticas pueden ser engañosas. Los precios han bajado. ¿pero cuales han bajado? Han bajado los precios de los pisos que se han vendido, que son los que cuentan para hacer las estadísticas de todo mercado económico (cantidad y precio). Pero sigue habiendo un gran grueso de viviendas que, de manos de sus dueños, no bajan de precio. Gente que aun se piensa que va a poder hacer negocio con lo que nunca debió ser.

Y mientras los bancos se van quedando con los pisos de unos, otros los mantienen a unos precios virtuales que siguen lastrando la recuperación del sector.

¡Compra ahora que se acaba la deducción! Una deducción que es motivo por si mismo de que los precios puedan aumentar.

Hemos creado una sociedad endeudada hasta arriba de dinero virtual, con pisos invendibles que lastran la independencia de los que en un futuro serán padres de familia. Estamos lastrando a las nuevas generaciones y el sistema de pensiones aun se recrudece más.

Por que la vivienda, además de ser un bien de consumo, o de inversión, o de especulación, es un bien estructural sobre el cual se genera la sociedad del mañana.